ABRE TU CORAZÓN A LO ETERNO

Y les dijo: Cuando oréis, decid: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. —Lucas 11:2, rv60

En la oración revolucionaria que Jesús ofreció en Lucas 11:2-4, no solo les dio a sus discípulos un esbozo de qué orar todos los días—un punto de partida para golpear constantemente a la puerta del cielo—sino también el medio para transformar sus propias mentes de un mundo de dudas, opresión y fracaso a un modo de pensar celestial—uno de fe, provisión, y superación. No les estaba enseñando algo para repetir hasta el cansancio, sino una manera dinámica de abrir los corazones a lo infinito y a lo eterno cada día. Es tan simple como decir las palabras de memoria, pero también tan rico como tomar cada línea—incluso cada palabra—y dejar que Dios hable a través de ellas para desarrollar en nosotros el estilo de vida y la fe de alguien que revolucione su mundo.

ORACIÓN:

Padre, háblame por medio de tu Palabra. Mientras medito en el Padrenuestro, dame revelación de cada línea y cada frase de modo que pueda ser más audaz y más eficaz en la oración. Venga tu Reino y transforme mi vida y a quienes están en mi esfera de influencia. Que se haga tu voluntad en mí y a través de mí. En el nombre de Jesús, amén.

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Cindy y Trimm. Usado con permiso de Casa Creación. www.casacreacion.com