En la catedral de cristal
âEl fuego de Dios es el EspÃritu Santo, debemos entender que el EspÃritu Santo es una persona, él no es un poder o una influencia, es una persona, es la fuente de todo poder. Cuando hablamos del EspÃritu Santo estamos hablando del espÃritu del Señor mismoâ.
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