Prohibido para las mujeres (con bonus)

Dante Gebel popularizó un mensaje de amor y noviazgo todos los viernes en su popular cuenta de facebook.

Cada viernes me gusta aportar un pequeño granito de arena en esto de ayudar en el amor de tantos jóvenes (y no tan jóvenes). Por alguna razón hay toda una generación que cree que la mejor forma de conquistar a una mujer es mostrándose “espiritualoides”. Y no hay peor cosa para una dama que un hombre le salga con versículos bíblicos (y mantengo esta opinión aunque algunos quieran quemarme en una hoguera pública) o le diga cosas como: “Siento cosas por ti…pero por ahora lo estoy orando” o “¿Por qué no tomamos un tiempo para orar para confirmar si lo nuestro ha nacido en el corazón del Señor?”, esta última frase suele ser muy trillada, pero a mí siempre me costó entenderla. Se supone que si la amas, la amas y punto; o ya oraste antes, u orarás durante el tiempo que te tarde en conquistarla, pero no creo que a ella la enamore porque le digas la frase “te estoy considerando en oración”; porque suenas a un beduino que no está seguro si finalmente va a comprarse el camello o no. No debe haber algo que mate la pasión más que eso. Insisto: ora todo lo que necesites orar, pero no trates de conquistarla diciéndoselo! Suena a: “No te ilusiones mucho…aún lo estoy orando, no quiero meter la pata”. Esa inseguridad es la que espanta las pocas posibilidades que una mujer se enamore. O la amas o no la amas, no existe la zona gris. Si la amas, pelea hasta la muerte por ella, si no la amas…no tienes de que preocuparte.

Que quede claro que no estoy en contra de la oración, pero me enferma escuchar a esos tipos que “le dejan el trabajo a Dios” y me dicen cosas como: “Si es ella es para mí, yo sé que tarde o temprano Dios me la va a dar” (¿?) O sea que según su teoría, una de estas noches la va a agarrar el Espíritu Santo por la fuerza y se la va a tirar a sus pies…solo porque él está orando! Que haga lo mismo con el estudio (que ore y el profesor le diga que no hace falta rendir examen, que ya “sintió” de Dios que él estudió), que tampoco busque empleo (que ore y que los empleadores lo vengan a buscar a su casa). No señor, Dios bendice al varón valiente y esforzado, no al cobarde y afeminado. 
Por otra parte, ¿Quién les metió esa idea cobarde y pusilánime en la cabeza que sí parecen más espirituales, ellas se van a enamorar? Si realmente eres espiritual, tarde o temprano ella lo va a notar, cuando la respetes, la valores, la dignifiques y por sobre todo, cuando la conquistes como un hombre, tal como Dios te creó para que fueras. Ella necesita tener un hombre al lado, si quisiera saber más de la Biblia, se compraría una concordancia.

Muchachos, a las mujeres se las conquista por el oído, ese es el verdadero “punto G”, quien busque más abajo, solo está perdiendo el tiempo. Palabras, detalles, conversación, encanto, sensibilidad. No hay nada que seduzca más a una mujer que un caballero a la antigua: gentil, amable, varonil (no macho retrógado, dije varonil), alegre, refinado, comunicativo, sencillo, interesante, romántico, prudente, temerario, previsible, detallista (recordar cada palabra que ella te dice es vital) misterioso, seguro, que siempre huela bien (determinante) y cierto toque de “niño desprotegido” (no te confundas, dije “cierto toque” que despierte su instinto maternal de cuidarte, no un niño para criar). Que la haga reír, pero que también la haga sentir segura.

Y no me salgas con: “¿Y si me rechaza, cómo hago para soportarlo?”; se hombre, che! Si te rechaza, lo soportas a lo hombre, a lo macho. Tienes dos opciones únicas: O sigues insistiendo hasta que se enamore perdidamente de ti, y si no lo logras, te la quitas de la cabeza y del corazón, pero por lo menos vas a bajar a la tumba sabiendo que le dijiste todo lo que sentías y que si no pudo ser, fue porque ella no te amo, y no porque fuiste un cobarde. No puede ser que haya tantos tipos que le tengan miedo al rechazo o a un “no”. La mayoría de las mujeres se sienten halagadas cuando alguien les declara su amor, y si no sienten lo mismo que él, no se quedan pensando: “Qué tipo idiota”, todo lo contrario, lo primero que piensan es: “Cómo quisiera estar enamorada de un hombre así!”.

Ellas sucumben y se derriten por alguien que endulce sus oídos, y los amigos que te digan que eso es cursi, es porque son unos energúmenos que se van a morir solos como una ameba sino aprenden el secreto para derretir el corazón de una mujer. (Y no me importa que alguno de esos “espiritualoides” aparezca en este perfil comentando: “¿Y dónde queda la Palabra de Dios?”; porque al fin y al cabo, la Palabra de Dios se ve reflejada en lo que somos, y a juzgar por como hablan o escriben algunos, parecen que leyeran el manual del cavernícola, en vez de la Biblia, porque cuando de verdad lees la Biblia, el libro de Cantares, por ejemplo, una de las tantas cosas que aprendes es a ser un caballero y un romántico empedernido). 
Y también están los otros, esos que ya están casados y como en el fondo les importa un cuerno tus sentimientos, te aconsejan desde un púlpito: “Deje de andar regalándose y espere la voluntad de Dios!”, total ellos ya tienen la vida resuelta (o lo que es peor, tal vez están resignados a estar casados con alguien a quien no aman).

Así que, como ya llevamos varios viernes con este tema y entramos en confianza, permíteme regalarte una suerte de carta (que puedes cambiar, agregar o quitar lo que te plazca) siempre y cuando cuides la esencia, que es derramar tu corazón sincero con las más bellas palabras. Se las puedes mandar o mínimamente, aprenderte un par de oraciones de memoria; dicho sea de paso, el viernes pasado un soltero escribió: “Puf! Sé que esto está muy bueno…pero es mucho para leer!!!” (Otro “analfabeto sentimental” que se va a quedar para vestir santos, si le da pereza leer un post, me lo imagino tratando de conquistar a alguien; esperemos que por lo menos tenga la delicadeza de bañarse de vez en cuando).

Volviendo al tema, olvídate de los versículos bíblicos (por lo menos al intentar decirle que la amas) y descarta de plano las frases que empiecen con: “Dios me mostró…” “Dios me dijo que tú y yo…” o “Siento de parte de Dios que nosotros…”. Cuando ella te corresponda, ya vas a tener suficiente tiempo de contarle que tu sueño es ser misionero entre los reducidores de cabezas en algún continente perdido o que tu clímax en la vida es grabar un disco con el salmista Fulanito; lo que ahora tienes que hacer, es lograr construir un puente que te lleve directo a su corazón.
Entre nosotros, Dios ya te equipó desde que naciste y Él no va a hacer TU trabajo. Somos varones de nacimiento, pero caballeros por opción. Hazla sentir especial, deseada, única…y todo lo demás (como caer enamorada y rendida en tus brazos) llegará solo. 
Acá te regalo un par de ideas para atravesar su corazón y lo que es mejor, quizá quedarte con el:

“Apareciste sin avisar, mi vida se completó y ahora finalmente todo tiene sentido. El brillo de tus ojos, tu aliento, tu perfume…hacen palpitar mi corazón. No podría vivir sin ti. Gracias por existir, de no haberte conocido, te inventaría tal como eres. Es difícil creer que no te amé toda la gente sólo con verte, ¿O solo es algo que me pasa a mí?
Me da igual que seamos diferentes, que pensemos distinto, que no seamos compatibles...pero me basta coincidir contigo en querer estar juntos para siempre. Haces que quiera mejorar cada día. Tú has cambiado el argumento de mi vida. Estoy hecho a tu medida, si me faltas estoy incompleto. Oír tu nombre me estremece, pronunciarlo me alivia, llamarte me agita. 
Eres todo para mí: amiga, compañera, confidente, cómplice, comprensiva, leal, tierna, amante, femenina, infinita y humana. Tú y yo no necesitamos palabras, con mirarnos sabemos todo el uno del otro; cada vez que miras, desnudas mi alma. Cuando te veo, sueño, y, cuando sueño, te veo. Cuando miro tus ojos me tiemblan las piernas, me da un vuelco el corazón, se me agita la respiración... ¿será porque te amo? Te lo voy a decir sin más vueltas: no hay cosa en el mundo que me hiciera más feliz, que envejecer junto a ti.
Me encanta cuando ríes, me encanta cuando lloras, cuando hablas, te emocionas, te muerdes los labios, te entristeces, cuando gritas, suspiras, revoleas los ojos, empalideces, te sonrojas…me encantas toda.
Mis ojos te miran diciéndote que te amo profundamente. ¿Para qué quieres que te diga que te amo, si mis ojos te lo dicen a gritos? Si mis ojos ya te lo dicen, no le pidas a mis labios una explicación”

Derrítela de amor y luego me cuentas que pasó.
…De nada.

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