Los viernes siempre son muy buenos para decir te amo

Dante Gebel popularizó un mensaje de amor y noviazgo todos los viernes en su popular cuenta de facebook.

Recibo cientos de correos durante la semana donde me cuentan que alentados por estos mensajes, se animaron a hablarle al amor de sus vidas; algunos fueron rechazados y me dicen: “Es tu culpa, Dante! Hice lo que me dijiste y ahora ella ni siquiera quiere verme!”, pero estoy seguro que aun así, logré ayudarlo a definir las cosas; su futura esposa me lo agradecerá y sus hijos…ni que hablar. Otros me relatan sus románticas historias (y algunos hasta me piden que las publique) y me dicen que se animaron y descubrieron que eran correspondidos. De nada, para eso estamos.

Sea como sea, el amor es un tema universal y necesario para vivir. El mensaje del viernes nació sin querer con un par de líneas que escribí un viernes muy tarde, enojado de ver tanta abulia y apatía en algunos hombres. Recuerdo que lo titulé: “Esto va para los cobardes que se perderán al amor de sus vidas!” y en pocas horas causó una revolución en las redes sociales. Algunos religiosos como siempre, me criticaron sin piedad, pero es para no perder la costumbre. Como no pueden escribir, pensar o decir nada ingenioso, solo les resta hablar de lo que hacen los demás.
La cosa es que muchos comenzaron a pedir que siguiera escribiendo lo que me dictaba el corazón y se transformó en un clásico mensaje para “viernes grises y lluviosos” (aunque solo lloviera en algunos corazones). El mensaje de la semana pasada hasta el momento fue visto por 4 millones y medio de personas y compartido por más de 70 mil personas alrededor del mundo. Realmente un fenómeno que ha superado cualquier expectativa, esencialmente para un espacio que nació casi de “casualidad”. Y para los curiosos que siempre preguntan algo más, un par de editoriales muy importantes me han propuesto escribir el libro que está en pleno proceso y que se titulará: “El mensaje de los viernes/ el amor en los tiempos del Facebook”, pero esa es otra historia que ya te contaré más adelante; por ahora volvamos a lo nuestro:

Alguna vez y en este mismo espacio ya lo dije, pero presiento que hoy necesitas volver a leerlo. Por muy extraño que parezca, por mucho que cueste creerlo a veces, un día aparece esa persona. Esa persona que te que te susurra que te quiere, que sonríe cuando tu sonríes, que hace que con tan solo rozarte la mano te ponga los pelos de punta, que se ríe de tu risa. Que te mire de esa manera profunda, que te asusta. Que produzca ese nudo en la garganta. No, no estoy hablando de una persona perfecta, dejaré eso para las películas. Yo me refiero a cuando encuentras a alguien, que lo sientes, que verdaderamente le importas. Que te agarre fuerte de la mano o que te abrace durante un instante y que lo único que te salga pensar sea "Ojalá no me soltara nunca".
Es que a lo largo de nuestra vida, conocemos a alguien, que sin saberlo, logra hacer un hueco en nuestro corazón, hasta el punto de ocuparlo completamente. Esa persona, se convertirá en la razón de cada sonrisa, de cada latido, de esa felicidad que te inunda. Esa persona, lo es todo, pero no nos damos cuenta de lo mucho que nos importa, hasta que nos imaginamos miles de momentos sin esa persona, hasta que la distancia no se pone en medio, no sabemos apreciar cada palabra que se dijo, cada mirada en silencio; y a veces, es demasiado tarde para dar marcha atrás, para decir aquel “te quiero” que tanto querías decir y no dijiste.
En ocasiones me escriben y me dicen: "¿Y si me animo a decirle lo que siento y me rechaza?", yo les respondo: Tú eliges arriesgarte o guardarla en la lista del olvido. Si te dice que no, por lo menos te la sacas de la cabeza de una vez, aunque luego te tarde más tiempo quitártela del corazón...pero algo es algo, por lo menos sabrás donde estás parado.
si me preguntas que haría yo en tu lugar, te diría: Siempre elegiría hablar y no esquivar las miradas. Elegiría querer y todas las consecuencias que eso conlleva. Elegiría que esa sea la persona que llene mis días de sonrisas y mi almohada de recuerdos. Cada viernes me vuelvo loco pensando qué más puedo escribir que no haya dicho antes, y siempre termino siendo monotemático (a lo mejor porque esa es la razón de estos mensajes de los viernes) mi deseo es que te animes a demostrar lo que sientes, aún a riesgo que te rechacen. “Si no corres riesgos nunca vas a ganar”, eso es algo que siempre he implementado en todos los órdenes de mi vida. En la vida, en el ministerio, en el amor.
No termines el año sin habérselo dicho. Y si eres una dama y estás pensando en algo como: “Muero de amor por él, pero estoy seguro que seguirá sin animarse a decirme lo que siente”, te regalo una pequeña charla; de esas que de alguna manera (y no preguntes cómo) siempre llega a mis oídos.

- Mamá…¿Qué haces cuando la persona que más necesitas es la que más lejos está de ti?
- La distancia no significa nada, hija, cuando alguien significa todo.
- No me refería a que está lejos geográficamente, sino que no puede estar tan cerca de mí como quisiera.
- ¿Te enamoraste?
- No lo sé…la verdad es que me molesta sentir tantas cosas. Es increíble como una persona te puede cambiar el estado de ánimo. Él tiene ese extraño poder, una palabra suya, un gesto…y siento que cambia mi día.
- Uf! Se algo de eso. ¿Sientes que te entiende?
- Como ninguna otra persona en este mundo! 
- Y bueno…amar es encontrar a alguien que te entienda sin dar demasiadas explicaciones. ¿Eso es lo que te molesta? 
- No sé si me molesta…más bien me enamora.
- Un gran hombre es ese alguien que despoja despacito tus secretos...es un señor, más que todo un ser humano que como nosotras tienen sus historias pasadas, bien o mal vividas. Un verdadero caballero no te quita la ropa, sino que te va robando los secretos que creías tener muy guardados, hasta que un día te deja con el corazón expuesto, desnudo.
- ¿Y eso es malo?
- Según quien sea. Cuando logra llegar a tu corazón, ya no hay mucho que puedas hacer. Por eso ruego que sea un caballero.
- ¿Lo dices por papá? 
- Lo digo por todos los hombres. Aunque tu padre era muy especial.
- Cuando las mujeres decimos “muy especial” es porque hay cosas que no nos gustan.
- Hija, nadie es perfecto; ser hombre es…buscar dentro de su corazón el sentimiento que lo hace un caballero. Cuando encuentres al tuyo, te hará sentir sublime, amada. Todo lo demás, no tiene importancia.
- Y pensar que yo me prometí a mí misma que jamás me iba a volver a enamorar!
- Jaja, no puedes prometerte eso! No es algo que puedes manejar o razonar, hija. Ojalá fuese una decisión que se toma con la mente. El corazón es el que decide. Si eres difícil para enamorarte, la vida me ha enseñado lo que es la perseverancia de un buen hombre. “Si una gota de agua que insiste logra penetrar una roca, de forma inevitable se cuela por la más insignificante grieta y aunque la roca no quiera, logrará…
- …Bañar su corazón!” Conozco la frase. Eso solía decirlo papá.
- El si fue un hombre perseverante, de esos que sin apuro…van adueñándose de a poquito de tus sentimientos, como un intruso, de esos que un día te dicen: “¿Señorita, sería tan amable de dejarme poner mi bolso en este rinconcito de su corazón?” y tu muy ingenua le respondes: “Claro, no puedo negarle eso a nadie”, pero luego de unos meses, se termina adueñando de todo y tú te preguntas ¿Cómo lo logró?
Un hombre apurado no logrará mucho, pero si realmente se toma su tiempo…logrará tenerte. No quedan muchos hombres así, son especies en extinción.
- ¿Papá era así?
- Tu papá era un niño. 
- ¿Por?
- Porque la mayoría de los hombres siguen siendo niños. Sienten temores, tiemblan cuando nadie los ve, les gusta ser el centro de atención de la mujer que robó su corazón. Y así como son niños, te bajan la luna si desean conquistarte, bajan estrellas, no anotan fechas, olvidan aniversarios, son distraídos, pero con una mirada al alma te llevan hasta el cielo.
- ¿Y si luego me rompe el corazón? ¿Y si algún día me defrauda?
- Es un riesgo que las mujeres debemos correr. Si lo que te pasa es que tienes miedo, solo puedo decirte que si no pruebas no lo sabrás nunca. Tu padre solía decir: “¿Cómo vas a extrañar mis besos si no sabes cuál es el sabor de mi boca? ¿Cómo vas a extrañar mis abrazos si no sabes cómo aprieto? ¿Cómo vas a extrañar olerme si no sabes cuál es mi aroma? ¿Cómo vas a buscar refugiarte en mis brazos cuando el despertador suene si no estoy contigo en la mañana? ¿Cómo vas a extrañar mi saludo y mi regreso si ni siquiera me he despedido de ti?”
- Todo un poeta papá…¿estuviste perdidamente enamorada de él?
- ¿Acaso las mujeres sabemos amar de otra forma? A diferencia de algunos hombres, las mujeres no nos “enamoramos un poquito” ni tampoco “amamos a medias”. Eso es justamente lo que pone en constante peligro a nuestro corazón. Claro que lo amé perdidamente! Por eso, si realmente amas a este hombre, no dejes de hacérselo notar; estoy segura que él lo está necesitando.
- ¿ “El” lo está necesitando? ¿Ni siquiera sabes quién es y resulta que ahora estás de su lado? Yo soy tu hija! ¿Lo recuerdas?
- Es que si ese hombre, sea quien sea, logró llegar a tu corazón, es alguien que merece tenerlo y punto.
- ¿Y “punto”? ¿Así resuelves las cosas? ¿Te vengo a contar que me siento confundida y tú solo me dices que a él le hace falta mi amor? ¿Y lo que yo siento no importa?
- Lo que tu sientes ya no tiene vuelta atrás. Es que conozco esa mirada y conozco a mi propia hija. No estás confundida, estás enamorada hasta el alma y no hay mucho más que hacer, solo decírselo. Sea que te rompa el corazón o te lo cuide por el resto de tu vida…ya no te pertenece.
- En realidad entre nosotros nunca pasó nada, pero siempre hubo algo. Hay algo que ambos sentimos, que está allí, en el aire. Cuando yo le hablo, el me hace sentir que en ese momento no hay nada más importante en todo el universo que aquello que le estoy diciendo. Está pendiente del más mínimo detalle.
- Me sigues hablando así y me termino enamorando yo de él!
- Mamá!!!
- A propósito, ¿qué día es hoy?
- Viernes ¿por?
- Porque estaba pensando que los viernes siempre son muy buenos para decir “Te amo”...

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