Un positivo uso del "NO"

Familia Cristiana


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Aun antes de que un bebe aprenda a decir mamá o papá, el o ella ya ha aprendido a comunicar un NO. "No me gusta." "No quiero." etc. Lentamente pero seguramente, todo padre (o madre) será "entrenado" por el "no" de su bebe. Sin embargo, ¡lo contrario no es cierto! Es triste ver tantos padres cuyo NO, ya no vale nada. Esto es una epidemia en nuestra cultura y es tiempo de retomar la autoridad del NO. ¿Cómo se si mi NO aun tiene valor?
Una indicación fuerte de que el valor del NO se ha perdido es cuando un padre o una madre se queja que su niño ya no le hace caso. En si la obediencia, o la falta de ella, dependen mucho de la autoridad percibida en las palabras de un Padre. Por consiguiente, si un niño a dejado de obedecer y hace berrinches cuando se le da una orden, es casi seguro que las palabras de papá o mamá han perdido su autoridad. ¿Cómo se pierde esta autoridad?
Es común escuchar a una mama decir que no entiende porque su hijo resulto como el es. Pero la verdad es que ningún niño se forma en un día. El carácter de un niño es el resultado de un largo tiempo de entrenamiento. Cada niño recibe entrenamiento a través de todo evento que el experimenta. Desafortunadamente, el entrenamiento (al igual que el aprendizaje) no tiene que ser positivo. Es decir, un niño que tiene problemas de obediencia es un niño que ha recibido entrenamiento – ha sido entrenado a desobedecer. Parece increíble, pero es la verdad. Ningún padre entrena a propósito a su niño a ser desobediente, pero debes recordar que aunque estés consciente o no, tu estas entrenando a tu chico todo el tiempo.
Para comprender esto vale observar la interacción entre un niño difícil y sus padres. Usualmente el momento de entrenamiento empieza cuando un niño quiere hacer algo que el padre considera inapropiado. Por ejemplo el niño quiere levantarse de la mesa antes de terminar su comida. Al notar esto el papá o mamá usualmente le dirán al chico que el debe sentarse y que NO puede levantarse. Cuando el chico decide levantarse aun contra la orden de papá, la reacción del padre empezara a desarrollar un comportamiento en su chico – para bien o para mal. Si el padre no hace nada y le permite al chico levantarse, el NO del padre se ve disminuido un poco. Usualmente, la próxima reacción del papá es gritar aun más. El chico reaccionara con un poco de miedo al escuchar una voz tan fuerte, pero de nuevo, tratara de salirse con las suyas y si lo logra, la autoridad del padre sufrirá muchísimo. Pronto el niño descubrirá que el NO del Padre no significa mucho y aunque después de muchos atentos se le castigue o se le pegue, el niño sabrá que puede salirse con las suyas lo suficiente que la incertidumbre del castigo no detendrá la desobediencia ¿Cómo puedo mantener o restituir la autoridad de mi NO?
Primero, debes de entender que toda palabra que hables con tus chicos tiene un significado muy grande. El uso de las palabras si cuidado te llevara a problemas con tus hijos, tu esposo o esposa y otros en tu círculo social. Por consiguiente usa tus palabras sabiamente.
Segundo, Jesús dijo "Antes bien, sea vuestro hablar: "Sí, sí" o "No, no"." Cuando tu le digas a tu niño que NO, debes hacer todo lo necesario para que el niño lo obedezca. Si le dijiste que no se levante de la mesa, deberás ir a traerlo y tomarlo de la mano y sentarlo en la mesa. Si el se tira al suelo y llora, deberás asegurarte que el no gane, de otra manera lo entrenaste a que si el llora lo suficiente el se saldrá con las suyas. Y no solo aprenderá a desobedecerte sino también a que el llorar y hacer caprichos le obtendrán todo lo que quiera. Por eso, es preferible limitar el uso de un "NO" o limitar el dar ordenes, que dejar que estas sean desobedecidas. Si tú dices no o das una orden, deberás asegurarte que lo que ordenaste se obedezca.
Tercero, constancia, constancia y más constancia. Lo peor que puedes hacer en este entrenamiento es ser firme algunas veces y flojo otros. Esto creara confusión en el chico y entonces ya que no sabe que sucederá si el desobedece, el niño estará dispuesto a desobedecer cada vez ya que cada orden es una oportunidad para salirse con las suyas. El ser inconstante en tu firmeza causara el mayor stress para ti y para el chico. ¿Es necesario gritar o pegarle al niño para que me obedezca?
El gritar indica que el padre esta perdiendo control. Si tu encuentras que estas gritando frecuentemente, es muy posible que tu autoridad se este perdiendo o ya se haya perdido. Cuando tu das una orden y tomas el tiempo para asegurarte que el niño obedezca, poco a poco el niño aprenderá que cuando tu hablas estas hablando en serio y no será necesario gritar.
En cuanto a pegarle a un niño, este es un tema muy delicado y cada padre deberá de decidir por si mismo. De nuevo el pegarle a un chico quizá sea necesario como parte del entrenamiento pero si encuentras que le pegas al chico frecuentemente o que le pegas mas y mas fuerte cada vez, entonces ya perdiste tu autoridad. Será necesario que tu renueves tu entrenamiento buscando ayuda ya que el pegar frecuente o muy duramente indica que perdiste tu autoridad. ¿A que edad se debe empezar?
Desde que el niño nace. Entre mas tarde empieces más difícil se te hará entrenar a tu chico. Si tu le indicas a tu bebe de meses que no es tiempo para que lo cargues, el niño empezara a llorar. Si tú lo recoges y lo cargas, ya empezaste a entrenarlo a desobedecerte. Si tu lo dejas llorar, le estas enseñando que tu palabra tiene autoridad. Esto suena cruel, pero recuerda todo depende de lo que tu digas. Si no estas dispuesto a dejarlo llorar un tiempo, entonces no digas que NO. Si tu chico ya es mayor, entonces deberás emplear el mismo plan, firmeza constante, lo único que se te hará difícil enforzar tus ordenes (llevar de la mano a la mesa a un chico de 2 años es mas fácil que a un adolescente) y deberás de encontrar consecuencias apropiadas para la edad del chico.

Nos hemos enfocado en la relación con un chico, pero estos mismos principios se aplican a tus relaciones interpersonales. Tus palabras tendrán autoridad siempre y cuando tú estés dispuesto a respaldarlas. Si tú estas muy cansado para tomar acción, no pones cuidado a las acciones de otros o hablas muy ligeramente, tú entrenaras a otros a no darle valor a tus palabras.

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