Quiero dejar mi pequeño homenaje a este servidor que ha dedicado incansablemente su vida al Señor desde la juventud.
Fue para mi una grandísima influencia, principalmente con sus libros. Hemos publicado en otros tiempo muchas de sus predicaciones en esta página.
Fui bendecido con sus enseñanzas y sus vivencias. Su obra es un reflejo de lo que el poder de Dios puede hacer con una persona totalmente humilde y rendida.
Al comenzar su ministerio en medio de limitaciones y pobreza, llegó a ser conocido tiempo después como «El pastor de la iglesia mas grande del mundo» su congregación concurría cada domingo con cerca de un millón de personas en forma presencial.
Siendo tanta la gente que concurría a sus reuniones, pidió a los jóvenes que ya no vinieran físicamente a los servicios, sino que se quedaran en sus casas o en las llamadas iglesias satélites, que seguían la transmisión en vivo.
Hoy, luego de la pandemia, no resulta ser algo tan inusual, pero en aquellos tiempos fueron decisiones de un pionero, que supo vivir y experimentar lo que llamaba: «la cuarta dimensión» que era, nada más y nada menos, que vivir en la dimensión de la fe, no mirando las cosas que se ven, sino su potencial, como lo indica Hebreos 11:1.
Al comenzar su iglesia tenía muy pocas personas en un precario lugar de reunión, sin embrago el pastor Yonggi Cho, ya conocía el principio de la fe y se movía como si miles lo estuviera escuchando, imaginaba las multitudes sentadas en su iglesia, lo cual produjo que poco a poco crecería, hasta llegar a ser el pastor de la iglesia más grande del mundo.
Otra cosa que sucedía en sus reuniones era la cantidad de milagros y señales, su ministerio fue respaldado por Dios con todo tipo de manifestaciones sobrenaturales. En las reuniones la gente nunca podía terminar de dar testimonio por la cantidad de milagros que sucedían.
No se quedaba solo en inspiración o motivación, sino que las demostraciones de poder eran evidentes en todos los aspectos.
Ahora estará en la presencia del Señor cosechando todo el esfuerzo y entrega que sembró en su vida.
Esteban Correa AvanzaPorMas.com
