Esteban Correa

La REVELACIÓN de Dios es La LUZ Que Nos Cambia

Por Esteban Correa

Revelación, cuando la luz nos toca

¿Por qué necesitamos la revelación? Porque en ella están escondidos el poder y la gloria de Dios para nuestras vidas.

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El conocimiento de Dios nos debe ser revelado, conocer la biblia es el primer paso de la revelación. ¿Por qué muchas personas conocen las escrituras pero no las viven? Porque no les fue revelada en su espíritu. El conocimiento mental o normal es lo que aprendimos desde pequeños en la escuela, pero esto no se parece a la revelación de Dios. Cuando Dios nos revela algo, por ejemplo, que el es nuestro proveedor, recibimos una fe sobrenatural para poder experimentar al Dios todopoderoso como “Jehová Jireh” (El Señor que me provee)

La revelación de las escrituras es una iluminación de Dios a nuestro espíritu que nos hace ver la realidad espiritual de algún tema, la mente solo es un instrumento que procesa esa revelación de Dios, pero si la mente solo tiene un conocimiento sin el toque del espíritu, nos frustramos, porque no podemos tener la experiencia real.

¿Qué produce la revelación?

Una fe sobrenatural – Una seguridad y firmeza interior – Paz y alegría – Adoración a Dios – Un comprensión completa y profunda – Una sello espiritual de por vida – Una Experiencia concreta de acuerdo a lo revelado – Por ejemplo tú sabes que Jesús es tu salvador, nadie podría quitarte esa verdad, es una realidad y una experiencia que has tenido, eso es porque tienes una revelación. Otra persona estudio que Jesús “es un salvador según la biblia” y le parece bueno, pero no lo vive porque no se le ha revelado la salvación en su corazón.

Todo lo que necesitamos es buscar la revelación. Muchas personas antes de recibir un milagro ya sea en sus finanzas, en su salud o en cualquier otra situación han dado testimonio de haber tenido la “seguridad” que eso sucedería, porque en algún momento previo les fue revelada una faceta de Dios que luego se manifestó.

Dios es luz y esa luz siempre esta iluminando, Jesús es la luz del mundo y su luz de vida eterna nunca se apaga, somos nosotros los que tenemos que capturarla. El sol ilumina completamente una casa, pero si esa casa esta herméticamente cerrada, estaremos en oscuridad, solo cuando abramos un poco la puerta entrará una porción de luz.

¿Cómo recibimos las revelaciones de Dios? Una de las respuestas nos la da proverbios 4, que desde el versículo 1 hasta el 13 nos habla de la sabiduría de Dios, que es la revelación, y nos recalca una y otra vez con palabras como estas: “escucha la enseñanza”, “retenla”, “guárdala”, “recibe mis razones”, “Adquiere”, “no la dejes”, “ámala”, “Abrázala”. Estando diligentemente atentos a recibir, aprender y buscar la revelación de Dios en comunión con el, en oración, en ayunos y meditación de sus palabras, tenderemos una respuesta y se nos abrirán los ojos de nuestro entendimiento. Tal vez no sea instantáneo, a veces nos puede llevar un tiempo.

Busca, desea, abre tu corazón y tu mente, llénate con el Espíritu Santo cada día y la luz de Dios llenará cada parte de tu ser.

Pongamos un broche de oro con Proverbios 4:18: “Mas la senda de los justos es como la luz de la aurora, Que va en aumento hasta que el día es perfecto”. Esto nos dice en otras palabras: Si la luz de la revelación aumenta, nuestra vida se va perfeccionando.

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