Devocionales

Métete en el Río de Dios y No Salgás Más

Por Esteban Correa

«Después me mostró un río limpio de agua de vida, resplandeciente como cristal, que salía del trono de Dios y del Cordero». Apocalipsis 22:1

Acabo de charlar con Dios y siempre después de estar con Él un tiempo me siento mejor. Aprendí que a Dios no le 37206841_mgustan mucho los formalismos cuando vamos a orar, por eso le digo charlas. Porque es algo íntimo, algo amistoso, el Espíritu Santo me acompaña en la oración, siento su dulce presencia en cada minuto mientras oro. Al principio parece que entro de a poco, como que uno va dejando las cargas, como que te vas despojando de cosas, de pesos, de distracciones y te vas metiendo en un río. Mi oración llegó a ser con el tiempo muy distinta, ahora no hablo tantas palabras con mi boca, solo las necesarias, más bien hablo mucho con mi corazón y lo contemplo… eso es hermoso. Él está ahí a mi lado. Me conmueve mucho saber que le importo, Él nos cuida y es muy amoroso. Tal vez algunos no sepan cómo orar, o crean algo errado de orar, pero debes aprender que orar es ir a estar un tiempo con tu mejor amigo, con Jesús, él está para acompañarte y estar a tu lado.

Se que me dijo algo desde hace ya varios días que me resuena por dentro, y es esto: «Métete en el río y no salgas más». Woow esto si es poderoso, me lo dijo a mi corazón, desde lo más profundo pude interpretar la voz de Dios, una voz amable que me invitaba a meterme en su río de vida, amor y poder. ¿Que río? el río que fluye desde su trono (Ap. 22:1. Es un río espiritual que lleva vida, la única vida genuina, la eterna, la que permanecerá para siempre jamás, la vida de Jesús que todo lo puede, que vence la muerte y el dolor, que rompe cadenas y sana heridas, que levanta al caído y resucita los sueños muertos, que saca de la miseria al pobre, venda al herido y al desesperado quita la angustia, el río que fluye desde su trono, es un fluir de perdón y gracia, no culpa, no acusa, solo limpia y renueva.

Te lo repito «Métete en el río y no salgas más», «No salgas más», de hecho ayer y hoy me llevaron a su presencia esas mismas palabras. ¿Sabes por qué? porque me hizo entender que en ningún otro lugar estaré mejor, que si quiero agradarle, que si quiero vivir pleno, que si quiero cumplir su propósito en la tierra (y sus propósitos son mis sueños… Gracias Señor, ¡Gracias!). Que si quiero todo eso debo estar en el río, en su río, su mover, su presencia, la misma presencia de Dios; que te lleva, te renueva, te fortalece y te libera de todo mal. En su presencia hay plenitud de gozo. Él te hará libre, cambiará tu mente, limpiará tus ojos para que veas cómo él ve.

«Pero sólo una cosa es necesaria; y María ha escogido la buena parte, la cual no le será quitada». Lucas 10:42

Tenemos muchos planes y sueños, pero solo los podremos llevar a cabo si estamos unido a Él, si vamos llevados por su río, arrastrados donde nos quiera llevar, somos como el viento no sabemos bien de dónde viene ni a dónde va, pero podemos confiar porque él sabrá qué cosas debemos hacer, él abrirá puertas, romperá yugos y destruirá toda oposición. Cuando le adoras en espíritu y en verdad, el te abre puertas.

«El viento sopla de donde quiere, y oyes su sonido; mas ni sabes de dónde viene, ni a dónde va; así es todo aquel que es nacido del Espíritu». Juan 3:8

A veces no puedo resistir cumplirle algunos deseos a mi esposa y a mi hijo, porque simplemente los amo. Cuando estoy con ellos, tenemos alegría de estar juntos, tengo ganas de darles todo lo que pueda, todo, para que sean más felices. Y sin duda creo que lo mismo le pasa a Jesús con nosotros, es muy simple estar con él, nos desea y quiere estar con nosotros, el que lo ama de verdad debe pasar tiempos con él.

Jesús le dijo a Marta: «Solo una cosa es necesaria y María a elegido la mejor parte, la cual no le será quitada». Estar con Jesús es lo mejor que te puede pasar. No me refiero solo a confesarlo o creer, sino a estar, a caminar, a compartir con él, a tener esas charlas íntimas, pronto te hablará y te dará libertad, cuando te metas al río.

Adorar a Dios, adorar al Padre con todo el corazón, deleitarte con él; eso no tiene precio, eso no se consigue en ningún lado. La parte de la oración cuando adoras es la más importante, de hecho muchas veces te bastará solo con adorarlo, porque en la adoración genuina se produce una conexión de amor única con Dios, tu vida es para él, lo adoras con tu vida, con todo… y ese amor y devoción solo te salen en adoración, es la máxima expresión de amor y entrega, adorar. A veces me salta una mente religiosa y quiero detener mi adoración y cambiarle el rumbo a mi oración, pero no puedo… su amor me constriñe; me lleva para otro lado, me muestra que así está bien, que el me entiende, que el ya tomo mis peticiones, que ya llevó mis cargas, que no me preocupe tanto, el sabe todo y me conoce, solo quiere estar conmigo, que no es lo mismo. No quiere tener una entrevista, sino un tiempo… un tiempo de comunión.

Quiero que lo entiendas, que recibas la revelación, adorar es tu máxima unión de amor a Dios. Adorar no es cantar canciones lindas, adorar es algo que sale desde todo tu ser, desde lo más hondo con toda tu vida para amarlo. Las palabras se quedan cortas a veces, no llegan a expresar nuestra unidad y devoción, por eso surge la adoración espontáneamente, de quienes lo aman… de sus hijos, de la esposa, que es la verdadera iglesia, que vive en el primer amor.

Creo que el Señor viene pronto y esta buscando adoradores genuinos, (no adoradores de si mismos) sino adoradores en espíritu y en verdad. El cielo esta lleno de adoración, porque cuando te quitas de encima tantas distracciones y logras conectarte un rato con él, te das cuenta que no hay nada mas importante.

Conectados para Vencer

Adorar abre puertas, porque cuando estás teniendo esa relación de amor tan íntima de amor con el Señor, todo fluye de otra manera en tu vida, las cosas salen, las puertas se abren, la lucidez llega a tu mente, el sosiego a tu espíritu y la paz a tu alma. Hoy en día la tecnología nos brinda la posibilidad de estar conectados con mucha información, con muchos datos, con noticias, con gente, con amigos, con todo lo que pasa en el mundo y a nuestro alrededor. Y de la misma forma, los que trabajamos en la extensión del reino de Dios, necesitamos estar conectados con el comandante, con lo que está pasando en su reino, con sus planes, su sabiduría y su río que nos lleva por el lugar indicado.

«En el último y gran día de la fiesta, Jesús se puso en pie y alzó la voz, diciendo: Si alguno tiene sed, venga a mí y beba. El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva». Juan 7:37-38

El río de Dios tiene todo, tiene ideas nuevas, soluciones, tiene sanidad, tiene estrategias, liberación, prosperidad, felicidad, alegría, fuerza y sabiduría. Tu mente se llenará de sabiduría divina para que trabajes lleno del poder del Espíritu Santo. La revelación vendrá y todo te saldrá bien.

Recuerda que en todos los tiempos que pasemos con el corazón abierto, sincero, transparente y genuino delante de Dios, siempre te llevarás algo, algo que sale de su trono, de su río, y ese río nos hace fructificar en todo, porque se derrama desde su corazón para nosotros.

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