Por Esteban Correa
La persona chismosa te hace sentir que eres su amigo, te halaga, parece que aparentemente te aprecia y te da una sensación agradable, pero su verdadera intención está camuflada, su verdadero objetivo es provocar peleas y traicionar tu confianza.
En proverbios 20:19 (NVI) dice: “El chismoso traiciona la confianza; no te juntes con la gente que habla de más”. Y el proverbio 26:20 (NVI) agrega: “Sin leña se apaga el fuego; sin chismes se acaba el pleito”.
A todos nos pasó alguna vez que por causa de los chismes tuvimos problemas, peleas y todo clase de malestar. El chisme es un peligroso pecado de la lengua, es una palabra de más, una intencionalidad maliciosa en una frase que puede desatar un gigantesco conflicto. Los chismes son comentarios mal intencionados, que tienen el fin de dividir y hacer pelear a las personas. El chismoso quiere controlar y manipular. Es una actitud perversa y detestable. La biblia nos da una sola solución sobre las personas chismosas y es alejarnos de ellas.
No intentes caerle bien al chismoso, porque así como te habla mal de otros, también hablará mal de ti. Evitar todo tipo de relación y contacto con el chismoso es la mejor decisión, porque donde hay un chismoso sin duda, habrá problemas. El chisme es una situación distorsionada, un susurro engañoso, un juicio injusto, una mentira, un pecado.
Hagamos esta oración:
“Señor dame discernimiento y sabiduría para saber cuando estoy siendo manipulado por un chismoso, no me dejes ser engañado por la aparente amistad de quién tiene una mala intención, declaro que ningún chismoso afectara mi vida en el nombre de Jesús. Amén”.
