Mario Serrano

Oración para tener satisfacción completa y plenitud

En verdad que me he comportado y he acallado mi alma Como un niño destetado de su madre; Como un niño destetado está mi alma. (Salmo 131:2)

No hay cuadro que refleje con mayor claridad lo que significa satisfacción y calma, que la imagen de un niño recién amamantado en el pecho de su madre. Algunas veces hasta pueden irradiar una sonrisa, mientras están semidormidos, expresando de esta manera que están completamente satisfechos y en paz.

Él bebe encuentra en su madre todo lo que necesita para ser feliz. Esta le provee al menos tres cosas importantes, alimento, cuidado y amor.

La leche de la madre posee todos los nutrientes necesarios para el buen desarrollo del niño. Esta a su vez lo hace sentir protegido cuando lo abraza y lo coloca en su pecho, el lugar donde puede darle la mayor cobertura y seguridad, y es allí en su pecho que el niño siente el palpitar del corazón de su madre como así también su tierna voz, percibiendo el amor de esta, brindándole así una satisfacción completa.

El rey David encontraba en el Señor todo lo que su alma necesitaba para tener sosiego, seguridad y una plena satisfacción.

Dios quiere que tengas esa misma experiencia en tu ser interior. Posiblemente tu alma este inquieta. Las dificultades de la vida han perturbado tu ser interior y estas como un bebe que llora y no encuentra compostura.

Así como David, toma el control y acalla tu alma. Mira la bondad y el amor de Dios hacia ti. Recuerda que nunca te ha abandonado. En los momentos más duros puedes hallar refugio y consuelo en sus brazos. Escucha su dulce y tierna voz hablando en la quietud.

Fortalece tu alma alimentándote con los nutrientes esenciales y completos que te provee su palabra. Meditar en sus promesas y confesarlas con tu boca, sustentan tu alma debilitada.

La próxima vez que veas un bebe descansando y satisfecho en el seno de su madre, respira profundamente y confiesa como el salmista “como un niño recién amamantado, así está satisfecha mi alma”.

Oremos juntos así:

Padre celestial, los problemas y dificultades han inquietado mi alma.
Me siento debilitado e intranquilo. Quiero tener reposo y satisfacción en mi interior.
Cúbreme con tus brazos de amor y bondad.
Irradia el calor de tu amor a mi alma fría y atribulada.
Recibo de ti el alimento y sustento que tu palabra me provee
En el nombre de Jesús, quito de mi vida toda ansiedad, fatiga espiritual, desanimo e inquietud que afligen mi alma
Declaro satisfacción completa y plenitud a través de mi relación con Cristo
Por Cristo y a través de Cristo declaro que vivo en abundancia, paz, gozo, seguridad y confianza.
La satisfacción y plenitud que recibo de Dios no puede compararse con nada de este mundo.
Estoy pleno, saludable, grandemente bendecido y en paz.
Creo, declaro y recibo todo esto en el nombre maravilloso de Jesús, amén y amén.

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