Devocionales

Proverbios 1 Para Jóvenes Con Explicación

Por Esteban Correa. Proverbios 1 Biblia Hablada

Creo que el rey Salomón hubiese sido un gran influencer, porque fue capaz, hace miles de años de difundir masivamente la sabiduría de Dios con frases cortas, seguramente tendría millones de seguidores en las redes sociales.

Los proverbios no aburren para nada, porque puedes leer cualquier parte y encontrar un tesoro de sabiduría en ellos, ya que no se tratan de una compleja teología, sino todo lo contrario, enseñan y aconsejan para todo tipo de cosas, para relacionarte con tus amigos, tu familia, en la sexualidad, en el noviazgo y el matrimonio, como también para el estudio y el trabajo.

Te enseñan a ser exitoso, y su valor no se ha perdido ni se perderá jamás porque vienen del cielo, lo que significa que no pasan de moda.

El proverbio es una forma de comunicar sabiduría en frases cortas y memorables.

Desde la antigüedad, y en casi todas las culturas, existen proverbios populares, frases o dichos breves que nos hacen reflexionar. El rey Salomón, compiló la sabiduría Dios en este libro.

La diferencia de estos proverbios con los de otras culturas, es que se basan en la honra y el respeto a Dios como la base de toda su enseñanza.

El rey Salomón, recibió de Dios una sabiduría especial, ya que al comenzar su joven reinado, se sintió abrumado por su responsabilidad, en ese entonces Dios se le apareció en sueños diciendo que le pidiera lo que quisiera, por lo que Salomón le pidió sabiduría para gobernar el pueblo, cosa que el Señor le concedió, además de bendecir su gobierno con gran abundancia de riquezas. Puedes leer esta interesante historia en 2 Crónicas capítulo 1 y 1 Reyes capítulo 3.

Veamos qué dice la biblia sobre la fama que tenía Salomón en su tiempo:

“Dios le dio a Salomón sabiduría, inteligencia y gran capacidad para comprenderlo todo. Fue más sabio que todos los sabios de Mesopotamia y Egipto. (…) Era famoso en todas las regiones de alrededor. Escribió tres mil proverbios y cinco mil poemas”. 1 Reyes 4:29-32 (TLA)

El libro comienza invitándonos a recibir su enseñanza para ser inteligentes y para transitar el camino de la sabiduría.

Dios te llama a que seas una persona receptiva para aprender, capacitarte y conocer que Él es el centro de todo y que si lo tienes a Dios como tu aliado, todas las cosas te van a salir bien. Este libro nos revela promesas maravillas de Dios para nosotros, las cuales veremos a lo largo de este estudio. Promesas de paz, abundancia, salud y alegría, porque Dios tiene un plan genial para ti y te quiere impartir su sabiduría para que llegues a grandes cosas.

El requisito fundamental para poder recibir todo esta bendición está en ser humilde y saber que tenemos mucho que aprender. Siempre debes despertar el hambre en tu interior por aprender todo lo que puedas, para superarte, perfeccionarte y ser el mejor en todo lo que hagas, pero recuerda que solo Dios, y no tu astucia, es quién te abrirá las grandes puertas y te dará gracia para alcanzar tu pleno propósito.

Para tener los mejores y más bendecidos resultados, necesitas primero depender de Dios en tu corazón, ser humilde y buscarlo con respeto y devoción.

Ahora bien, hay algunas diferencias que podemos notar entre conocimiento, inteligencia y sabiduría.

El conocimiento es importante porque nos da las herramientas que necesitamos para todo, nos da los datos y la información necesaria para las cosas. Podemos comparar el conocimiento a las herramientas y materiales que precisamos cuando debemos construir algo.

La inteligencia tiene que ver con la habilidad, la destreza y la aplicación práctica de dichos conocimientos. Hay quienes tienen mucho conocimiento, pero no saben utilizarlos con inteligencia y hay quienes poseen una gran inteligencia y sacan buen provecho de una menor cantidad de conocimientos.

Pero lo mejor, es que podamos tener ambas cosas, es decir, muchos conocimientos y desarrollar al máximo la inteligencia.

Luego está la sabiduría, la cual es un conocimiento e inteligencia más profundo, que nos puede orientar en las decisiones más trascendentes de la vida. La sabiduría nos guía en la forma de vivir, en nuestros más íntimos pensamientos.

Por eso debemos trazar una diferencia entre lo que se llama sabiduría en este mundo (la que no tiene en cuenta a Dios) y la sabiduría que procede del cielo.

Por ejemplo, si comprendemos que Dios es nuestro creador: ¿Quién podría conocernos mejor que Él? la biblia es como el manual del fabricante, si acudimos a sus revelaciones tendremos las respuestas necesarias.

Cuando tenemos un conflicto, pero buscamos a Dios en oración y leemos la biblia para encontrar una respuesta, estamos en el camino de la verdadera sabiduría, porque de esta forma, abrimos la puerta a que el Señor ilumine nuestro ser con su Espíritu Santo y podamos comprender claramente dónde está el problema y cómo superarlo.

La comprensión que Dios nos puede dar, tiene otro nivel de conocimiento, es algo que Él siembra en nuestro espíritu y nos da paz, entusiasmo, vigor y lucidez, porque la sabiduría de Dios es viva, eficaz y eterna.

Pero si desechamos la ayuda de Dios, si no pensamos en lo que nos dice su palabra y no oramos, entonces estamos confiando en cualquier otra cosa y no en nuestro Creador.

La sabiduría de Dios nos guía por el camino recto, honesto, nos allana los pasos, nos evita problemas, nos aleja de las personas incorrectas y no lleva a la paz y salud.

En el versículo siete nos revela el siguiente secreto: Alguien sabio es alguien que obedece y honra a Dios sobre todas las cosas.

Alguién que no reconoce a Dios como el gran diseñador inteligente, está actuando con necedad, está confiando en la capacidad humana, más que en la de Dios. Muchos de los males que hay en el mundo suceden porque la gente ha decidido desobedecer los consejos de Dios.

Por eso de aquí en más, verás que el libro de proverbios llama necio o ignorante a los que desprecian su conocimiento. Éstas personas se golpean una y otra vez con problemas, fracasos, desilusiones, torpezas y toda clase de amargas experiencias.

Pero Dios llama sabios a aquellos que confían en Él, lo buscan y aprender de su palabra.

En resumen, el capítulo uno nos enseña que tenemos disponible la sabiduría de Dios para disfrutarla. Que necesitamos aprender todo el tiempo, que debemos amar a Dios sobre todas las cosas y construir todo lo demás sobre la fe.

Recuerda: El fundamento de la más alta sabiduría, es saber que Dios es nuestro creador, que nos conoce como nadie y que no existe otra fuente más grande, perfecta y sana para alcanzarla.

Hagamos juntos esta oración:

“Padre Celestial, gracias por enseñarme que eres mi creador y que la verdadera sabiduría comienza por honrarte y obedecerte. Ayúdame a ser una persona llena de tu sabiduría. Dame la oportunidad de aprender los conocimientos que necesite para que los pueda aplicar con inteligencia en todo lo que haga. Te lo pido en el nombre de Jesús. Amén”

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