Palabra Del Aliento Para Bendecirte Hoy

Palabras de Aliento

 

Ante los ojos de Dios

 

Por Joel Osteen

Nuestro valor individual es intrínseco; no es algo que hayamos ganado ni podemos ganarlo. Dios nos puso valor dentro cuando nos creó. Para Dios, somos su creación suprema

 

Las Escrituras dicen: "Somos obra de Dios". Esta palabra, obra, implica que todavía no somos un producto terminado; que estamos "en construcción". A lo largo de la vida, Dios continuamente nos da forma, nos moldea para que lleguemos a ser la persona que Él quiere que seamos.

La clave para el éxito futuro es no desalentarse con el pasado o el presente mientras estamos en proceso de "construcción". Lo vea usted o no, ahora mismo Dios está obrando para que avance hacia cosas más grandes.
Cuando sienta la tentación del desaliento, recuerde que -según la palabra de Dios-su futuro es cada vez más brillante; está en camino hacia un nuevo nivel de gloria. Podrá pensar que aún falta mucho, pero solamente hay que mirar hacia atrás para ver cuánto ya ha avanzado. Quizá no sea todo lo que quiere ser, pero al menos puede agradecerle a Dios que ya no es lo que solía ser.

Nuestro valor individual es intrínseco; no es algo que hayamos ganado ni podemos ganarlo. Dios nos puso valor dentro cuando nos creó. Para Dios, somos su creación suprema. Esto significa que puede ya dejar de obsesionarse con todos sus defectos, y dejar de reprenderse. Todos tenemos defectos y debilidades. La buena noticia es que Dios lo sabe todo sobre nosotros, lo bueno y lo malo, y que aún así nos ama y valora incondicionalmente. Dios no siempre aprueba nuestra conducta. No le agrada que vayamos en contra de su voluntad, y cuando lo hacemos siempre sufrimos las consecuencias y tenemos que trabajar con Él para corregir nuestros pensamientos, palabras, acciones o actitudes. Y aunque debiéramos trabajar por mejorar en las áreas en que nos quedamos cortos, nada de lo que hagamos podrá hacer que Dios nos ame menos...o más.

Oración: Gracias, Padre, por conocer mi valor y decírmelo en tu palabra. Gracias por ver mi potencial. Quizá no entienda todo lo que sucede en mi vida ahora mismo, pero sé que tú tienes el control. Tus caminos son mejores y más altos que los míos. Aún cuando todos los demás me rechacen, ayúdame a recordar que tú siempre estás ante mis ojos, con los brazos abiertos. Gracias, Padre, por no abandonarme jamás. (Extracto tomado del libro Su mejor vida ahora Diario de oración y reflexión de Joel Osteen)


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