Un Ángel Con Cindy Jacobs - Testimonio Impactante
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Testimonio de un angel con Cindy Jacobs
Leslyn musch y yo acabábamos de llegar a Caracas, Venezuela. Cuando bajamos del avión al aire pesado de la noche, dije: "Seguro que alguien ha venido a recogemos. Mi español no es muy bueno". Estaba bromeando, pero mis palabras eran más proféticas de lo que imaginaba.
Eran alrededor de las 9:30 p.m. y estábamos cansadas desÂpués de un largo dÃa de viaje. Recogimos nuestro equipaje y pasamos poda aduana sin complicaciones. Expectantes, recorrimos la multitud con la mirada en busca de alguna señal de bienvenida o de alguna persona enviada por la iglesia para venir a buscamos. No habÃa ninguna señal, y tampoco habÃa un conductor. Ambas nos miramos como diciendo "quizás están demorados por el tránsito".
El tiempo pasaba, asà que decidà poner a prueba mi español. Pero todo el mundo se estaba yendo. Para nuestra consternación todas las tiendas empezaron a cerrar: la casa de cambio y los mostradores; todo. Sucedió tan rápidamente que no nos dimos cuenta de que estábamos en apuros hasta que fue demasiado tarde. Â
Encontramos a algunas personas y les preguntamos en nuestro limitado español si era seguro viajar a la ciudad en taxi. La gente nos miraba verdaderamente horrorizada y exclamaba: "¡Peligro!". PodÃa entenderlo bien, aunque casi no hablaba español. Al fin, después de arrastrar nuestro equipaje por el aeropuerto, nos sentamos en un lugar visible. Asomé la cabeza para ver si habÃa filas de automóviles o tránÂsito que pudiera causar nada demora, o si habÃa alguien que se acercara diciendo con alivio (tanto para ellos como para nosotros): "¡Siento haber llegado tarde!" No habÃa tránsito ni nadie que nos buscara. Leslyn y yo nos sentamos sobre el equipaje y nos miramos. Le dije: "Creo que es hora de empezar a orar ¡con fuerza!". Ella asintió. .
- Cada vez se hacÃa más tarde y nuestras oraciones eran cada vez más fervientes, cuando de pronto un simpático joven vestido de traje; al parecer venezolano, se nos acercó. "Hola", dijo alegremente en un perfecto inglés, "estoy aquà para recibir a las personas muy importantes [VIP]. ¿Necesitan ayuda?"
Se habÃa quedado corto con la pregunta. ¡Vaya si necesiÂtábamos ayuda!.
HabÃa intentado llamar por teléfono 'al hotel antes, peto me dijeron que necesitábamos una tarjeta telefónica; para adquirir una, necesitábamos moneda local y la casa de cambio estaba cerrada. Le expliqué al joven que necesitáÂbamos llamar al hotel pero que no tenÃamos una de esas tarjetas. "No Hay problema", dijo, sonriendo y sosteniendo una en el aire. "Yo tengo una." "Grandioso" respondÃ, y doblamos la esquina para ir a los teléfonos, dejando a Leslyn para que cuidara el equipaje. le di al joven venezolano el número del hotel, él lo marcó, habló con la recepción, y luego me paso el teléfono a mi. Afortunadamente, la persona que estaba del otro lado de la lÃnea hablaba ingles
Por fin, estamos llegando a alguna parte, pensé aliviada.
Mientras esperaba que el empleado buscara nuestra reserÂvación: miré disimuladamente al hombre del aeropuerto y agradecà al Señor por él. Me dio otra de sus maravillosas sonÂrisas y dijo: "A propósito, mi nombre es LuÃs y soy un ángel enviado por Dios". Me quedé mirándolo fijamente sin poder creer lo que acababa de oÃr mientras sostenÃa el auricular del teléfono. "¿Tú eres un ángel?" una vez más sonrió y luego señalo hacia el cielo y respondió: "SÃ, tú sabes, de allÃ".
Antes de colgar el teléfono, ya se habÃan hecho los arreglos necesarios para que un chofer del hotel viniera a recogernos. LuÃs y yo volvimos a donde estaba Leslyn. Debo admitir que estaba como en un estado 'de shock Aún no estaba totalÂmente convencida de que me hubiera ayudado un ángel de verdad, enviado por Dios.
Le conté a Leslyn que un coche iba a venir a buscamos y cuando me di vuelta, LuÃs se habÃa ido. Nunca lo volvimos a ver. Al dÃa siguiente nos enteramos de que nos esperaban a las 10:00 a.m. y no a las "10:00 p.mâ Eso explicaba por qué no habÃa ningún chofer esperándonos. ¡Gracias a Dios por nuestro ángel de bienvenida!
No os olvidéis de la hospitalidad, porque por ella algunos, sin saberlo, hospedaron ángeles (Heb. 13:2).
¿QUà HACE A LOS ÃNGELES SERES ANGELICALES?
La mayorÃa de los creyentes tiene una historia de ángeles, o puede relatar un incidente en el que fueron protegidos de forma sobrenatural. Cuando hablo sobre este tema y pregunto: ¿Cuántos de ustedes podrÃan contarme alguna situación en la que fueron protegidos por lo que ustedes sinÂtieron que era intervención angélica? La mayorÃa de la gente de la audiencia levantarÃa la mano.
La Biblia está llena de historias de ángeles e incluso nos dice que Dios los envÃa para ministramos.
Esto no nos sorprende ya que La Biblia está llena de hisÂtorias de ángeles e incluso nos dice que Dios los envÃa para ministramos (ver Heb. 1:14).
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