Vivir con Pasión
Por Dante Gebel
Cuando uno trabaja por un salario y un sueldo, lo he vivido con parientes muy cercanos a mí, uno va sepultando las más profundas pasiones debajo de las responsabilidades.
Luis Sandrini fue un actor Argentino que filmo 78 películas, un actor extraordinario. La película numero 78 la dirigió alguien que tuvimos la ocasión de conocer, Ramón Ortega; se llamaba “Que linda es mi familia”.
Cuando él filmaba esa película, él se empezó a sentir mal, tenía como dolores en el pecho y su director le decía que si quería suspendían la filmación hasta que él se repusiera. Y él solía decirle a Ortega, su director, si suspenden la filmación me voy a morir antes, porque disfruto lo que estoy haciendo. Y la terminó, filmó la última escena; cuando todos los que están detrás del set y aplauden y celebran; él de allí se fue en una ambulancia a la clínica y murió 6 días después. Por un derrame cerebral que se convinó, se coordinó con un paro cardiaco, y decía su esposa, realmente Luis murió haciendo lo que amaba hacer; un domingo 5 de Julio de 1980. Yo al otro día cumpliría 12 años de edad y ese día al leer la crónica del actor que yo tantas veces había visto en las películas, descubrí que había muerto filmando, haciendo lo que le gustaba. Era increíble que la muerte lo sorprendiera justamente cuando él estaba trabajando en lo que más le gustaba.
Entonces le dije a mi papa, si algún día muriera, quisiera morir haciendo hasta el último día lo que amo hacer, lo que me gusta hacer, no quisiera retirarme y después morirme luego del olvido, 10 o 20 años después.
Dios me de fuerzas y Dios me dé una mente brillante, o por lo menos lucida para predicar hasta el último día de mi vida, aunque las piernas no tengan la misma fuerza que tienen ahora, porque no hay nada mejor que descubrir cuál es tu pasión.
Él Señor tenía una pasión por la vida, él vivía por mucho y por muchos, y tenía una pasión a tal punto que los capítulos finales de la vida de Jesús se la conocen como la pasión. Y nosotros deberíamos ser los seguidores más apasionados de Jesucristo; nunca perder la pasión.
La pasión por vivir no es lo mismo que ganarse la vida, ganarse la vida es lo que uno hace por un salario, y el gran error de muchos es que comienzan persiguiendo una pasión y luego terminan conformándose con un salario, con un sueldo. Ahora yo soy consciente que hay cuentas que pagar, hay que ser responsables, pero uno puede edificar una vida o puede ganarse la vida simplemente; edificar una vida es muy diferente a estar ganándose la vida y trabajar por un salario. Cuando uno trabaja por un salario y un sueldo, lo he vivido con parientes muy cercanos a mí, uno va sepultando las más profundas pasiones debajo de las responsabilidades; ósea la pasión queda por allá abajo y arriba todas las responsabilidades cotidianas.
Tenemos que ser responsables, claro que sí, lo que digo es que las responsabilidades no necesariamente tienen que ahogar la pasión, aquello que nos gusta hacer. No estoy diciendo que tengan que dejar sus empleos, ni que tengan que dejar sus estudios, ningún muchacho joven me diga ¡Aleluya, el pastor dijo! .
Quiero que entiendan hacia donde voy, quiero que entiendan que cuando hay una pasión en el corazón, nunca una responsabilidad lo termina de eclipsar. No importa la edad, no importa cuán calificado estés y aquí es donde entra el personaje que quiero hablarles por unos instantes; que habla justamente de la pasión. Estoy hablando de Nehemías, han oído hablar de él, tienen un libro en vuestra biblia que lleva su nombre. Para hablar de Nehemías rápido tenemos que hacer un vuelo de pájaro de una suerte de elección de historia y contarles que en el año 586 a.c un rey llamado Nabucodonosor invade Israel, invade Jerusalén. Destruye todo, destruye templo, la ciudad, las murallas. Luego, algunos años después, un tal Zorobabel con un remanente de judíos va y trata de reconstruir la ciudad, pero no obstante deja las murallas tiradas y todavía están sin construir; hacía falta mano de obra, ingenieros, arquitectos y por sobre todo un cerebro que pudiera llevar adelante esa tarea; Zorobabel no lo hace.
Son algunos años después exactamente, en el año 445 a.c, cuando un copero del rey que tiene la llave directa de la bodega que le trae los mejores vinos al rey cuando hay un banquete, tiene una idea loca. Es un hombre no calificado pero la pasión se va a encender en él. Y dice la biblia en el libro que lleva su nombre, Nehemías 1:1 lo siguiente “Estas son las palabras de Nehemías, hijo de Hacalías en el mes de Quisleu, en el año 20, estando yo, Nehemías en ciudadela de Susa, llegó Hanani, uno de mis hermanos, junto con algunos hombres de Judá y les pregunté por el resto de los judíos que se habían librado del destierro y por Jerusalén; me respondieron los que se libraron del destierro y quedaron en la provincia están enfrentando una gran calamidad y humillación. La muralla de Jerusalén sigue derribada, con sus puertas consumidas por el fuego. Al escuchar esto (dice Nehemías) me senté a llorar; hice duelo por algunos días, ayune y ore al Dios del cielo”.
Préstenme atención por favor, Nehemías no tiene ningún conocimiento de arquitectura, él es copero no sabe nada de la construcción, nunca había estado en Jerusalén, la biblia no da luz que él allá estado en Jerusalén alguna vez, no sabe cómo luce, no sabe cómo se ve Jerusalén, no hay fotografías, no hay Facebook, no hay redes sociales, se tiene que llevar por lo que la gente le cuenta; entre ellos su hermano, que aparentemente él sí estuvo en Jerusalén.
Y Nehemías solo hace una pregunta ¿Cómo esta Jerusalén, la tierra de mis antepasados, como esta? Y su hermano le da un reporte le dice; Nehemías las murallas están derribadas, así que lo que hizo Zorobabel hace unos años de reconstruir la ciudad es saco roto, lo hemos de perder en cualquier momento, sin murallas somos presas fáciles para cualquier enemigo. Cuando recibe esta noticia un copero, toma una decisión humanamente irresponsable, dejar lo seguro por una carga que necesariamente no es de él, y por experiencia, insisto, cada vez que Dios nos manda a hacer algo, las decisiones que tenemos que tomar parecen ser irresponsables.
¿Me siguen hasta ahí? Por experiencia esto va para alguien que lo está necesitando. Hay alguien aquí que dice; Dios me está pidiendo algo pero cuando hago números, las cuentas no me dan, Dios me está pidiendo que viaje, que renuncie, que pida ese aumento, no sé, algo Dios te está pidiendo hace tiempo aquí en el corazón. Y cuando tu pones él debe y el haber, dices, no voy a quedar debiendo, no me va a salir bien, es algo humanamente imposible; eso es lo que certifica que Dios está poniendo algo en tu corazón. Ahora tú dices ¿y cómo se si no es mío, como se si es de Dios?
Voy a darle algunos tips o algunas ayudas, no porque me considere que necesariamente sepa más que todo, sino porque he estado en esa estación de la vida y he aprendido a discernir la voz de Dios, a veces me he equivocado por cierto pero la mayoría de las veces he aprendido a oírlo.
Una de las preguntas que una vez me hizo un profesor en Favorday, Dante ¿Qué es lo que te hace enojar y que es lo que te pone feliz? Esa pregunta tal como él me la hizo. Piensen bien ¿qué es lo que hace que golpees el puño en la mesa?, de la vida digo, no diga y mi hijo, mi suegra cuando me viene a visitar; sino de la vida, seamos un poco más poético que la suegra, de la vida ¿qué es lo que te hace enojar y que es lo que te hace gozar? Ósea que despierta tus pasiones más profundas, que saca lo mejor y que saca lo peor de ti. Tú dices ¿Qué tiene que ver lo mejor con lo peor? Porque la combinación de ambas siempre convergen en lo que es tu pasión.
Por ejemplo, hay gente que no puede ver la prostitución, y la enoja, la enoja; y es como que no puede parar la prostitución del mundo, pero tú dices, yo voy a aportar un grano de arena para que esto se acabe. Hay otros que no soportan la violencia doméstica, sea porque la han vivido, porque han escuchado de ella, porque les causa cierta repulsión por alguna razón y eso los enoja; y el hacer algo por esa gente los pone alegres. Por eso digo que es lo que te enoja y que es lo que te da gozo real, porque cuando ambas convergen en el mismo camino, llegas al camino y al destino de la pasión.
Ahora tu puedes ser un fracaso con éxito ¿Qué es ser un fracaso con éxito? Poner la escalera que te lleva a la cima en la muralla equivocada. Si Nehemías hacia carrera siendo copero del rey y llegaba a lo más alto del poder de babilonia, iba a tener éxito pero iba a sentirse fracasado porque su escalera no estaba en el muro de Jerusalén donde la debería poner.
Es vital y determinante saber a dónde vamos a apoyar nuestra escalera. Subir todos podemos subir, pero en que pared, todos podemos llegar a la cima de algo. Por eso hay gente que está en Hollywood o en Beverly Hill, y se suicida con pastillas dentro de una bañera y tú dices ¿por qué? Porque subió a lo más alto pero en la pared equivocada. Y eso es ser un exitoso fracasado.
Ahora si tú puedes subir a lo más alto en la pared correcta, es porque has descubierto la pasión. Y Nehemías cuando le dan el reporte inmediatamente él dice esta es mi tarea, nadie se la encomienda, no ve una voz de Dios diciendo ¡tú eres el hombre!, pero algo converge en su corazón de modo que un simple reporte de un noticiero se le hace pasión en su corazón.
Mi queridos yo preferiría fracasar en algo que me gusta a tener éxito en algo que no amo, yo preferiría fracasar intentado hacer lo que amo.
Por eso dije al inicio que he descubierto, quisieras elegir la manera en que voy a morir. Me gustaría morir intentando hacer lo que amo, lo que me gusta, que es esto, inspirar, tratar de que las palabras de Dios fluyan a través de mi boca y ser el canal más limpio posible para que desde el trono lleguen las primeras aguas a la gente que me prestan sus oídos.
Ahora en la biblia cuenta Nehemías, aconteció que en el año 20 del rey Artajerjes, estando yo delante de él, tomé vino para darle al rey y yo había estado triste en su presencia, dice Nehemías. Oigan esto, y el rey me dijo ¿Por qué está triste tu rostro? Tú no estás enfermo, esto no es otra cosa que tristeza del corazón, le dice el rey. Y él se asusta porque el rey nota que su cara cambio, que la atmosfera cambió, nota que la atmosfera cambio en el palacio a causa de la pasión y lo que nació en el corazón de Nehemías; su enojo, su tristeza, más el gozo por la posibilidad de ser él, el agente de cambio, hacen que el rey diga Nehemías ¿Qué te pasa? Un inconverso percibe la atmosfera y le dice, vive para siempre rey. Como no voy a estar triste cuando la ciudad del sepulcro de mis padres esta desolada y sus puertas consumidas por fuego y el rey le dice, Nehemías ¿Qué me pides? Y gloria a Dios que Nehemías supo responder esa pregunta.
A todos les va a llegar un momento en que Dios les hará o alguien les hará esta pregunta ¿Qué necesitas para construir tu pasión? Y tienes que tener una respuesta tan rápida como tu número de seguro social, o tu número telefónico. Si alguien se demanda en pensarlo es porque no tienes claro cuál es tu pasión. Si estás enamorado, tú sueñas como será tu casa, como será la entrada, el portal de flores que habrá, tú sueñas, tú tienes pasión.
Nehemías sabe responder ¡Si le parece bien al rey, y he hallado gracia delante de ti, envíame a la ciudad, sepulcro de mi padre para que yo la reedifique! ¿Y que hace Nehemías? No se pone solamente a orar, se pone a planificar. Hay momentos se los dije, no hay que orar por todo, a veces hay que trabajar duro.
Una vez alguien me contó, era un predicador, que tenía un único traje azul y decía que cuando mandaba el traje a la tintorería, oraba para que se lo entregaran a tiempo, porque si no estaba a tiempo no podía predicar el próximo fin de semana, el único traje. Me dio tanta angustia que me puse a orar y dije Señor dale trajes a este hombre, y Dios me dice porque estas orándome a mi si vos tenes los trajes, desgraciado dáselo (jajaja) bueno no me dijo desgraciado, me dijo agraciado hijo mío. ¿Por qué me estas pidiendo a mí, algo que tienes que hacer tu? Ve a tu guardarropa y dale un traje o dale dos trajes, regálaselos y yo me transforme las respuestas a mis oraciones.
Porque a veces confundimos responsabilidades y le pedimos a Dios que haga lo que tenemos que hacer nosotros y queremos hacer nosotros lo que le corresponde a Dios, como por ejemplo, ocasionar convicción de pecado en la gente, y somos patéticos como predicadores cuando queremos traer convicción de pecado a la gente porque esa es la tarea del Espíritu Santo. Yo puedo predicar lo mejor posible pero si el Espíritu Santo no te trae convicción al corazón, son palabras, soy simplemente un político dando un discurso y si yo quiero traer convicción de pecado, hacerte sentir mal, hablarte del infierno (te vas a morir con los gusanos), por ahí logro que alguien pase, pero es ridículo.
Y así como yo no puedo tomar la tarea del Espíritu Santo, él tampoco toma las mías. Así que hice lo que yo tenía que hacer, yo tenía trajes extras y pude bendecirlo.
El día que el evangelio comience a ser un sustantivo en lugar de un verbo, ese día habremos perdido el encanto de ser hijos de Dios. Lean por favor el libro que sigue a los evangelios, dice, ideas de los Apóstoles, dice palabras de los Apóstoles, teología de los Apóstoles ¿Cómo se llama el libro? Hechos. Y algunos creen que todo se trata de que algún día el Señor le diga ¡bien dicho siervo fiel, entra en el gozo de tu Señor! Tampoco les dirá buen predicador siervo fiel, tampoco dirá bien pensado siervo fiel, bien escrito, no; bien hecho, el único elogio que vas a recibir va a ser ¡bien hecho! Tienes que hacer, hay momentos que no hay que orar tienes que hacer. Como dijo Nehemías, ¡Rey envíame, yo quiero ir! ¡Envíame! Aleluya.
Y no está diciendo, mire rey yo le pedí una señal a Dios, si la señal se da que alguien me regala un ladrillo, lo voy a tomar como un símbolo, no, porque las señales según el esquema bíblico siempre siguen a la fe, siempre, la fe no sigue las señales. Y si sabemos eso porque la oración más trillada del cristiano es ¡Señor dame una señal si esto es tuyo, Señor si esto es tuyo que se abran las aguas! No, mójate los pies. Primero es la fe y las señales seguirán a los que creen, las señales nunca anteceden a la fe, nunca.
Porque Nehemías se la está jugando, él le puede estar diciéndole al rey, envíame, y el rey dice estás loco y encima te corto la cabeza, porque antes eso era un delito, cuando un rey se veía importunado por uno de sus servidores, su cabeza rodaba por la arena.
Pero las señales siguen a la fe. Nehemías dice envíame y ahí empieza, ocurre algo, yo lo llamo como una suerte de conexión divina entre el favor de Dios y la fe, entre lo que uno hace. Oigan esto, presten atención por favor, si no ha ocurrido un milagro en tu vida es porque todavía no has construido un caldo de cultivo para el milagro, construye el milagro.
Eres soltero y te estas preocupando, ya deberías comprar un portarretrato para poner la foto del suso dicho o la susa dicha (prometido/a) ahí, pero tú dices ni siquiera lo tengo, y para que Dios te la va a mandar si no planificaste nada, ya tendrías que ir viendo anillos, alianzas, ya tendrías que ir viendo un vestido de novia, pero si ni novio tengo. Bueno pero para cuando venga estés lista, sea una cosa menos en la que él tenga que pensar; construí una atmosfera.
Entonces el rey dijo ¿Cuánto durara tu viaje? Le dice cuanto va a durar el viaje y dice Nehemías, dame cartas para que no me detengan en las fronteras, también dame maderas para enmaderar las puertas del palacio y para el muro de la ciudad; y me concedió el rey según el favor de Dios sobre mí. Esta es la sincronización espiritual que estamos viviendo. La pasión se conjuga con el favor de Dios, el favor no te va a alcanzar si no hay pasión por emprender.
El rey no solo le dio cartas, le dio guisado para que pudiera pasar las fronteras, le dio madera para construir ¡Al copero, al camarero! Le dio todo el material para construir el muro, además le mando todo un ejército para que lo custodiara, las fuerzas armadas, ¿A dónde vamos? A custodiar al copero, ¿a custodiar a quién? Al copero ¡está loco el rey!, no sé pero el tipo parece que es importante. Porque el favor de Dios estaba sobre él.
Mis queridos hay una oración que yo siempre tengo en el corazón, que el favor de Dios nunca me deje, oro para que el favor de Dios nunca deje a mis hijos, oro para que en la escuela, en la universidad, ellos tengan favor sobre todos los demás, para que alguien diga ¡Hay algo especial en él! No sé qué es pero el rey le de todo. ¿Cuántos quieren el favor de Dios? Digan amen.
Sincronización espiritual, todo el tiempo. Tú dices, pastor este mensaje simplemente me sube, quiero hacer algo, pero estoy atascado en Babilonia. Este hombre estaba a 1600 km, Nehemías, de las ruinas, 1600 km de donde tenía que ir, atascado en Babilonia, en un sitio donde él dijo este no es mi lugar. Tal vez estés en un lugar donde tu jefe no te gusta, has perdido la pasión y tal vez te sientes viviendo en una familia que no querías, en un trabajo que no querías, en un país que no querías, dice ¿Cómo hago para salir de Babilonia? Estoy atascado.
Les confieso algo, no todos los días yo salto de la cama y digo ¡Voy a conquistar el mundo! A veces presiono dos, o tres veces el despertador porque quiero quedarme un poco más, pero eso no significa que yo no este apasionado, y no ame lo que hago, porque a lo largo de mi vida he tenido muchos salarios, fui carpintero, trabaje en un banco, fui chofer de gente que vendía neveras comerciales, fui vendedor de libros casa por casa, ilustre libros, fui dibujante, ayude a mi papa y serví a muchos hombres de Dios, pero tengo un solo consejo que todo ese trayecto me ha enseñado, se el mejor copero que puedas ser mientras Dios te tenga en Babilonia, se el mejor copero porque eso honra a Dios. Hacer un buen trabajo en una pésima atmosfera honra a Dios.
¿Cómo sé que Nehemías era un buen copero? Porque el rey noto que su rostro cambio y estaba triste, no era habitual que Nehemías no sonriera. Algunas personas yo no notaria cuando están triste porque generalmente siempre están con mala cara, nunca se ríen ¿Cómo esta fulano? Como siempre con la misma cara, el lunes a la mañana todos los días la misma cara. Pero se ve que Nehemías era tan excelente, tan buen copero que el rey le dijo ¿Qué te pasa? ¡Estoy triste!; Hacia su trabajo tan bien que era una bendición verlo a Nehemías. Se el mejor copero que puedas ser y has tu trabajo con pasión.
Una mujer llamada Acnés sintió el llamado al ministerio cuando era adolescente y ella tenía solo 3 centavos, y hablo con sus superiores y ella dijo “Con 3 centavos y la pasión de construir un orfanato, sé que puedo cambiar el mundo o por lo menos aportar un grano de arena para hacerlo” y le dicen, nadie cambia al mundo con un sueño de un orfanato y 3 centavos, y ella dijo si porque yo además tengo a Dios. Cuando esa mujer luego gana el premio Nobel de la paz y es más conocida como la madre Teresa, le preguntan, madre Teresa ¿Cómo hacer para marcar una diferencia como usted? Y ella respondía, búscate tu propio Calcuta, busca tu propia pasión, busca en tu código genético, que te enciende, que te enoja, que te pone gozoso, busca tu Calcuta.
Tal vez no sea la madre Teresa, tal vez nunca te den un premio Nobel de la paz pero por Dios no permitas que esas pasiones queden sepultadas por un salario, no permitas que la vida se te pase y un día te mires al espejo con 40, 50 o 70 años y descubras que ya moriste mucho antes de bajar al sepulcro. Busca tu Calcuta, elévate con pasión y por Dios.
Mensajes de Dante Gebel". Adaptado de la vídeo prédica "Vivir con Pasión".