//Volver al índice // ¿Qué es Tu tierra prometida? Los seres humanos estamos creados para vivir en felicidad, abundancia y amando a Dios sobre todas las cosas. ¿Podemos vivir en esa plenitud? Si, es posible porque es una promesa de Dios. Dios nos prometió eso y no miente. La pruebas y aflicciones solo deben cumplir con un propósito transitorio, pero la voluntad final y definitiva de Dios es que vivamos “llenos de días de gozo y disfrute” El mismo disfruta de sus hijos al verlos felices. La tierra prometida no es solo “prosperar económicamente” es mucho más que ello, no es solo “Tener paz interior” la tierra prometida es estar bajo la bendición y la gracia continua de Dios, es vivir llenos y rodeados del favor de Dios, es tener plenitud interior y frutos visibles en todo aspecto.   El libro del éxodo en la biblia es el camino de la transición, el camino que debemos atravesar para transformarnos en personas aptas para entrar en la tierra prometida. El pueblo de Dios Salió de Egipto, (que para nosotros es la vida de pecado) y tuvieron que cambiar viejas costumbres, renovar su mente, purificar su corazón, obedecer mandamientos, aprender a confiar en su Dios y ver su mano poderosa. Ellos vieron la manifestación sobrenatural más grande que hasta ahora se haya producido sobre el planeta. Ellos vieron el mar rojo abrirse, caer plagas en el pueblo enemigo, llover mana del cielo, vieron salir agua de la roca, una columna de fuego en las frías noches del desierto, una nube que los cubría del intenso calor del sol y muchas otras señales milagrosas que simbolizan la provisión total de Dios por medio de Cristo. Cuando veas más ampliamente a este Dios que tenemos, el único y sabio Dios, comprenderás que él te creo para que heredases esa tierra de plenitud en el presente y luego la vida eterna. Al salir de Egipto entraron al desierto (Ex. 15) y el desierto debía cumplir una función de santificación, consagración y transformación de su corazón (Dt. 8:2) para entrar rápidamente a la tierra prometida. Al final sabemos que pasaron 40 años dando vueltas en el desierto y de aquella primer generación solo Josué y Caleb  pudieron entrar en la tierra prometida, el resto murió en el desierto, solo entro la nueva generación en el desierto. La primera generación fueron los que vivieron muchos años siendo esclavos en Egipto, y desarrollaron su vida en el desierto, ahí vivieron, crecieron y murieron, pasaron sus días y sus años en esa tierra estéril. Lo lamentable de esto es que hoy día muchos cristianos mueren en sus desiertos. Terminan sus vidas sin haber sido conquistadores, sin vivir en sus sueños cumplidos. La vieja generación del desierto no se pudo despegar de la mentalidad de esclavo, ellos no creían que ahora Dios los podía transformar, no confiaban en Dios, no confiaban en que Dios les podía dar la capacidad y las estrategias para conquistar su tierra prometida. La biblia se divide en creyentes que conquistan y creyentes que no cumplen sus sueños, creyentes de desierto. Un espíritu Diferente Josué y Caleb son quienes tenían un espíritu diferente a todos los demás. A lo largo de esta lectura trataré de impartirte ese espíritu diferente, ese espíritu de conquista que todo lo derriba, que avanza, que destruye murallas por la fe, que pelea y gana, que se esfuerza y todo lo que hace prospera. El rey David fue otro gran ejemplo para nosotros, alguien que lucho con el espíritu de conquista. Alguien que junto con Josué y Caleb entra en la lista de los héroes de la fe (Hebreos 11) ¿Quieres sumarte a esta lista de conquistadores o quieres morir en el desierto como los demás? Dios dijo de David: “Varón conforme a mi corazón” (1 Sam. 13:14) los conquistadores agradan a Dios porque tienen fe y dice la biblia que David termino su vida de esta manera: “Y murió en buena vejez, lleno de días, de riquezas y de gloria; y reinó en su lugar Salomón su hijo”. 1 Crónicas 29:28 A pesar de haber tenido muchas dificultades y de haber cometido pecados que le trajeron sufrimiento, aún así Dios lo bendijo (porque no permaneció en ellos) lo respaldo y lo usó con poder. El texto dice: Y murió en buena vejez. Esto es haber terminado en victoria, con un reinado de éxito, de prosperidad y felicidad. Su vejez fue buena. Los días que Dios quiere para nosotros son días buenos y deben finalizar en una buena vejez. Lleno de días. Esto indica que Dios nos quiere llenar de días, la bendición de esta frase va unida a la primera. Una vida larga, de muchos años, y con un final feliz. De Riquezas y de gloria. Remata la frase añadiendo riquezas y gloria. ¡Que bendición!, no solo paz, no solo salud, no solo propósito, no solo una buena vejez, sino que aclara: Riquezas y gloria. La vida de David fu más que buena fue gloriosa y próspera. Y reino en su lugar Salomón su Hijo. David sirvió a su generación, fue una bendición para muchos, el rey más sobresaliente de Israel. Pero logró algo que muchos descuidan, dejo un legado y sucesor, delegó todo en su hijo. Lo que indica una bendición aún para toda su descendencia.   Además David es un ejemplo de humildad y de la gracia de Dios. Un simple pastorcito de ovejas, olvidado y menospreciado por su familia, el hermano del que nadie se acordaba, del que nadie daba nada, pero Dios miró su corazón y lo capacitó y le dio gracia. Lejos, es David, uno de los ejemplos a seguir. Dios exalta al humilde. José, que llegó a ser Gobernador de Egipto, fue otro conquistador del cual hablaremos más adelante y si bien no pertenecía a esta generación del desierto tuvo tanta fe (cientos de años antes) en la promesa de Dios, que sus huesos entraron también a la tierra prometida (Js. 24:32). Por su parte Josué es el ícono de la conquista y termino sus días de esta manera: “yo y mi casa serviremos a Jehová” Josué 24:15. El sirvió esforzadamente a Dios y entro en la plenitud dirigiendo la conquista ciudad por ciudad. Entrar en la tierra prometida es entrar en un lugar bendecido, en una tierra fértil, donde podemos sembrar y cosechar, conquistar, escalar, derribar lo que robo el enemigo y tomarlo. Lo opuesto es el desierto, que es un lugar de soledad y desolación, estéril. Lleno de peligros y escasez, lleno de necesidades, aunque aún en los desiertos Dios nos protege y nos sostiene, pero nunca, nunca los desiertos son para quedarse a vivir.   Este es tu tiempo de entrar a tu tierra prometida y comenzar paso a paso a conquistar todo lo que Dios ya te entrego por herencia. La herencia te pertenece, solo debes avanzar en fe y te será dada. Hablaremos del gobierno espiritual de los hijos de Dios sobre la tierra, trataremos principios que debemos activar y actitudes equivocadas que debemos cambiar. Estás a punto de atravesar una puerta para poner el pié en la tierra de plenitud donde ya no hay soledad ni falta de resultados, estás a punto de tomar tu primer conquista. La conquista de tus pensamientos y el dominio de tu espíritu.   Ver Parte 2: Cambia ya tus pensamientos  //Volver al índice // ¡Entra ya a tu tierra prometida!   Descarga el libro: Por el precio que tu decidas puedes colaborar con nosotros descargando este y 2 libros más en archivos para imprimir. Tu colaboración nos permite avanzar para bendecir a más personas. Clic aquí. Más sobre nosotros en: Luminares.org ¡Yo cumpliré mis sueños en Dios!

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