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Entrevista a Joyce Meyer |
Joyce Meyer sabe que el llamado de su vida es afirmar a los creyentes en la Palabra de Dios. Por años ese llamado la ha llevado a impactar a miles de personas en varios idiomas, incluyendo en español. Pero ahora como nunca antes, Joyce y Dave Meyer han puesto sus ojos en el pueblo hispano.
By Tessie Güell de DeVore
Joyce Meyer es una mujer sencilla: sabe quién es, lo que quiere y cuál es el propósito de su vida. Pero el camino para llegar a ese lugar no fue fácil.
Ha estado predicando la Palabra de Dios desde 1976 y en el ministerio de tiempo completo desde 1980. Después de una época como pastora asociada de la iglesia Life Christian Center en St. Louis, Missouri, el Señor la dirigió a ella y a su esposo, Dave, a establecer su propio ministerio y llamarlo Life In The Word, Inc. (Vida en la Palabra, Inc.).
Hoy día, el ministerio tiene oficinas en Estados Unidos, Canadá, Australia, Inglaterra, Nueva Zelanda y Sudáfrica. La transmisión radial y televisiva de Vida en la Palabra se escucha y ve alrededor del mundo. Ha grabado más de 225 álbumes en cintas de audio y más de 75 videos. Miles de personas asisten a sus eventos anualmente. Sus libros frecuentan las listas de mayor venta y han sido traducidos a más de 30 idiomas.
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A través de los años, el ministerio ha hecho un esfuerzo por alcanzar a la comunidad hispana. Se han traducido tres series de audio de las prédicas de Joyce y más de 21 de sus libros han sido traducidos al español, incluyendo El campo de batalla de la mente, Controlando sus emociones y El desarrollo de un líder. Además, su programa de televisión puede ser visto a través de Enlace en asociación con la Trinity Broadcasting Network (TBN). Pero todo eso está cambiando y este año se ha dado el inicio a un gran esfuerzo en el que Joyce y Dave se han comprometido a ministrarle al pueblo hispano como nunca antes.
Desde junio del 2002, la versión en español del programa de Joyce se ha estado transmitiendo diariamente a través de Telemundo y otras estaciones. Vida en la Palabra hizo su debut en nueve ciudades de los Estados Unidos con una posible audiencia de casi 23 millones de hispanos. A diferencia del programa transmitido por Enlace, el cual es doblado simultáneamente lo que significa que se puede escuchar la voz del traductor por encima de la voz de Joyce, esta nueva versión está doblada al cien por ciento. El nuevo programa se produce desde los estudios del Ministerio Joyce Meyer. Esto es sólo el principio--aparte de más libros y series en audio--el ministerio asegura que habrá un aumento en la programación televisiva según vean la acogida que tenga. Además, su página de Internet, www.jmministries.org, también ha sido traducida al castellano. |
Aquí, en forma amena y sincera, Joyce nos habla de su vida y ministerio.
Vida Cristiana: Joyce, ¿cómo surgió esta carga por el pueblo hispano?
Joyce Meyer: Déjame comenzar diciendo que estamos muy entusiasmados con la oportunidad de romper las barreras del idioma y tener el privilegio de predicar en español las Buenas Nuevas de Cristo.
Todo es en el tiempo de Dios. Nuestro corazón siempre ha sido el de llegar a la mayor cantidad de personas en la mayor cantidad de países posibles. El año pasado comencé a sentir que íbamos a estar haciendo más cosas fuera de los Estados Unidos. Pero para nosotros hacer cosas fuera del país no necasariamente significa ir físicamente. Para nosotros eso quiere decir traducir libros. Por ejemplo, ahora mismo tenemos libros publicados en más de 35 idiomas. También significa transmitir nuestros programas de televisión en distintos países e idiomas.
Mi esposo Dave fue el que tuvo una visión fuerte por el pueblo hispano. En adición a eso estamos transmitiendo el programa televisivo en seis diferentes idiomas que se hablan en la India. Eso es algo casi desconocido ya que casi nadie ha tenido el privilegio de predicarles el Evangelio en sus propios lenguajes. Además estamos en el proceso de abrir oficinas en Alemania y vamos a transmitir el programa en alemán.
Así que para contestar tu pregunta, ha sido simplemente el tiempo del Señor porque Él verdaderamente ha abierto las puertas de par en par. No tan solo para las cosas en español sino también en otros idiomas.
VC: ¿Cómo les ha ido con el desarrollo del nuevo ministerio en español?
JM: Es interesante porque lo que estamos haciendo en castellano ha resultado ser mucho más complicado de lo que pensábamos. Como sabemos, muchas veces el Señor no nos permite ver en lo que nos estamos metiendo hasta que estamos en aguas tan profundas que no tenemos forma de retroceder. Llegas a mitad del camino y te preguntas cómo vas a lograr terminar. Para nosotros ha sido como tener que comenzar literalmente otro Life in the Word. Hemos tenido que contratar operadores de teléfono bilingües y hasta que reprogramar en español una gran parte de nuestro sistema de computadoras. Los otros días le dije a Dave: "Más vale que esto funcione y dé fruto porque estamos haciendo tremendo esfuerzo". Dave dice que yo soy la visionaria y que él es el que hace las cosas realidad. Y es cierto, yo ni pensé en todos estos detalles que estamos haciendo.
VC: ¿Has visitado algunos países de América Latina?
JM: He estado en Costa Rica y México, pero hace unos cuantos años. Nuestro programa se transmite desde hace bastante tiempo por la TBN (Enlace), pero no hemos tenido forma de medir los resultados. Tenemos planes de regresar a Costa Rica. A nosotros nos gusta esperar a que las puertas se abran antes de decir que vamos a ir aquí o allá. En enero voy a ir a África porque tenemos buenos contactos en Uganda, gracias a la transmisión del programa.
Muchas personas nos comentan que a menudo llegan evangelistas, de visita a sus países lo cual es necesario, pero no son enseñados. En otras palabras, se les dice cómo ser salvos, pero las circunstancias no cambian mucho porque no son enseñados a cómo vivir cristianamente. Obviamente yo soy maestra y mi carga es enseñar, así que eso es lo que hago. Pero, Dave y yo dejamos de ser adolescentes hace tiempo así que no tenemos planes de viajar mucho.
VC: Cuando piensas en el pueblo hispanos y sus necesidades, ¿qué viene a tu mente?
JM: Una vez estaba en Rusia y le estaba preguntando al Señor qué quería que le enseñara a la gente. ¿Y sabes lo que me dijo? "Joyce, los problemas de la gente son los mismos sin importar el idioma que hablan". Así que desde ese día lo veo de esa forma y le ministro por igual a todos. Sea donde sea hay abuso, depresión, inseguridad, desánimo, miedos de todas clases, personas que no se quieren a sí mismas, actitudes religiosas acerca de Dios que no permiten que las personas se relacionen con Él adecuadamente, etc.
La vida gira alrededor de relaciones: nuestra relación con Dios, con otros y con nosotros mismos. He encontrado que el problema más grande es que las personas no tienen una buena relación consigo mismos. Normalmente, muchos piensan que el problema tiene su raíz en la relación con Dios--la cual es la más importante--,pero muchos tienen una que otra clase de relación con Dios y aun así no tienen una relación sana consigo mismos. No saben cómo llevarse bien ellos mismos, o no se agradan a sí mismos--o el otro extremo: se quieren mucho a sí mismos. Es algo en lo que es muy difícil encontrar un buen balance. Así que mi sentir es que, sea uno hispano, norteamericano, ruso, africano--todos tenemos las mismas dificultades y necesidades.
VC: Tu matrimonio con Dave es un verdadero ejemplo de lo que significa trabajar en equipo. Sin embargo, hoy día hay muchos líderes pasando por divorcios difíciles y crisis matrimoniales. ¿Cuál es el secreto de ustedes?
JM: Dave y yo llevamos más de 35 años de matrimonio y tenemos una buena relación. Pero no te puedo negar que trabajar juntos no tiene sus retos. Cuando uno trabaja con su cónyuge uno se pasa el tiempo juntos. Dave y yo estamos juntos mucho más que otras parejas. O sea, la mayoría de las parejas tienen un tiempo juntos por la mañana antes de emprender las responsabilidades del día, otro tiempo por las noches y uno que otro fin de semana. Pero Dave y yo estamos juntos todo el tiempo. Tomamos muchas decisiones juntos y aun así nos llevamos muy bien. Sin embargo, nuestras personalidades son diferentes, cada uno con un temperamento fuerte, lo cual aumenta el reto. Con los años hemos aprendido qué cosas hacer y decir.
Básicamente, hay personas que encuentran muy difícil llevarse bien uno con otro. Pero la verdad es que si no te llevas bien con el que tienes ahora, lo más probable es que no te vas a llevar bien con el próximo. ¿Me entiendes? Claro que existen casos donde hay abuso y circunstancias que impiden que las cosas funcionen. Pero en mi opinión, la mayoría de las veces culpamos a los demás cuando las cosas andan mal y en realidad la culpa la tenemos nosotros.
Una de las cosas que más me ha ayudado en la vida es saber que mi gozo no es la responsabilidad de Dave, ni de otra persona. Me costó mucho trabajo aprender eso y creo que muchas personas deben aprenderlo también: nuestro gozo personal no es la responsabilidad de otros. Eso es algo que yo tengo que conseguir con Dios, la culpa de que yo no sea feliz no es de Dave, ni de mis padres, ni de mi jefe. Mi gozo y mi felicidad son algo que yo tengo que decidir a diario.
VC: Eso es muy cierto. Tenemos que aprender a ser responsables no sólo de nuestras acciones, pero de nuestras emociones. Creo que eso tiene mucho que ver con el tema de la inseguridad. Es interesante ver cómo el enemigo nos ataca y nos hace sentir inseguros. Como decías, nuestra imagen de nosotros mismos es terrible o demasiado buena.
JM: Eso es correcto. La raíz de ambos es la inseguridad. Yo creo que el enemigo comienza a atacar en esa área desde que uno nace--quizás hasta desde que uno está en el vientre de su madre. Siempre tratando de que la persona sea insegura, porque la seguridad es todo. Cuando enseño sobre este tema siempre digo que un creyente sin confianza es como un avión listo para despegar, pero sin gasolina. Cada vez que tengo que pararme a predicar necesito tener seguridad. No estoy hablando de seguridad en mí misma, estoy hablando de tener seguridad en Dios y en lo que Él dice acerca de nosotros en su Palabra. Uno tiene que estar seguro de que está haciendo lo que se supone que debe hacer.
Uno puede tener seguridad sin ser egocéntrico. Siempre digo que tenemos que aprender a ser todo lo que debemos ser en Cristo. Apartados de Él no podemos hacer nada. Creo que eso es algo que tenemos que recordar aún más cuando Él nos da más responsabilidades. La inseguridad es una de las cosas más grandes contra la que muchas personas tienen que batallar. De vez en cuando uno conoce a alguna que otra persona que es sólida en esa área. Pero casi siempre son así porque han tenido una crianza sólida. Aunque a veces eso tampoco es una garantía. ¡Dos de mis cuatro hijos luchan contra las inseguridades y ellos no fueron criados mal!
Una de mis hijas tuvo dificultades en aprender a leer y se sintió lenta. Los niños se burlaban de ella. Con el tiempo nos dimos cuenta que la raíz es su perfeccionismo. Cuando hace las cosas le gusta hacerlas a la perfección y por lo tanto le toma más tiempo. Luego en la adolescencia tuvo algunos problemas con su cutis, lo que la hizo sentirse muy insegura. Ahora es adulta y ha vencido ese reto, pero fue algo que tuvo que batallar grandemente con la Palabra.
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VC: Es que verdaderamente la única forma de batallar la inseguridad es entrando en la Palabra y aprender lo que Dios dice de uno.
JM: Sin duda alguna. Además pienso que hay mucha presión en nuestra sociedad por tener una apariencia perfecta. Todas las revistas de moda nos muestran unas modelos super delgadas y jóvenes con piel y cuerpo perfectos. Se presentan imágenes perfectas y la verdad es que la vida no es así. Entonces las personas tienen la tendencia a pensar que pesan mucho, que no son bonitas, ni inteligentes. Que no somos lo que ellos dicen que debemos ser.
Hace unos años comencé a pensar en eso: ¿Quiénes son ellos? ¿Quién es esa entidad nebulosa que nos dice cómo debemos ser? "Ellos dicen que no puedo hacer esto o aquello. Dicen que no puedo combinar esos colores. Dicen que eso no está de moda". ¡Siempre estamos hablando de ellos y no sabemos quiénes son!
Eso es algo que el enemigo usa mucho. La fe es seguridad. El temor es la imitación de la fe que el enemigo nos presenta. Si él consigue hacernos temerosos e inseguros entonces ha logrado impedir que prosigamos hacia adelante. |
VC: Tus cuatro hijos están sirviendo al Señor. Como madre me imagino que eso debe llenar tu corazón de gozo.
JM: Por supuesto. Todos nuestros hijos y sus respectivos cónyuges trabajan para nosotros. Nuestro hijo más pequeño, Danny, está encargado del ministerio internacional para jóvenes. Sandra está a cargo del ministerio de ayuda. Ella comunica las novedades durante nuestros eventos. Además está comenzando a escribir artículos para nuestra revista y va a lugares a enseñar y ministrar. Ella haría más, pero la mantengo demasiado ocupada. Nuestra hija mayor tiene cuatro hijos y sólo nos puede ayudar a medio tiempo, y nuestro hijo mayor, Dave Jr. está encargado de las misiones mundiales. Somos como cualquier otra familia. Estamos tratando de hacer nuestra parte y de cumplir con lo que Dios nos ha dado.
VC: Todas tus conferencias y eventos son organizados por tu ministerio. ¿Aceptas invitaciones de otros ministerios?
JM: La gente nos pide que hagamos tanto. Para mí fue muy difícil por mucho tiempo tener que decirle "no" a la gente. Lo último que quiero es que la gente piense que yo me creo la gran cosa y que no quiero hacer nada con ellos. Mi deseo es hacer cosas por la gente, pero al final del día Dave y yo tenemos una organización mundial inmensa que tenemos que cuidar y mantener. Eso quiere decir que las cosas tienen que hacerse de la forma en que puedan producir más fruto--no sólo económicamente, pero para el Reino, lo cual es mucho más importante. Cuando uno hace muchas cosas con otras personas, nunca tiene la certeza sobre cómo van a salir. No sabes si promovieron el evento bien, o si te van a dar el tiempo adecuado para enseñar. Recuerdo eventos donde, después de todo, sólo quedaban unos 20 minutos para enseñar la Palabra. Entonces llega al punto en el que uno se da cuenta que tiene que hacer lo que va a dar más fruto. Otro aspecto importante para nosotros es cuidar lo que Dios nos ha dado: nuestra salud, nuestro tiempo a solas con Él, etc. Jamás quiero llegar al punto en el que no pueda hacer algo por otro ministerio, pero hay un límite en cuanto a lo que uno puede hacer. Hoy día tratamos de hacer cinco o seis cosas al año en las que apoyamos a otros.
VC: ¿Cómo es la vida espiritual de Joyce Meyer? ¿Cómo te preparas para predicar y ministrar?
JM: Para mí la oración es como respirar. Cuando primero somos creyentes, comenzamos teniendo un tiempo de oración, pero mientras más crecemos en el Señor, se llega al punto en que uno no puede decir cuánto tiempo ora al día. No es cuestión de orar media hora o una hora, es cuestión de pasarse el día orando.
Siempre estudio la Palabra y nunca subo al púlpito sin orar. Tenemos un lugar donde voy a estudiar y hacer cosas. Por ejemplo, acabo de estar allí para escribir mi próximo libro, La batalla le pertenece a Dios. Pero mientras uno más camina con el Señor yo encuentro que la vida espiritual va cambiando y evolucionando. En los primeros años de mi ministerio siempre sentía la presión de prepararme, pero después el Señor comenzó a decirme: "¿Por qué no permaneces preparada en lugar de tener que prepararte de vez en cuando?". En vez de esforzarme en llegar a un lugar espiritual para poder ministrar, ahora vivo constantemente en ese lugar espiritual. Así que trato de tener mi tiempo con el Señor todos los días y me paso el resto del día hablando con Él de todo.
Otra cosa que es muy importante para mí es caminar en amor y con eso me refiero a cómo tratamos a otras personas y las cosas que hacemos por ellos. Creo que esa es una de las cosas más importantes para Dios. Hubo un tiempo en mi vida en que me preocupó ver a predicadores--incluyéndome--con sus ministerios pero tratando mal a las personas. A veces porque estamos cansados de tanto trabajar o viajar, pero sea como sea, comprendí que ese comportamiento es detestable ante el Señor. Así que trato de caminar en amor, con fe, seguridad y trato de mantener mi corazón puro y mi consciencia limpia. Es decir, creo que si una persona quiere caminar en el poder del Señor, tiene que vivir y hacer lo que predica. Quiero ser la misma persona en y fuera del púlpito. No soy perfecta y cometo más errores de los que me gustaría, pero trato de no vivir una vida falsa.
Por último, la lectura es también muy importante en la vida de un cristiano. Tenemos que educarnos y aprender constantemente. Es como nuestra salud, si no estoy comiendo bien y leo un libro de nutrición, entonces eso me ayuda a cambiar mis hábitos. Lo mismo ocurre espiritualmente y la lectura nos ayuda a mantenernos encaminados. De otra forma comenzamos a retroceder.
VC: Hablando de lectura, mencionaste que acabas de escribir un libro. ¿Cuántos has escritos hasta ahora?
JM: Cincuenta y dos libros. Hubo un tiempo de casi 8 años en que el Señor depositó una gracia sobrenatural en mí para escribir. Escribía libros en las vacaciones y me pasaba el tiempo escribiendo. Pero ahora me encuentro en una temporada diferente de mi vida y no tengo la gracia para trabajar tanto como lo hacía antes. Lo cual creo que está muy bien. Un ministerio es como todo, al principio se trabaja mucho, pero se llega al punto en que el Señor trae a otras personas que ayudan y uno puede descansar más. Mis planes ahora son escribir por lo menos un libro grande y varios libritos por año.
VC: Es obvio que estás segura de la voluntad de Dios para tu vida. ¿Nos puedes hablar de ese tema?
JM: La gente siempre me pregunta cómo sé si algo es de Dios o no. Para mí, es algo sencillo: si funciona es de Dios, y si no, no. Creo que nos complicamos la vida con estas cosas. No importa lo que pensemos que hemos escuchado, hay ciertas cosas que sólo Dios puede suplir y hacer. Por ejemplo, con todo esto de alcanzar a los hispanos, Dios ha provisto todo lo que necesitamos. Becky Keenan, la dama puertorriqueña que nos está ayudando con el doblaje de los programas junto a su esposo, es la copastora de la Iglesia Esperanza Viva en Houston, Texas. Ellos tienen un ministerio completamente bilingüe y un día el Señor le dijo a través de una palabra profética, que su voz se iba a escuchar entre las naciones. Ella no sabía cómo eso sería posible, pero cuando surgió que nos ayudara con el doblaje, el Señor le dijo: "¿Ves? ¡Te lo dije!". Así que el Señor ha provisto todo y mi deseo es hacer todo lo que Él me pida.
VC: Joyce, sabemos que este nuevo ministerio en español va a ser de bendición para millones de personas. Estaremos orando por ustedes. Gracias por concedernos parte de tu tiempo.
JM: No, gracias a ti y que Dios les bendiga mucho.
Joyce Meyer le ministra a su padre
La popular maestra de la Palabra recientemente bautizó al hombre que abusó de ella cuando era niña.
Muchas personas desconocen al ver a la delgada y bien presentable evangelista Joyce Meyer caminar en el púlpito con sus elegantes vestidos y zapatos de tacón, que ella fue víctima de abuso sexual por mucho tiempo. Pero cuando la carismática predicadora habla de milagros hoy en día, lo hace con una pasión renovada ya que ha visto el poder de Dios transformar la vida de aquel que le causó tanto dolor.
Desde que era muy niña hasta que llegó a la adolescencia, Meyer fue abusada sexualmente por su papá. Cuando habla de él y sobre lo que hizo su voz refleja gran emoción, pero a la misma vez acompañada de compasión.
"Él nació en las montañas bien adentro. En su familia el incesto era parte de la cultura", expresó ella. Meyer quien se crió en Missouri, EE.UU., tenía 9 años cuando le confesó a su mamá lo que estaba sucediendo. La madre asustada no hizo nada al respecto.
"Pienso que de alguna manera puedo entenderlo. Es más fácil creer que tu hija de nueve años es una mentirosa que aceptar que el hombre con quien te casaste es capaz de hacer algo tan atroz", comentó Meyer.
Pero algo que al final causó la diferencia en su situación ocurrió ese mismo año. Tomó la decisión de aceptar a Jesús en su corazón. "Me quería convertir", expresó con el mismo denuedo y la determinación que desde joven la caracteriza. "Me puedes creer que esa noche el pastor no hizo un llamado al altar. Me quedé sentada lo más que pude hasta que agarré las manos de mis dos primos y los llevé conmigo--'Vengan, ¡vamos a salvarnos!'", manifestó.
Llorando y tartamudeando, la joven Meyer le dijo al pastor: "¿Me puede salvar?" Al orar sintió que Jesús la limpió y la perdonó. "Siempre me sentía sucia. Me la pasaba bañándome y limpiándome. Pero en ese momento Jesús me limpió y nunca me abandonó", le manifestó a Vida Cristiana.
Un versículo que había escuchado--Isaías 61:7--le vino a la mente: "En lugar de vuestra doble confusión y de vuestra deshonra, os alabarán en sus heredades; por lo cual en sus tierras poseerán doble honra, y tendrán perpetuo gozo".
Pero después tuvo que regresar a la casa--de regreso al abuso. Cuando Meyer tenía 14 años, su madre entró justo cuando el abuso estaba ocurriendo. "Pensé: 'Gracias a Dios. Ahora ella va a acabar con esto'. Pero no lo hizo. Recogió su cartera y salió por la puerta--lejos de su pesadilla." Meyer dice que su madre simplemente no sabía qué hacer, por lo que no hizo nada, aunque no la culpa. Horas más tarde cuando su madre regresó, ella esperaba que mostrara preocupación. "Pero entró y nunca dijo ni una palabra."
Eso fue hace 40 años. Desde entonces Meyer se ha casado, ha criado a sus hijos y fundó el ministerio que le da la vuelta al mundo, y a través del cual predica el Evangelio por la radio, televisión, casetes, libros y conferencias. Aprendió desde el comienzo de su ministerio que tenía que perdonar a su padre total e incondicionalmente, lo que señaló que hizo.
Hace dos años, mientras él estaba en el hospital muy débil le dijo: "Joyce, lamento que sientas que te herí. Aunque todavía no entiendo qué fue lo que te hice que fuera tan malo".
Meyer confiesa que con una increíble tristeza salió del hospital sin saber si su padre iba a vivir y pensando que si moría iría directo al infierno. Con todo y esto Dios le dijo que tenía que mudarlo cerca de su casa para cuidarlo.
Fue un acto de obediencia muy difícil. El esposo de Joyce, Dave, estuvo en total desacuerdo con ese plan, pero al poco tiempo Dios le confirmó que en efecto le había dado esas instrucciones a su esposa y accedió. Cada oportunidad que se le presentaba la aprovechaba para demostrarle a su padre que lo amaba. Le compró ropa, alimentos y se aseguró que tuviera todas las necesidades básicas.
Un día, la mamá de Meyer lo encontró llorando. Él llamó a Joyce y le pidió que fuera junto con Dave inmediatamente a verlo. Cuando llegaron, comenzó a llorar. "Perdóname por lo que te hice. He querido decirte esto desde hace mucho tiempo, pero no tenía las agallas", le confesó. Entonces miró a Dave y comenzó a sollozar de nuevo. "Dave, perdóname por lo que te hice a ti también. Lamento que haya herido a tu esposa. Por favor, perdóname."
Ella supo en ese instante que el milagro de la salvación estaba ahí para su padre. Se arrodilló a su lado y juntos oraron. Días más tarde, Meyer regresó a la casa de sus padres ya que su madre le había dicho que él estaba dudando de su salvación. Entonces usó la Palabra de Dios para animarlo, fue ese día que él le pidió que lo bautizara.
El 2 de diciembre de 2001 Meyer bautizó a su padre delante de cientos de personas en el Dream Center que el Ministerio Joyce Meyer abrió en St. Louis. A pesar de que la salud de su padre continúa delicada al momento de ir a imprenta, Meyer informa que su alma está "más saludable que nunca".
Ella nunca ha mencionado el nombre de su padre en público para protegerlo, incluso tampoco ha revelado su apellido de soltera.
Mary Hutchinson
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