12 principios para triunfar
Por Fernando Alexis Jiménez
Jamás olvide que usted y yo fuimos concebidos para ir muy lejos, para ser ganadores, para alcanzar grandes metas.
El que hoy José Manuel esté gerenciando una importante cadena de restaurantes, no es el producto de la casualidad ni tampoco, que un día cualquiera despertó con el bombillito encendido que le indicó el camino a seguir para—en un abrir y cerrar de ojos—hacerse rico.
Tampoco fue de la noche a la mañana que el artista más famoso de su ciudad, el que escoja, haya alcanzado la cima del éxito. No. Lo más probable es que, si se lo pregunta, le dirá que debió atravesar ciertos pasos que le permitieron escalar hasta el lugar de popularidad en el que se encuentra hoy.
En el ascenso a nuevos niveles, nada es ni gratuito, ni fácil ni rápido. Todo tiene un tiempo, y poco a poco es como se llega lejos. ¿Ha pensado en eso? Una pregunta más: ¿Tiene un plan de vida, con metas claras, que le permitan avanzar?
¿Cómo se alcanza la victoria?
La victoria –aquello que identifica a los triunfadores-- no es algo que se gana en una lotería. En absoluto. Es el fruto de dos elementos esenciales: el primero, depositar toda nuestra confianza en Dios, y el segundo, definir metas claras y orientar nuestros esfuerzos en esa dirección.
Los especialistas en trazar y desarrollar un proyecto de vida, sugieren doce principios que resultan altamente satisfactorios en el proceso de alcanzar el éxito, es decir, la plena realización de nuestros dones y talentos.
- El primero de ellos, es reconocer el valor del esfuerzo. Definir objetivos claros y dar pasos hacia materialización; el segundo, no vivir del pasado sino confiar que con ayuda del Señor, tendremos un futuro de victoria; el tercero, admitir que no hay camino difícil y que los vencedores, siempre enfrentaron obstáculos.
Un cuarto cimiento lo representa desarrollar la creatividad, ese don hermoso que nos regaló nuestro Padre celestial; el quinto, valorar nuestros propios logros. Si no creemos en nuestros sueños y realizaciones, nadie más creerá en ellos; el sexto, si no tenemos claro algún aspecto en nuestro propósito de avanzar, no debemos temer a preguntarle a quienes ya recorrieron ese camino.
Un séptimo fundamento para ser ganadores, lo representa dejar que Dios trate nuestra existencia y desarrolle los dones y talentos de los que nos proveyó desde antes de nacer; el octavo, hacer aquello que nos trae realización. Usted no puede ser un panadero exitoso si su verdadera vocación es la de mecánico.
El noveno, reconocer que quienes llegan a la cima, comenzaron desde abajo sin pensar que realizar trabajos humildes, los iba a desvalorizar; el décimo, ser originales y no ser una imagen de alguien más; el décimo primero, vencer el miedo y el desánimo, y el décimo segundo, admitir en cada triunfo, que Dios fue nuestra fortaleza y pronto auxilio.
Jamás olvide que usted y yo fuimos concebidos para ir muy lejos, para ser ganadores, para alcanzar grandes metas.
Dios nos creó como ganadores
En Dios está la fuente del éxito. La Biblia—el libro de los triunfadores—enseña que si caminamos conforme a Su voluntad, hacemos acopio de esfuerzo y valentía y nos movemos en fidelidad al Señor, tendremos asegurada la victoria.
Estos principios, sencillos pero eficaces, fue los que compartió Dios con Josué, en un período crucial para el pueblo de Israel: cuando se aprestaban a tomar la tierra prometida: "Sólo te pido que tengas mucho valor y firmeza para obedecer toda la ley que mi siervo Moisés te mandó. No te apartes de ella para nada; sólo así tendrás éxito dondequiera que vayas. Recita siempre el libro de la ley y medita en él de día y de noche; cumple con cuidado todo lo que en él está escrito. Así prosperarás y tendrás éxito."(Josué 1:7, 8. Nueva Traducción Internacional)
Quizá usted tiene muchos planes; todos ellos, sin duda iniciativas buenas, que podrían llevarlo a nuevos niveles en su vida personal y espiritual. Sin embargo, renunció fácilmente, ante los primeros obstáculos.
Hoy aprendió que es en Dios que alcanzamos el éxito y que, bajo pautas sencillas, nada nos podrá detener en la cumbre hacia el triunfo.
Una pregunta final, ¿ya recibió a Jesucristo en su corazón? Hoy es el día para que lo haga. Es muy sencillo. Basta que le abra las puertas de su corazón. Puedo asegurarle que jamás se arrepentirá de esa decisión que transformará su existencia. -> ¿Que opinas? Comenta abajo.