Los problemas con la persecución de los profetas Jeremías y Ezequiel
CAPITULO 4
Ezequiel y Jeremías probablemente sufrieron la persecución personal más severa que cualquier otro profeta bíblico. Sus profecías fueron rechazadas y el pueblo se rebeló contra ellos más que con la mayoría de profetas. Dios había prevenido ya a Ezequiel: "No les temas,... no tengas miedo de sus palabras, aunque te hallas entre zarzas y espinos, y moras con escorpiones; no tengas miedo de sus palabras, ni temas delante de ellos, porque son casa rebelde" (Ez. 2:6). Jeremías, por su parte, fue "premiado" por causa de su ministerio siendo tirado al cepo, a una prisión, y a un sucio calabozo (Jer. 20.2; 37.15; 38.6).
El sufrimiento es un Estándar para la Vida Profética. Los principales actores en la historia bíblica - Dios, la humanidad y el Diablo- son todavía los principales actores ahora, y aunque ahora vivimos bajo un nuevo pacto, estos caracteres no han cambiado. Dios todavía habla a través de sus profetas, la gente todavía toma a mal y resiste la palabra profética de Dios, y el diablo todavía hace lo que puede para destruir a los profetas. Así que la persecución y el sufrimiento son parte de la cruz que debe llevar el profeta.
Jesús dijo que a menos que estemos dispuestos a tomar nuestra cruz y negarnos a nosotros mismos, no podemos ser sus discípulos (Mt. 16.24). ¿Cuánto más se aplica este principio al ser profeta? Los profetas deben tomar sus cruces ministeriales gozosamente, negándose a sí mismos, y todos los desenfrenos de la carne de estas trampas para profetas, la semilla de las malas actitudes y los síndromes proféticos.
Santiago escribió que nosotros debemos tomar a los profetas como ejemplo de sufrida aflicción (Stg.5.10). El no dijo que tomáramos a los sacerdotes, Levitas, reyes, escribas, o pastores como un ejemplo de aflicción, sino más bien a los profetas. Así que yo creo que Pedro debe haber tenido especialmente a los apóstoles y profetas en mente cuando escribió: "No os sorprendáis del fuego de prueba que os ha sobrevenido como si alguna cosa extraña os aconteciese" (1ª P. 4:12).
No - tales circunstancias no son extrañas, si no más bien estándar, para los profetas. Así como el don de lenguas desconocidas viene con el bautismo del Espíritu Santo, así la persecución viene con el ministerio profético. Todos los ministros del quíntuple ministerio, y de hecho "todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús padecerán persecución" (2ª Ti. 3:12). Mi experiencia me lleva a creer que el papel de los profetas produce naturalmente más persecución y sufrimiento para ellos que el papel de la mayoría de otros ministerios. Así que todos los que se sienten llamados a ser profetas, a ser un ministro profético, o aun simplemente a moverse en el espíritu del don de profecía, deben ajustar su actitud de acuerdo con ello.
Gracia para Ajustarse. Nosotros que hemos sido llamados a ser profetas no tenemos opción, excepto ajustarnos a la realidad de este asunto. Si usted no puede manejar el rechazo, la persecución, y la presión de sus semejantes, entonces usted no puede servir como uno de los profetas de Dios de los tiempos finales. Pero la gracia capacitadora de Dios siempre viene junto con Su llamado si nosotros nos la apropiamos por fe y obediencia. Los profetas deben soportar el sufrimiento, la persecución y el rechazo sin desarrollar un complejo de persecución o un espíritu de rechazo. Esta es la verdad - verdad que, de acuerdo con Jesús, nos hará libres - (Jn. 8.32); verdad que, de acuerdo con Pedro, es causa de gozo y de acción de gracias (1ª P. 4:13).
Pablo recibió el entendimiento de parte de Dios de que entre más revelación de los secretos de Dios nosotros recibimos, debemos soportar más las espinas de la persecución y la oposición demoníaca (2° Co. 12. 7-10)
Ya que tanto los apóstoles como los profetas han recibido el ministerio de revelación (Ef. 3:5), entonces sabemos qué es lo que podemos esperar cuando los apóstoles sean totalmente restaurados en la iglesia y tengamos tanto a los profetas como a los apóstoles operando completamente. Vendrá no solamente una doble porción de la unción, sino también un mayor flujo de oposición y persecución, especialmente de aquella parte del mundo religioso que rechaza la verdad presente.
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