El orgullo del profeta Jonás y la trampa del juicio
CAPITULO 7
Jonás tuvo la mala semilla de una actitud de orgullo y el problema de raíz de ser demasiado juzgador (ver Jonás 1-4). Mientras que Moisés fue motivado demasiado por la misericordia, Jonás fue demasiado motivado por el Juicio. El estaba más interesado en ver a Dios destruir al malo que en ver a Dios tener misericordia sobre ellos. El tuvo la debilidad de carácter consistente en estar más preocupado por su reputación que por la gente a quien ministraba.
Los Jonás de la Época Moderna. Igual que Jonás, algunos profetas modernos se lamentan más por la pérdida de "la sombra de la calabacera " de su comodidad personal que por lo que ellos lo hacen ante la muerte de miles de personas. Su propio espíritu está tan entretejido con las raíces Johnson del egoísmo, orgullo, cólera, venganza, terquedad y ambición personal que huyen de cualquier tarea profética que tenga la posibilidad de hacerlos lucir mal o no darles beneficios. Dios debe forzarlos providencialmente a ser sus voceros poniéndolos en situaciones restringidas al fondo del océano de la vida hasta que estén dispuestos a obedecer. Aunque el Señor no los hará ir contra su voluntad, Él tienen maneras de volverlos dispuestos.
Estos son profetas inmaduros quienes responden a Dios y al ministerio como niños consentidos. Quieren decirle a Dios como cumplir su palabra a través de ellos porque confían que Dios hará de la manera como ellos creen que debe ser hecho. Ellos tratan de motivar a Dios por medio de amenazas e intimidación.
"Dios", dicen, "huiré, volveré a caer, dejaré el ministerio, (u otra docena de cosas infantiles) si no lo haces a mi manera! Si yo hago esto por ti, entonces tú debes hacer esto por mí! Yo no tengo que soportar esto, y si no me tratas mejor, no seré tu vocero".
La Trampa de Jonás Conduce a Serios Problemas. Los profetas deben tener cuidado con la trampa de Jonás. Los llevará a serios problemas con Dios. Si nosotros seguimos los pasos de Jonás, El preparará "un gran pez" para que nos trague y nos envuelva con el mar alrededor de nuestra cabeza.
Dios providencialmente nos mantendrá hasta el fondo en nuestra vida en un área restringida hasta que dejemos de culparlo a Él y a otros por nuestro problema y llegaremos a ser diligentes en pagar nuestros votos y obedecer al Señor.
Si nosotros persistimos en mantener la actitud que Jonás tuvo, Dios retirará la cubierta de protección que Él nos ha provisto. El dejará que los vientos sofocantes y el sol caliente golpeen sobre nuestra cabeza hasta que lleguemos a desear, como hizo Jonás el estar muertos.
Como Obispo de una compañía de profetas, he tenido que trabajar con profetas inmaduros, que estaban enojados con los tratos de Dios en sus vidas. Ellos estaban resentidos y murmuraban cuando Dios no trabajaba sobre su propio esquema de tiempo para que resultara lo que ellos esperaban. Tales profetas infantiles, y consentidos tienen que permitir que Dios los madure hasta poder realizar un servicio sin egoísmo, llevando a muerte la auto promoción, la popularidad y todas las otras debilidades de carácter que no son semejantes a Cristo.
No tenemos registro de que Dios usara a Jonás como profeta de nuevo, parece que él no tuvo un ministerio continuo como lo hicieron Isaías, Elíseo, Jeremías o Daniel.
Los profetas que no arrancan de raíz los problemas de enojo, orgullo, egoísmo y de tener más preocupación por sí mismos que por el propósito profético de Dios serán estrellas de corta vida - en vez de ser un planeta orbitando permanentemente alrededor del propósito eterno de Dios. Así que - al igual que los marinos sobre el barco a Tarsis descubrieron - si usted encuentra que tienen un "Jonás" abordo, mejor tírelo sobre la borda o arriésguese a hundirse usted mismo.
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