La autoridad del creyente
“El Señor Jesús murió en la cruz para restaurar todas las cosas y para perdonarte a ti, Dios te perdona, Dios te limpia, Dios te saca de esa condición, te levanta, te viste con lino fino blanco aunque tus pecados fueran rojos como el carmesí serán totalmente blancos como la nieve. Dios te dice ya no eres culpable de ese pecado, ya no está sobre tu cabeza, como juez digo ¡libre de culpa! y como redentor te redimo y te rescato del poder del diablo, resucitas conmigo en Cristo ahora eres hijo de Dios”.
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