La Mujer virtuosa
Comentario bíblico de Matthew Henry de La mujer Virtuosa (Proverbios 31:10-31).
Versiculos. 10—31. Esta es la descripción de la mujer virtuosa de aquellos días, pero las ideas generales igualmente sirven para toda época y nación.
Es muy cuidadosa al recomendarse al afecto y la estima de su marido, para conocer sus ideas, y está dispuesta a que él mande sobre ella. —1. Se puede confiar en ella y él permite que su esposa administre por él. Está feliz con ella. Su actividad constante es hacerle el bien. —2. Ella se esfuerza mucho en sus deberes y se complace en ellos. Tiene cuidado de llenar su tiempo para que nada se pierda. Se levanta temprano. Se dedica a la actividad propia de ella, a cosas de mujeres. Hace lo que hace con toda su fuerza sin actuar frívolamente. —3. Hace que lo que hace resulte para bien por la administración prudente. Muchos se deshacen comprando, sin considerar si se lo pueden permitir. Provee bien para su casa. Ahorra para después. —4. Mira bien las cosas de su casa para obligar a todos a cumplir con su deber para con Dios y los unos con los otros, al igual que ella. —5. Está atenta a dar y a recibir, y lo hace generosa y alegremente. —6. Es discreta y leal; toda palabra que dice demuestra que ella se rige por las leyes de la sabiduría. Ella no sólo toma medida prudentes para ella misma, sino que da consejos prudentes a los demás. La ley del amor y la bondad está escrita en su corazón y se demuestra por la lengua. Su corazón está lleno del otro mundo, aun cuando sus manos estén sumamente ocupadas en este mundo. —7. Por sobre todo ella teme al Señor. La belleza no se recomienda a Dios, ni es prueba de sabiduría y bondad, pero ha engañado a más de un hombre que eligió a su esposa por su belleza. Pero el temor de Dios que reina en el corazón es la belleza del alma; dura para siempre. —8. Ella es firme para soportar iras y desengaños. Reflexiona con consuelo, cuando llega a vieja, que no estuvo ociosa ni fue inútil cuando era joven. Se regocija en el mundo venidero. Es una gran bendición para sus relaciones. Si el fruto es bueno, el árbol debe tener nuestra buena palabra. Pero ella deja que sus propias obras la alaben. Cada uno debiera desear este honor que viene de Dios; y, conforme a esta norma todos debemos regular nuestros juicios. Esta descripción debieran estudiar a diario todas las mujeres que desean ser verdaderamente amadas y respetadas, útiles y honorables. Este pasaje debe aplicarse a personas, pero, ¿no podría también aplicarse a la iglesia de Dios que se describe como una esposa virtuosa? Dios, por su gracia, ha formado una iglesia de creyentes verdaderos de entre los hombres pecadores, para que posea todas las excelencias aquí descritas.
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