Un día un niño llamado Ramiro, caminaba por su barrio, notó que se habían mudado vecinos nuevos, trato de mirar y asomarse por la ventana pero no pudo ver nada a si que regreso al día siguiente, pero solo vio la luz prendida no se oía juegos, niños, ni perros.
Así que luego de varios días comenzó a imaginarse si tal vez allí se había mudado un ser grande, con cara de enojado, gruñón, con dietes enormes amarillos, con peludos pies bastantes sucios, que odia a los niños, tal vez lo observaba mientras el jugaba en su vereda.
Entonces tubo miedo y le contó a su Mamá, ella le dijo que para pensar de esa forma hay que conocer a la gente y no dejarse llevar por la imaginación.
Fue así que su Mamá preparo un rico pastel y decidió ir con Ramiro a darle la bienvenida a ese nuevo vecino tan temido por el niño, el aun detrás de la falda de su Mamá tocaron el timbre... y se escuchaba que alguien caminaba arrastrando los pies.. y de repente la puerta se abrió ah que alivio era una hermosa y tierna ancianita que vivía solita y no caminaba muy bien a si que requete contenta esta abuelita recibió el pastel y tomaron un rico te y charlaron toda la tarde.
Ramiro ya no tiene miedo y aprendió que para hablar de alguien hay que conocerlo primero.
Muchas personas hablan de Dios pero no lo conocen nunca se tomaron el tiempo para compartir una charla con el.
las personas tiene la imagen de Dios equivocada algunos piensan que esta sentado en una nube con un látigo dispuesto para castigarnos ante la primera falla , otros creen que es un anciano de barba blanca muy indiferente, otros creen que es solo una fuerza una energía flotando en el cielo.
Pero la realidad es que es una persona que nos ama muchísimo nos perdona nos ayuda en todo y mando a su único hijo a morir en la cruz para que todos nosotros seamos limpios del pecado y estemos para siempre a su lado.
FIN
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