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SANIDAD DIVINA
Desde Génesis hasta Apocalipsis la Palabra de Dios descubre implacablemente el archí-enemigo del hombre, el diablo. También nos revela el daño que podemos sufrir si seguimos su estilo de vida rebelde. Mientras que las enfermedades son a menudo el resultado directo del estrés y la tensión causados al vivir para el pecado y para si mismos, nunca debemos olvidarnos que muchas personas son las victimas inocentes de las heridas causadas por otros. La Palabra de Dios no nos da claras advertencias sobre la culpabilidad sino que nos enseña una sana sabiduría que nos ayudará a enfrentarnos al sufrimiento (2 Corintios 3:16). |
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Podría ser comparado a la medicina preventiva.
La mayoría de los pacientes en la consulta del medico (algunos ponen las estadísticas tan altas como el 60%) están enfermos a causa de la tensión mental y emocional. El cuerpo se enferma fácilmente a causa de cosas como la ira, el resentimiento, el miedo y la preocupación y lo peor de todo, la culpabilidad. Esto solo son unas pocas cosas de las actitudes equivocadas y las equivocaciones sufridas que son la raíz causante de la enfermedad.
Muy a menudo el doctor tiene que dejar aparte el estetoscopio, el termómetro y otros medios para diagnosticar nuestros males porque no puede encontrar nada que este mal orgánicamente. Entonces tiene que recurrir a la pasada de moda pero bien probada, simpatía y sentido común para tratar de encontrar el problema que está detrás del dolor.
Incluso en los casos en que los gérmenes y los virus han penetrado en el mecanismo de defensas del cuerpo, esto puede ser frecuente debido al estrés y a la tensión que han agotado previamente la habilidad del cuerpo para luchar contra la enfermedad.
Siempre ha sido la prioridad de Dios que gocemos de una salud vigorosa (Éxodo 15:22). Si nosotros no reconocemos o rehusamos responder a Su Palabra benefactora sufriremos las consecuencias.
“Hijo mío, escucha lo que te digo, escucha atentamente. Guarda estos pensamientos siempre en tu memoria; haz que lleguen a lo mas profundo de tu corazón, porque ellos significan vida verdadera para ti, y radiante salud” (Proverbios 4:20-22 La Biblia al día)
Dios va aún más lejos. El puede “saciar de bien tu boca; de modo que te rejuvenezcas como el águila” (Salmo 103:5). Solamente El puede rejuvenecer tu cuerpo y extender tus años (Génesis 25:1-4), y El hace esto al concedernos los deseos de nuestro corazón y llenarnos de alegría. Muchos de nuestros problemas de la mediana edad serian minimizados si usamos nuestra libertad de las preocupaciones familiares para amar a Dios y a Su pueblo con un fervor renovado.
Si Dios puede revitalizar al águila, de tal manera que reemplaza sus viejas plumas con las nuevas, rejuvenecer sus fuerzas de tal manera que una vez mas puede surcar los cielos tan majestuosamente como nunca, El también puede hacerlo para Su pueblo.
Solo Dios puede perdonar el pecado y limpiarte de todas las manchas de una conciencia culpable, ir a otro lugar para recibir ayuda en este asunto, es al mismo tiempo tonto y vano (Marcos 2:7- 12; 1 Juan 1:9). La paz mental es vital para la salud pero solamente Dios puede darla (Romanos 5:1).
Solamente la Palabra de Dios podrá ayudarte a reemplazar los viejos patrones destructivos de vivir para el yo y el pecado. Es tonto andar en el consejo de los malos (Salmo 1:1). Esto es porque nuestra sociedad esta enferma y envuelta en irrealidad.
El contentamiento de la mente no solo es una gran ganancia, también traer buena salud (1 Timoteo 6:6). Regocijarse en el Señor siempre puede ser difícil, pero es bueno para tus arterias (Filipenses 4:4). Vivir en paz con todos los hombres puede que algunas veces parezca casi imposible, pero te ayudará a dormir mejor (2 Corintios 2:22).
Esto son solo algunos de los consejos de Dios, pero aún mas poderosos, y mas potentes que cualquier droga o medicina son la fe, la esperanza y el amor (1 Corintios 13:13).
La Fe es la única respuesta para los destructores de la salud como el miedo y ansiedad. La Palabra de Dios esta llena de antídotos contra el miedo, promesas que inspiran fe. Prácticamente cada problema y circunstancia están abarcados en los Salmos y en Proverbios. Dios puede hablar a tu corazón desde el corazón de la Biblia. Te dará consuelo y calma si te acercas a El.
Jesús mismo se tomó mucha molestia para advertirnos acerca de los miedos y ansiedades (Lucas 12: 22-34). Con seguridad que los gorriones pueden vivir felizmente día a día buscando comida y aún tener tiempo para cantar, si los lirios se pueden abrir y disfrutar del sol, también podemos nosotros si solo estamos dispuestos a aprender.
La esperanza es de gran valor. La esperanza no solamente se refiere a nuestro hogar celestial, sino que también se refiere a nuestra salud en la tierra. La esperanza siempre ve a Dios como nuestra resplandeciente mañana, la gran suficiencia futura para toda necesidad y fortaleza del cuerpo, alma y espíritu (Filipenses 4:19).
La esperanza es una optimista y excitante expectación de que mañana será mucho mejor que hoy. La esperanza se relaja y regocija en la seguridad de que cada circunstancia esta bajo Su control (Romanos 5:5, 15:4).
El amor es de una importancia suprema. Que triste es comprobar que a menudo ignoramos o deliberadamente nos olvidamos de este primer mandamiento de Jesús (Juan 15:12). Cuando tu amas no solo es la prueba de que amas a Jesús (Juan 14:21), sino que el amor está maravillosamente diseñado para bendecir a tu hermano y traer salud para tu mismo cuerpo.
El odio, la cólera, la amargura y el resentimiento desprenden poderosos venenos en cada parte de tu sistema, dejando a tus pobres riñones que luchen con la sobrecarga.
Si tienes una actitud no perdonadora hacia tu hermano, no te sorprendas si te encuentras afligido y atormentado por enfermedades (Mateo 18:32-35). Si lees cuidadosamente todo el contexto (Mateo 18:21-31), puede que el Espíritu Santo te persuada que mejor que todas las drogas que el médico puede prescribir es una buena dosis dé temor de Dios.
Si estas soportando un rencor o permites que el resentimiento agrie tu espíritu, no te estas dando cuenta que tu hermano es parte del cuerpo del Señor, si le haces daño, podrías hacerle daño a tu propio cuerpo (1 Corintios 11:27-34). Tu mayor expresión de amor hacia Jesús se ve, no en lo que dices o cantas, sino en la manera que muestras amabilidad y compartes las cargas de Su pueblo.
Si eres culpable de no perdonar, no es bueno que cambies de doctor, seria mucho mejor que cambies de actitud.
Si has desarrollado una oscura visión de la vida, si disfrutas tanto de ser un miserable que refunfuñas a Dios, a todos y a todo, no te sorprendas si tu pobre cuerpo te abandona, el solamente puede soportar una cierta medida de castigo.
“El corazón alegre hace bien como un frasco de medicina; pero un espíritu roto seca los huesos”
(Proverbios 17:22 Traducción de la Biblia inglesa).
Sonríe, aprende a reír e incluso permite a otros que te tomen el pelo, esto es bueno para la salud, y para tu cara. La diversión y el buen humor son relajantes siempre que no vayas demasiado lejos o que te diviertas a expensas de otros (Efesios 5:4).
Aunque Pablo estaba sentado con Cristo en los lugares celestiales (Efesios 2:6) sus pies estaban muy firmes en el suelo de las realidades terrenales. Su buen sentido común le advirtió a Timoteo “que tomara un poco de vino” (1 Timoteo 5:2-3). Un temperamento tímido no se cambia de la noche a la mañana sino únicamente a medida que la fe crece por medio de la experiencia.
Antes de que despreciemos el carácter de Timoteo, seria bueno que recordemos si nosotros hubiéramos compartido los sufrimientos y los trabajos de ellos, muchos de nosotros habríamos quedado convalecientes o hubiéramos buscado una jubilación anticipada. A Trófimo se le hubiera dicho que descansara que se recuperara e incluso se le hubiera relegado de su responsabilidad (2 Timoteo 4:20).
Si parece que Dios no esta contestando a la oración, o no indica la razón de tu enfermedad, quizás seria bueno pedirle al Señor que te guiara igualmente que a ellos a encontrar soluciones prácticas (Santiago 1:5). Muchos de nuestros alimentos contienen productos químicos para conservarlos y colorearlos. Los productos de la casa y la industria pueden ser peligrosos para la salud.
La contaminación puede afectar en muchos lugares, pero cuidado de ser mórbido o desarrollar una fobia con respecto a estas cosas (Marcos 16:18). Dios es capaz de avisarte de estos peligros si le pides ayuda.
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Trabajar demasiado, comer en demasía, no dormir lo suficiente y la incapacidad de descansar son también algunas de las muchas causas de enfermedades.
Dios quiere que disfrutes de una salud y una vitalidad abundantes. El puede darte y te dará milagros de sanidad, pero Su Palabra también nos enseña como evitar muchas enfermedades producidas por diferentes actitudes. Ámale con todo tu ser, ama a Su pueblo con todas sus faltas. Descansa y relájate en la seguridad de que El te ama y te cuida (1 Pedro 5:7). Ten fe y esperanza para creer en un mañana feliz. ¡Este es el camino de Dios para la sanidad divina ! |
Capitulo 16 No te hagas daño a ti mismo
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