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Otro evangelio
La sanidad de la memoria por métodos desconocidos a los apóstoles, y sin embargo plausibles y aparentemente exitosos, tienen el peligro de estar bajo manipulación satánica y posiblemente bajo la condenación de Dios.
En la Biblia no hay ninguna constancia acerca de regresar al pasado con el fin de encontrar las respuestas para el presente. El énfasis en las Escrituras es ver el pasado como Dios lo ve: perdonando y olvidando.
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Aunque muchos puedan ofrecer brillantes relatos y hermosos testimonios de haber “sido sanados” por tales conceptos, nosotros nunca debemos cambiar la palabra de Dios y los caminos de Dios por técnicas que se amoldan a los principios de una psicología atea (Salmos 1:1).
Si los ministros y los hombres no saben enseñar y encontrar a Cristo como su único secreto de sabiduría y fuente de sanidad interior (Colosenses 2), Dios en su amorosa misericordia y cuidado por sus hijos heridos buscará la manera de sanarlos, pero su amor no debe darnos licencia para desarrollar conceptos equivocados.
Si cada súplica nuestra al trono del cielo tuviera que ser examinada por una computadora teológica, y si cada petición de ayuda tuviera que ser perfecta en su fraseología, la mayoría de nuestras oraciones estarían sin contestación, pero nunca debemos permitir que Sus intervenciones misericordiosas se conviertan en desviaciones Escritúrales.
La Palabra de Dios nunca te aconseja que regreses a los recuerdos de tu vida antes de la conversión, a fin de encontrar la respuesta a los problemas del presente. No hay ninguna enseñanza en el Nuevo Testamento que te diga que vuelvas a tu pasado doloroso, buscando el “sentir la presencia de Jesús” o “Imaginarte a El ayudando para aliviarte”
Esto no solamente abre la posibilidad para el engaño satánico, sino que el trauma resultante puede ser psicológicamente peligroso.
El apóstol Pablo no conocía nada de estas supuestas técnicas de sanidad interior para solucionar los problemas de su vida pasada.
El solo conocía que había sido “sepultado con El (Cristo) en el Bautismo” (Romanos 6:3-8) y que su vida había sido revolucionada, porque el sabía que había sido “resucitado para andar en la vida nueva” a través de su unión con el Hijo de Dios (Romanos 6:4-10). No solamente había sido reconciliado con Dios por la muerte de Su Hijo, sino que ahora disfrutaba la dinámica diaria de ser salvo por Su vida (Romanos 5:10).
Su pasado pecaminoso había sido juzgado y enterrado (Colosenses 2:12). Su presente era tan precioso, que sanaba completamente las heridas de días pasados (2 Corintios 5:14-16).
No andes en el consejo de los malos (Salmo 1:1), ni permitas a nadie que escarbe en lo que Dios ha enterrado. Escarbar tumbas es una ocupación macabra, ¡pero aun lo es más cuando es a ti a quien quieren exhumar !
Satanás siempre intentará llevarte de vuelta a tu sombrío pasado donde sus apariciones fantasmales pueden atormentarte en su oscuridad. Sin embargo, como todas estas siluetas tétricas, desaparecerán cuando la luz del día aparezca. Que tranquilizador es oír decir a Jesús:
”Yo soy la luz del mundo, el que me sigue no andará en tinieblas, sino que sino que tendrá la luz de la vida” (Juan 8:12).
Nunca permitas a nadie el atrevimiento de sugerir que tus pecados pasados no han sido limpiados, perdonados, y olvidados. Esto es una calumnia a la integridad de Dios porque “El es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad” (1 Juan 1:9)
Permitir a Satanás la insinuación de que la sangre de Cristo ha perdido su poder, no solamente está más allá de lo concebible, sino que ¡es blasfemo ! De todas las sucias mentiras que Satanás ha “engendrado” esta “descendencia” debe ser la culminación de sus fornicaciones (Juan 8:44).
Recuerda siempre que la sensación de limpieza viene después de la fe, rara es la vez que este sentimiento es dado para desarrollar la fe. La seguridad viene cuando a pesar de todos tus temores y sentimientos, consientes con la Palabra eterna de Dios, esto entonces, se convierte en una roca, contra la cual no pueden prevalecer las olas de circunstancias y cambios de humor.
Pablo el apóstol podía haber pasado noches de insomnio y muchos días tristes si tuviera que haber resucitado su horrendo pasado. ¿No había perseguido a la iglesia primitiva, obligándoles a blasfemar y encarcelado a muchos? (Hechos 26: 9-11). No solamente estaba directamente involucrado en la muerte de muchos cristianos, sino que les torturó. El estaba presente en el martirio de Esteban (Hechos 7:58). A pesar de todo eso, no hay ninguna constancia de que buscara sanidad de tan devastadora memoria.
El creyó implícitamente en la Palabra de Dios que había sido salvo por gracia, por medio de la fe (Efesios 2:4-8). El sabia que cada pecado había sido perdonado y que la justicia era el regalo de Dios para su alma culpable (Romanos 3:21-26). Pablo llanamente rehusaba escuchar ninguna voz que buscara condenarle y declaraba que nada jamás le separaría del amor de su Dios perdonador.
(Romanos 8:31-34).
Tú también tienes que acallar toda voz que se atreva a sugerirte que necesitas que el pasado sea resucitado, reexaminado y vuelto a limpiar.
Tus emociones del alma y tus temores subconscientes no deben ahogar el testimonio de tu espíritu, porque
“Su Espíritu da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios” (Romanos 8:16).
El camino seguro para sanar las heridas del pasado y quitar las cicatrices de tu memoria es creer y confesar las verdades superlativas de Dios ahora mismo.
Dios no está en el negocio de reparar, sino en el negocio de re-hacer,
“Por tanto, si alguno esta en Cristo, es una nueva criatura, ha pasado lo viejo, ha llegado lo nuevo” (2 corintios 5:17 Nueva Versión Internacional)
Mírate a ti mismo como Dios te ve. El nuevo yo es ¡el hombre interior ! El ha sido resucitado por el mismo poder que resucitó a Jesús de la tumba (Efesios 2:1).
Hasta que no sepas como andar en el Espíritu, tendrás problemas con el hombre exterior. El fracaso es a menudo la manera que Dios tiene para que te des cuenta de que tu problema no es por causa de tu pasado, sino que tiene mucho que ver con el presente (Romanos 7:15-21). La condenación que viene por la incapacidad de ser completamente nuevo, de manera eventual te llevará a Jesús, el cual terminará la obra que comenzó en ti (Romanos 7:23-25).
La desdicha es transformada en maravilla cuando la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús te libera de la ley del pecado y de la muerte (Romanos 8:4).
Tus problemas del presente no y no tienen que ver con los recuerdos del pasado excepto que ellos te han dejado con los patrones de los viejos hábitos. Una vez hayas aprendido a apropiarte de Cristo como la totalidad de tu vida (Galatás 2:20), no te será muy difícil despojarte del viejo hombre y vestirte con el nuevo hombre (Efesios 4:20-32).
Permite siempre que la Palabra de Dios separe los temores del alma, y las emociones, de la realidad del testimonio en tu espíritu. Nunca permitas que las emociones superficiales perturben tu profundo conocer interno dentro de ti. Incluso si fracasas, nunca permitas que las dudas nieguen lo que Dios ha dicho. Tu eres una nueva creación y pronto el mundo verá lo que Dios esta haciendo.
Satanás ha perpetrado la enorme mentira de que nuestra mente subconsciente tiene un poder casi súper-consciente, ¡esto no es así ! Es erróneo que el cristiano atribuya a su mente subconsciente un poder que no posee; nosotros “hemos sido trasladados... del reino de las tinieblas... al reino de su Amado Hijo” (Colosense 1:13). Ahora deberíamos tener la mente de Cristo, y que ella esté totalmente informada de la Palabra de Dios:
(Deberíamos ser capaces de) “Destruir argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevar cautivo todo pensamiento para que obedezca a Cristo” (2 Corintios 10:5 NVI)
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Dudar de que el pasado haya sido sepultado nos podría robar el poder para andar en vida nueva. Dudar de que la sangre de Cristo tenga poder para limpiar todo pecado podría robarnos la certeza de la salvación. Dudar de que hayamos sido hechos nuevas criaturas podría estorbar la consumación de la nueva creación de Dios en nosotros.
Pablo tuvo que defender continuamente el evangelio que le fue dado por “la revelación de Jesucristo” (Galatás 1:11-12). El tuvo que refutar constantemente, no solo las “adiciones” y “substracciones) de Satanás, sino también, las “alteraciones” y “modificaciones” del hombre.
La respuesta de Dios a todos nuestros problemas se puede encontrar en un lugar, y esto es en la vida de unión con su Hijo Jesucristo. El que es el Señor de todo, es la misteriosa y sin embargo poderosa fuerza de todos lo que le invocan (Colosenses 2:1-23). Nunca debemos ser movidos de nuestro centro divino. El que creó y sostiene todo el Universo es perfectamente capaz de cuidar todos nuestros asuntos (Colosenses 1:16-19).
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No debemos permitir que nada nos mueva de la sencillez de nuestra salvación que Dios nos ha provisto en Su hijo (2 Corintios 11:3-4).
La Palabra de Dios y el camino de Dios para sanar nuestros recuerdos del pasado es hacer el presente tan excitante y real que hace repulsiva cualquier otra idea de escarbar en la tumba o cazar fantasmas. Haz con tu pasado lo que Dios ha hecho, confía en que el Espíritu Santo lo va a enterrar donde nadie lo puede desenterrar. Solamente hay un evangelio, el evangelio que nos dio Jesús, no necesitamos otro. |
Capitulo 10 Sepultados con Él en el bautismo
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