Mario Serrano

Poderosa declaración de fe para ser sanados y tener liberación espiritual

Por Mario Serrano

Estimados amigos, hoy haremos una poderosa declaración de verdades bíblicas concernientes a la sanidad y la liberación espiritual, afirmando y obteniendo así las promesas de Dios en nuestras vidas y familias

Proverbios 18:21: “La muerte y la vida están en poder de la lengua, y el que la ama comerá de sus frutos.”

“La boca del necio es quebrantamiento para si, y sus labios son lazos para su alma” (Proverbios 18:7).

Estos versículos establecen claramente cuanto poder tienen nuestras palabras. Seamos conscientes o no, cada mensaje y declaración formulada con nuestros labios tiene la facultad de construir nuestro futuro. Si hablamos y alineamos nuestras palabras a las mentiras de Satanás y a lo que señala el mundo, nuestra vida será un fracaso, si llenamos nuestra boca con palabras de fe y decimos lo que Dios dice con respecto a nuestra situación en particular, entonces seremos vencedores y activaremos el poder de Dios a nuestro favor. Esto requiere entrenamiento y disciplina.

Mirad también las naves; aunque tan grandes, y llevadas de impetuosos vientos, son gobernadas con un muy pequeño timón por donde el que las gobierna quiere.

Así también la lengua es un miembro pequeño, pero se jacta de grandes cosas. He aquí ¡cuán grande bosque enciende un pequeño fuego! (Santiago 3:4-5)

Santiago enseña que la lengua es el miembro más pequeño del cuerpo, pero quien pueda dominarla tendrá dominio de su destino. Aquí es comparada al timón de un barco, que controlado constantemente y encausado a su destino por la mano experta de capitán, lograra llegar sin lugar a dudas a buen puerto.

No confieses escasez, enfermedad, queja, amargura, incredulidad o temor. Que cada palabra que sale de tu boca refleje tu propósito y te conduzca al lugar donde quieres llegar.

Proverbios 4:20-22 dice así “Hijo mío, está atento a mis palabras; inclina tu oído a mis razones, no se aparten de tus ojos; guárdalas en medio de tu corazón; porque son vida a los que la hallan y medicina a toda su carne”.

Nada hay en este mundo que tenga mayor poder de sanidad que la palabra de Dios, el efecto sanador que produce en nosotros el llenar la mente con las sagradas escrituras y confesarlas con nuestros labios, es incalculable.

“Porque de cierto os digo que cualquiera que dijere a este monte: Quítate y échate en el mar, y no dudare en su corazón, sino creyere que será hecho lo que dice, lo que diga le será hecho” (Marcos 11:23).
¿Te sientes enfermo, agotado, cansado, sin fuerzas, tal vez percibes poderes de oscuridad que se levantan contra ti para destruirte?

Toma diariamente unos momentos para buscar, copiar, memorizar y declarar en voz alta pasajes de las sagradas escrituras en relación a tu problema en particular, sazóna estas declaraciones con fe y repite la dosis varias veces al día, no desistas, entonces se producirá el milagro en tu vida.

Hagamos con fe y convicción las siguientes declaraciones basadas en la palabra de Dios

«Padre Celestial, estoy atento a Tu Palabra. Inclino mis oídos a tus razones. No permito que se aparte de mis ojos. La guardo en medio de mi corazón porque es vida y medicina a todo mi cuerpo.

Jesús llevó mis enfermedades y el dolor. No permito la enfermedad ni el dolor en mí. Dios envió Su Palabra y me sanó.

Jesús llevó mis enfermedades y cargó mis dolencias. Por lo tanto, no permito que la enfermedad domine mi cuerpo.
Soy vivificado por el Espíritu Santo que resucito a Jesús, levantándolo de la muerte, y declaro que la vida de Dios fluye por mi sistema y trae sanidad a todo mi ser.

Declaro que cada órgano de mi cuerpo funciona correctamente, soy templo del Espíritu Santo por lo tanto permanezco, sano fuerte y rejuvenecido.

Tomo autoridad como hijo de Dios y resisto al diablo, declaro que ninguna arma forjada contra mi prosperará y me visto con toda la armadura de Dios.

Desautorizo y reprendo toda maldición dicha en mi contra y toda palabra negativa emitida sobre mi o mi familia.
Soy hijo de Dios, propiedad de Dios, por lo tanto satanás no tienes parte en mi vida, familia, finanzas, salud, mente y cuerpo.

No me sobrevendrá mal alguno, ni plaga tocará mi morada. Pues tus ángeles mandarás para que me guarden en todos mis caminos, haciendo un vallado de protección durante el día y también en la noche. Proteges mi casa y familia de cualquier intrusión, porque tú guardas mi entrada y mi salida desde ahora y para siempre.
Soy fuerte en Dios, vivo, estable, próspero y virtuoso.

La adversidad no podrá detener mi propósito, viviré y anunciaré las grandezas de Dios

Lo pido, declaro, creo y recibo todo esto en el poderoso nombre de Cristo Jesús, amén».

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