Reflexiones Cristianas de Amor Escritas

Salmo 92 con Explicación y Oración Poderosa

A continuación veremos un comentario devocional del salmo 92, escrito por Esteban Correa

(versículos 1)

Un salmo es una expresión de nuestra alma hacia Dios, es la forma más usada para adorar y alabar al Señor. Generalmente es con forma poética, y puede variar en su contenido como por ejemplo con agradecimientos, adoración, o también con un clamor o súplica. Los salmos son exaltaciones a nuestro Dios, lo glorifican, proclaman sus verdades eternas y lo buscan en oración con palabras sinceras que brotan desde nuestro corazón.

En este salmo 92 se nos insta a alabar a Dios y cantarle salmos. Todo lo que vivimos con Dios lo debemos expresar en palabras, debemos darle al Señor toda la gloria y honor que se merece desde lo más hondo de nuestra alma y reflejar esto con nuestra conducta.

(versículos 2)

El versículo dos nombra el amor o misericordia por la mañana y su fidelidad por la noche, esto es porque al comenzar nuestro día necesitamos la misericordia de Dios, que nos perdona, nos renueva y por su gracia nos da la fuerzas para avanzar.

Cada día al amanecer debemos dar gracias a Dios por su bondad y amor, porque en Cristo Jesús somos perdonados, y podemos tener nuevas oportunidades y seguir creciendo, él es nuestro abogado defensor, cada mañana podemos encontrar su misericordia. Y por la noche agradecemos por su fidelidad. Podemos adorar a la noche, luego de haber visto como nuestro Dios es fiel con nosotros.



(versículos 3)

En el verso tres vemos a la música presente, Dios creó la música y es una de las cosas más maravillosas, debemos usar la música de adoración para inspirarnos cada día. Quienes tienen el llamado de músicos deben, aparte de aprender las técnicas de cada instrumento, buscar a Dios para ser inspirados por el Espíritu Santo.

(versículos 4)

En las obras de Dios siempre vamos a encontrar una gran alegría. Por un lado cuando vemos su majestuosa creación del universo, el mundo y todo la naturaleza, como también por sus poderosas señales y maravillas.

Cuando es derramado el Espíritu Santo para sanar, liberar, restaurar y hacer diversos milagros en nuestras vidas tenemos que maravillarnos y darle toda la gloria y honor.

La manifestaciones de Dios son muy diversas y las podemos ver en todo aspecto de nuestras vidas, como en otros creyentes. Cuando vemos todo lo que Dios hace, el poder de Dios se manifiesta, nos deja maravillados y llenos de alegría.

(versículos 5 al 10)

Cuando son abiertos nuestros ojos podemos ver la grandeza de Dios, sus profundos pensamientos, cuando el Señor halla un corazón humilde y enseñable, le revela grandes cosas. Nuestra gloria es conocerlo a Él, pero los necios, que son las personas que creen saberlo todo y no se apoyan en Dios, no pueden comprender ni experimentar al creador.

Muchas veces los malvados tienen breves tiempos de prosperidad, pero aunque su vida parezca florecer, es una vana ilusión, porque si la riqueza o la prosperidad no viene de Dios, vendrá con dificultades y pronto pasará, sólo cuando estamos bajo la bendición de Dios seremos fortalecidos para superar todo obstáculo y disfrutar las bendiciones que recibimos.

El versículo 10 nos muestra que Dios puede darnos fuerzas que van más allá de nuestras capacidades. Por gracia recibimos fortaleza para crecer, avanzar, levantarnos y seguir adelante, porque el Señor es la fuente de toda fuerza, si nos acercamos a Dios, si buscamos su ayuda y favor, recibiremos fuerzas, porque para todo necesitamos tener motivación y entusiasmo, y es Dios quien nos regala esa capacidad al ungirnos con su aceite fresco, para que podamos perseverar, para que podamos estar radiantes y persistamos en fe, hasta ver frutos.

Es Cristo en nosotros la fuerza que necesitamos. Cuando el Señor recibe nuestra honra y le damos el lugar necesario, el Espíritu Santo nos infundirá sus fuerzas como las del búfalo por medio de la unción. Andar en el Espíritu es andar con una fuerza que nos lleva de gloria en gloria y de poder en poder.

(versículos 11)

El Señor nos levanta por sobre los enemigos y no solo nos levanta, sino que nos mostrará a los enemigos derrotados, cuando Cristo murió en la cruz, venció a todos nuestros enemigos, a la condenación, al diablo, a la maldición, a la enfermedad, a la pobreza y al pecado. Y veremos la derrota de todos ellos y de todo lo que se oponga a nosotros, si Dios es con nosotros ¿Quién contra nosotros?.




(versículos 12 y 13)

El verso 12 y 13 del salmo 92 dicen así: “Como palmeras florecen los justos; como cedros del Líbano crecen. Plantados en la casa del Señor, florecen en los atrios de nuestro Dios”.

Todos somos llamados a florecer, pero necesitamos estar plantados en la casa de Dios, esto es cumpliendo nuestro ministerio, nuestro llamado, sirviendo a Dios en todo lo que esté a nuestro alcance, llevando a cabo la visión en la cual nos ha plantado. Lo que hagas ahora en la iglesia o en el ministerio que Dios te haya puesto es muy importante, porque por un lado estamos siendo preparados para más y a su vez, estamos siendo alimentado por el vigor que fluye en el cuerpo de Cristo, siendo fortalecido por la unidad de la iglesia.

Hay una frase que se ha hecho popular entre los cristianos, que dice así: “Dónde sea que Dios te haya plantado, florece”. No todos tenemos el mismo llamado, ni la misma función, pero todos somos llamados a permanecer en Él, conectados a una visión, a una iglesia, a una actividad que contribuye al avance del reino de Dios.
Siempre debemos saber que tenemos que contribuir al reino de Dios de alguna manera y utilizar nuestros dones al servicio del cuerpo de Cristo.

Estar plantados significa no abandonar el llamado, permanecer fiel en nuestro servicio. A veces estamos puestos bajo la visión de un ministerio y el Señor puede usarnos allí por un tiempo, por muchos años, o toda la vida, otros son llamados a extender su ministerio o tener otras metas y actividades dentro de la iglesia y el Señor los lleva a otro nivel.

Pero todo lo debemos hacer sin abandonar, estando plantados, para ser útiles, pidiendo gracia, sabiduría y poder para hacer lo que tengamos que hacer. El Señor pondrá en nuestro corazones su voluntad y nos guiará en cuanto a nuestro llamado y servicio para que respondamos con obediencia y humildad.

Es siendo perseverantes y honrando a las autoridades bajo las que el Señor nos ha puesto, que nuestra vida florecerá como las palmeras. El Señor necesita corazones obedientes a lo que Él nos pida y a lo que requiera en el lugar donde estemos llamados a servir.

(versículos 14 y 15)

“Aun en su vejez, darán fruto; siempre estarán vigorosos y lozanos, para proclamar: «El Señor es justo; él es mi Roca, y en él no hay injusticia»”. Salmo 92:14-15

Vemos que si permanecemos firmes en el llamado, sirviendo al reino de Dios, tenemos la promesa de estar vigorosos y lozanos, esto es permanecer con fuerzas, salud, juventud, gracia y favor del cielo.

Lozano significa robustez, frescura, vigor, permanecer joven y saludable. El término lozano se aplica también a las plantas, y como un planta debe permanecer en buena tierra, con agua y fertilizantes para estar saludable, nosotros debemos permanecer en el servicio a Dios, usando nuestra vida y talentos para su gloria de forma permanente, siendo útiles para la iglesia y dando buen testimonio para bendecir al mundo.

Y el versículo 15 nos muestra que Dios nos da todas estas bendiciones para seguir anunciando su nombre, proclamando que Él es recto, verdadero y no hay en Él injusticia. Siempre debemos servir a Dios, porque esta es la fuente de nuestro vigor y lozanía.



Ahora hagamos juntos esta oración basada en el salmo 92.

“Padre Dios, te alabo y glorifico por tu amor cada mañana y tu fidelidad cada noche. Tu gozo llena mi corazón porque estoy maravillado por tus obras poderosas.

“Que el enemigo sea avergonzado con nuestro testimonio y nuestra vida, derroto en el nombre de Jesús todo enemigo de mi alma, de mi llamado y de mi ministerio.

“Conéctame con todo persona que sea una bendición para mi y yo una bendición para ella, pero que toda persona que solo me trae problemas sea alejada de mi vida en el nombre de Jesús”

“Aumenta mi fuerzas como las del búfalo, renuncio a toda debilidad y cansancio y me lleno de las fuerzas de Dios en el nombre de Jesús”

“Ayúdame a dar frutos siempre, dame sabiduría y capacidad para servirte y ser fiel con un corazón humilde y obediente”.

“Permanezco plantado en los atrios de tu casa, unido a la iglesia para florecer como las palmeras con vigor y lozanía”

“Bendigo y respeto a las autoridades que has puesto sobre mi en la iglesia y decido seguir creciendo para ser de bendición y proclamar la verdad de tu palabra y tu justicia.

“Pido, creo y espero todo esto en el nombre de Jesús. Amén”

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