Hacia la tierra prometida
Mientras tengas mentalidad de desierto vas a seguir allí, el día que la dejes, las puertas de la tierra prometida se te van a abrir. La bendición de Dios no añade tristeza
Nos acostumbramos al mundo porque andamos en el mundo, y nos afectamos un poco por la manera en que la gente habla. Romanos 12:2 dice que no nos debemos conformar a la manera de pensar de este mundo. Es fácil echarse en un río y dejarse llevar por la corriente, pero cuando caminas en contra de esta experimentas cansancio, y por momentos piensas salir y seguir por la orilla. Pero el Señor quiere que vayamos en contra del pensamiento del mundo.
El pensamiento de hoy es de tragedia, de poca esperanza, y el problema no es escuchar, sino refutar con la palabra de Dios esas palabras, pero al tenerlas en cuenta comenzamos a pensarlas y más aún a conformarnos a esa manera de pensar. Tenemos una iglesia sana que cree que Dios también sana nuestras finanzas, que vivas en la tierra y que la conquistes. Los pensamientos que se levantan en contra del conocimiento de Dios se deben derrumbar con la palabra de Dios. Decide hoy a quien le vas a creer. La Biblia dice que las ovejas escuchan la voz de su pastor y le siguen. De esta manera vas a ser bendecido.
Si estás en una condición económica difícil y cumples los principios de la palabra de Dios vas a salir adelante. La voluntad de Dios es que todo lo que tu emprendas sea bendecido, prosperado; la voluntad de Dios es que te vaya bien, que sobreabundes. Lo cual es contrario a todo lo que el mundo dice. Cuando guardamos los principios de Dios, sus estatutos, sus ordenanzas, no nos importa lo que le pase al mundo, porque todo nos va a florecer. La palabra salvación también significa sanidad, abundancia, prosperidad, Jesús vino para que conquistaras la tierra prometida, que es tuya pero la tienes que poseer con fe. Es tiempo de heredar lo que te pertenece. Es tiempo de salir del desierto.
Hay 3 lugares en los que todos los cristianos podemos estar en un determinado momento. Egipto sinónimo del mundo de donde venimos todos, perdido en delitos, pecados haciendo su propia voluntad, pero un día Jesús entró a nuestro corazón y salimos de Egipto rumbo a poseer la tierra prometida, pero para esto debíamos pasar por el desierto, y muchos se han quedado a vivir allí, pero esta no es la voluntad de Dios para tu vida, porque este es un lugar transitorio, de paso, donde se aprende a conocer en medio de la escasez al Señor, donde Él prueba tu fe. Y aunque llegues a la tierra prometida necesitas de fe, porque hay enemigos que nos quieren quitar lo que nos pertenece. Nunca fue la voluntad de Dios que Israel pasara 40 años en el desierto sino 40 días, pero ellos se quedaron en el desierto porque Dios los ha bendecido allí, pero esto no es sinónimo de aprobación, Él te bendice porque es un Padre y no te deja de alimentar donde estés. Algo debes estar haciendo mal si mes tras mes, Dios tiene que hacerte un milagro para solucionar cierta situación. El desierto es fácil porque no usas la fe, te estancas en fe, solo la usas para que Dios supla lo básico. Cuando Dios habla con Moisés le dice no solo de pan vivirá el hombre sino de toda palabra que procede la boca de Dios. Si por 40 años tu has comido pan el Señor te dice te lo he dado, por conformista, pero no solo de pan que vive el hombre. Eso esta bien por un tiempo pero si llevas mucho tiempo comiendo pan, codornices y agua, es hora de que salgas del desierto. Nosotros somos testarudos como el pueblo Israel, como Dios nos ha dado lo básico, y contamos los testimonios, creemos que eso está bien. La voluntad de Dios para tu vida no son codornices, ni maná, es una tierra de sobreabundancia, de bendición, tierra donde fluye leche y miel.
¿Cómo sales del desierto? Sales del desierto con dos cosas Fe y ofrecer. Sales del desierto con una ofrenda, no llegas a la tierra prometida demandando. Ofrece y llegas a la tierra prometida. Tal cual como el hombre piensa así es. Y sino lo puede pensar, y no lo puede decir, no lo puedes tener. Pero si lo piensas y lo hablas lo vas a tener. Tus pensamientos y tus palabras con la fe te llevarán a la tierra prometida donde no escasea nada. Usted debe salir del desierto por sus propios medios. Cada quien decide cuanto quiere permanecer en el desierto. Las ofrendas son la excusa que Dios pone para sacarte del desierto y llevarte a la tierra de bendición. Ayudar a los pobres te va a dar favor de Dios, pero si queremos llegar a otro nivel, debemos dar en la iglesia para ayudar a expandir el ministerio. Con la fe con que sales del desierto es la misma con la que entras a Canaán y le quitas a los enemigos tu tierra. Dios no tiene hijos perezosos sino hijos que le creen. La tierra prometida es de excesos y de exageraciones, pues así es que Dios quiere bendecirte. Estamos agradecidos por las codornices y el maná, pero salir del desierto es salir hacia delante, el Señor no se va a enojar por esto. No sabemos donde están las riquezas pero el Espíritu Santo si, pregúntale.
Mientras tengas mentalidad de desierto vas a seguir allí, el día que la dejes, las puertas de la tierra prometida se te van a abrir. La bendición de Dios no añade tristeza. En Deuteronomio 6:1-13 recordemos todas estas promesas. En la tierra prometida vamos a poseer lo que otros dejaron tirado. Las riquezas de los injustos de los pecadores, son para nosotros, las casas que edificaron son para nosotros. Lo único que pide el Señor es que tengas cuidado, de no olvidarte de quien te saco de Egipto, quien te condujo por el desierto y te llevo a la tierra prometida, tierra que es muy similar a lo que vas a vivir en el cielo.