Palabra Del Aliento Para Bendecirte Hoy

Palabras de Aliento

 

La decisión es suya

 

Por Kenneth Copeland

El Señor dice que no permitirá que usted sea sometido a una tentación que no pueda resistir. En toda tentación, Él le abrirá una puerta, o sea, siempre pondrá ante usted la opción de huir de la tentación. 

 

...escogeos hoy a quien sirváis...
– Josué 24:15

Ponerse de parte de la Palabra de Dios es un reto continuo. No es algo que se hace sólo una vez, sino que es una decisión que se ha de tomar constantemente en cuanto a creer y poner en práctica la Palabra de Dios en toda situación.

Eso es lo que cada uno de nosotros tiene que hacer. Hace años decidí que iba a seguir a Jesucristo. Desde entonces he tenido que decidirme por Él una y otra vez en las situaciones diarias de la vida. He decidido escogerlo a Él como mi Señor, mi Salvador, mi Sanador, mi Asesor financiero y como Cabeza de mi hogar y de mi ministerio. Y aún tengo que seguir escogiéndolo momento tras momento.

Algunas veces la decisión se hace difícil, pero Dios ha prometido que nunca será demasiado difícil. En 1 Corintios 10:13, Él dice: "No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar" Lo que el Señor dice es que no permitirá que usted sea sometido a una tentación que no pueda resistir. En toda tentación, Él le abrirá una puerta, o sea, siempre pondrá ante usted la opción de huir de la tentación.

Ahora, no es que el diablo le tienta porque quizá Dios esté ocupado en otra cosa y se ha olvidado de usted. El Espíritu de Dios está siempre con usted y le muestra la manera de resistir. En otras palabras, las armas que Dios le da para vencer son poderosas para vencer hasta la tentación más fuerte que pueda asaltarlo. Él siempre pone ante usted la vida para que la escoja.
Por lo tanto, decídase a andar en amor, a andar por la fe y a vivir por la Palabra. Jesús es el camino, escójalo a Él.

A los cielos y a la tierra llamo por testigos hoy contra vosotros, de que os he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición; escoge, pues, la vida, para que vivas tú y tu descendencia.
– Deuteronomio 30:19

"Dios te va a castigar por eso": son palabras que la gente dice mucho. Por alguna razón la gente cree que a Dios le gusta castigarnos y causarnos dolor cada vez que pecamos.

Es cierto que el pecado tiene consecuencias graves, pero no es Dios el que las inflige. La Biblia dice que por miles de años ha estado en efecto una maldición, pero el diablo es el causante de ella, no el Señor. Dios nos advierte acerca de ello en Deuteronomio 30:19.

Después de describir en detalle las bendiciones que recibirán los que siguen al Señor y las graves consecuencias que sufrirán los que se apartan de Él, dice: "... os he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición; escoge, pues, la vida, para que vivas tú y tu descendencia".

Mírelo de la manera siguiente. Hay un lugar que se llama "Maldición". Dios nos advierte acerca de ese lugar y nos insta a no tomar el camino que nos lleva allí. Ahora, Él nos ha dado libre albedrío para que escojamos el camino que queramos seguir. Si tomamos el camino que lleva a Maldición y no nos desviamos, allí llegaremos. ¿Será porque Dios nos envió? ¡No! Él nos advirtió que no fuéramos.

En todo caso, lo más importante que debe tener presente es que no importa si está en el camino hacia Maldición o está viviendo en ese lugar, Dios puede rescatarle en cualquier momento. Lo sacará de ahí, le hará libre y le librará de enfermedades, vicios y cualquier cosa que le tenga esclavizado.

Si usted hoy se encuentra en el camino que no debiera estar y puede ver el desastre más adelante, arrepiéntase y tome el buen camino. Encomiende su camino a Jesús el Señor para que Él le libere de cualquier cosa que le tenga cautivo. Para comenzar, usted puede decir: "Señor Jesús, he tomado el mal camino y ahora mismo te pido que me perdones. Quiero escoger la vida y tu camino. Por favor, libérame de esta atadura y lléname de tu Espíritu Santo. Gracias, Señor".

Recuerde que no importa lo que haya hecho, Dios no quiere castigarle por eso, sino que quiere perdonarle. Él desea salvarle y levantarle. Confíe en Él para que le ponga en el camino de la vida.

+ Prédicas Escritas | Kenneth Copeland