La vida de resurrección
Porque una vez que usted entienda que tiene la vida de Dios en su interior, comenzará a vivir como Cristo lo hizo.
El primer día de la semana, muy de mañana, fueron al sepulcro llevando las especias aromáticas que habían preparado, y algunas otras mujeres con ellas. Hallaron removida la piedra del sepulcro y, entrando, no hallaron el cuerpo del Señor Jesús.
– Lucas 24:1-3
Ya es hora de que dejemos de buscar entre los muertos al que vive. Es hora de que dejemos de vagar por el cementerio del pecado, la enfermedad y el fracaso y empecemos a vivir la vida de resurrección.
Como criatura resucitada, su vida no está determinada por algún accidente que está por ocurrir. Su vida no es una red de sucesos y circunstancias sin control. Dios tiene un plan especial para usted. Quizás la intención de Dios sea que usted tenga el ministerio de sanidad más grande de este siglo, o que usted sea un gran predicador, o quizá tenga una revelación para usted que será de bendición para todo el mundo.
Pero hasta que usted no ponga toda su atención en Él, nunca podrá saber lo que Dios le tiene reservado. Por eso el diablo trabaja con ahínco para que usted se concentre en los problemas de la vida y no ponga atención a la Palabra viva de Dios. Su objetivo es que usted no se de cuenta de que está lleno de la vida de resurrección de Jesucristo. En realidad, esa posibilidad lo aterroriza.
¿Por qué? Porque una vez que usted entienda que tiene la vida de Dios en su interior, comenzará a vivir como Cristo lo hizo. Usted pondrá las manos sobre los enfermos y sanarán; echará fuera demonios; predicará el evangelio a toda criatura.
En resumen, usted será lo que Dios le ha destinado a ser. Usted será el cuerpo de Cristo en la tierra. No permita que Satanás lo ate con la mortaja del pecado y los fracasos del pasado. Usted ha dejado de estar muerto; ha sido levantado con Jesucristo. Salga de la tumba y comience a vivir la vida de resurrección. Hechos 17:16-34