Palabra Del Aliento Para Bendecirte Hoy

Palabras de Aliento

 

Permanezca en Jesús

 

Por Gloria Copeland

No caiga en la trampa del diablo. En lugar de eso, ponga sus pensamientos y afectos en el Señor. A medida que lo haga, la fuerza de la fe comenzará a fluir de usted. Esa corriente rechazará toda forma de oscuridad.

 

El que en mí no permanece, será echado fuera como pámpano, y se secará; y los recogen, y los echan en el fuego, y arden.

– Juan 15:6

Si le pidiera que hiciera una lista de cien cosas que necesita hacer para agradar al Señor, usted podría hacerla, ¿cierto? Probablemente estaría pensando en una lista tan larga de "sis" y "nos" que no sabría por donde empezar.

Pero puede estar tranquilo. No voy a sugerirle que haga una lista. En cambio, voy a ayudarle a simplificar las cosas al darle sólo una: Permanezca en Jesús.

De lo único que usted es verdaderamente responsable es de su unión con Él. Si usted mantiene intactas la unión y comunión con Él, todo lo demás será resuelto.

"Pero, ahora estoy enfrentando algunos problemas grandes. Mi vida está al revés. Estoy tan afanado que no sé si voy o vengo. Hoy no tengo tiempo para tener comunión con el Señor".

Entonces, es cuando más necesita tener comunión con Él. Necesita mantener su unión con el Señor en especial cuando las tormentas de la vida vienen. Sé que eso no siempre es fácil. Ya sea la tormenta una enfermedad en su cuerpo o problemas económicos o contiendas familiares, la tentación será fijar la atención y la mente en ese problema. Ni siquiera querrá pensar en algo más.

Pues, eso fue lo que el diablo planeó. Esa es la razón por la cual él envió esa tormenta en primer lugar: para distraerle de la comunión con Dios y para alejar su atención de la unión con Él.

No caiga en la trampa del diablo. En lugar de eso, ponga sus pensamientos y afectos en el Señor. A medida que lo haga, la fuerza de la fe comenzará a fluir de usted. Esa corriente rechazará toda forma de oscuridad. Le llevará en triunfo en cada tormenta. Tenga hoy comunión con Jesucristo. Filipenses 3:1-11

Considérese vivo en Cristo

De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son echas nuevas.
– 2 Corintios 5:17

La resurrección: ¿en qué piensa cuando oye esa palabra? La mayoría de la gente piensa en el pasado: en una tumba vacía y en el Señor resucitado.
¡Gloria a Dios! ¡Jesucristo vive hoy!

Lo que no entendemos bien es que Él no es el único que resucitó. Nosotros también hemos resucitado. Resucitamos espiritualmente el día en que recibimos al Señor Jesucristo como el Señor de nuestra vida. Ese día pasamos de muerte a vida. La parte más importante de nuestra resurrección ya ocurrió.

Medite en eso. Cuando usted hizo a Jesucristo el Señor de su vida, el Espíritu de Dios vino sobre usted y la gloria del Señor invadió su ser. Esa gloria consumió al viejo hombre y al pecador que usted antes era. Ese hombre viejo murió, y en su lugar nació una criatura nueva.

Sí, habrá un día cuando el cuerpo terrenal en que vive será levantado y glorificado, pero usted no tiene que esperar hasta entonces para ser libre del pecado, de la enfermedad, de la pobreza y del fracaso que acompañan a este mundo natural. Usted ya es libre de todo eso.

Quizá esté preguntándose: "Bueno, si soy tan libre, ¿por qué no puedo dejar de fumar? ¿Por qué no puedo rebajar de peso? ¿Por qué estoy siempre enfermo?"

Pues, porque ha dejado que Satanás lo convenza de que usted todavía está bajo su poder y de que aún está espiritualmente muerto.
Por eso, le pido que a partir de hoy comience a considerarse vivo, a pensar de sí mismo como alguien que ya tiene la vida de Dios y no como un ser terrenal que está esperando por la resurrección. Considérese muerto al pecado y vivo por el poder de Jesucristo, y podrá empezar a vivir una vida nueva hoy. Romanos 8:1-14