Siete Advertencias
La fe no ignora el sentido común. El sentido común es una alarma que Dios nos ha puesto.
Para no perder la libertad que hemos obtenido en Cristo, la Palabra nos da muchos consejos. Entre ellos nos dice que aprovechemos bien el tiempo, que no nos embriaguemos con vino, que hablemos la Palabra de Dios, que demos gracias en todo, y que seamos honestos. Ignorar estas responsabilidades básicas de la vida cristiana nos preparan para ser una presa fácil del enemigo. Estas son siete advertencias para evitar ser capturados por el enemigo:
1. Los peligros ocultos usualmente tienen evidencia visible. No todo aquel que quiere ser su amigo puede serlo, ni el que quiere entrar a su casa lo hace para bendecirlo. Hay señales que indican cuando algo no está bien. El capítulo 7 de Proverbios nos aconseja claramente que guardemos sus mandamientos y que los escribamos en nuestro corazón para que seamos guardados de la trampa del mundo.
2. Los enemigos más peligrosos no se ven. Detrás de cada intento de capturarlo hay una intención diabólica de destruirlo. Tanto se juega con el fuego, que finalmente se va a quemar.
3. Toda trampa del enemigo apela a las necesidades básicas. El enemigo no lo va a tentar por lo que no le gusta. Si salió del vicio, él lo va a tentar por el vicio. Pero las necesidades básicas no son prioridad ante los mandamientos del Señor. El enemigo tentó a Jesús con pan después de haber ayunado cuarenta días, ¡y él tenía hambre como cualquier persona con una necesidad básica!
4. El sentido común le avisa de peligros escondidos. La fe no ignora el sentido común. Si la Palabra dice que no se una en yugo desigual, no trate de cambiarlo diciéndose: "Lo voy a convertir", porque el sentido común le dice que es un yugo desigual. El sentido común es una alarma que Dios nos ha puesto para evitar caer en la trampa.
5. Las cosas fáciles siempre tienen costos ocultos. Debemos tener cuidado porque muchas veces lo que parece barato tiene costos elevados. Recuerde a David cuando trasladó el arca que había sido capturada por los filisteos al lugar donde pertenecía. La ley decía que había que llevar el arca sobre los hombros de los sacerdotes, pero David no quiso hacerlo así y la puso sobre los bueyes. Luego David dijo: "Yo no podré ofrecerle nada a Jehová que no me cueste". No hay nada fácil en el Reino, todo tiene un precio. Si se ve demasiado fácil debe tener alguna trampa.
6. Todo tiene una causa y un efecto. Hay personas que manipulan la bendición y luego se la atribuyen a Dios. Si la bendición lo aleja de Dios, o no le permite que le sirva al máximo, entonces debe preguntarse quién la proveyó. La Biblia establece que "la bendición de Jehová es la que enriquece y no añade tristeza con ella" (Proverbios 10:22).
7. Toda trampa tiene por objetivo capturarlo. Hay muchos creyentes que han sido cautivos en sus propias trampas, han guardado resentimientos y hoy son presa de sus propios complejos e inseguridades. Hay personas en la Iglesia que nunca experimentaron los beneficios de su salvación. Usted es el único que puede crear un mejor futuro con el Señor.
Si usted está preso en odios, resentimientos y no sabe cómo salir de allí, el Señor quiere liberarlo de esa trampa. Usted no es de esta tierra, su morada está en las alturas con Cristo, pero tiene que dejarse liberar. A veces, el Señor intenta ayudarnos a ser libres, pero no le permitimos que lo haga. Le decimos: "No lo hagas, me duele demasiado perdonar". Pero el Señor dice: "Debes perdonar para poder ser libre".
No sé cuál ha sido la experiencia de su pasado que lo ha encerrado, si la relación con sus padres o en su matrimonio, y eso no le ha permitido experimentar el gozo. Pero Jesús es el libertador de nuestra vida y Él abrirá la puerta de la trampa que lo ha mantenido prisionero para hacerlo totalmente libre.
Tommy Moya es el fundador y pastor principal de Centro Cristiano Restauración en Orlando, Fla., una de las iglesias hispanas de más crecimiento en EE.UU. Su misión es motivar a los líderes a desarrollar su potencial.