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Perder a un hijo y el proceso de sanidad
#9 Está pasando por un proceso. ¡No abandone!
Enfrentar la muerte de un ser querido, especialmente la partida de un hijo es un terrible e incomprensible sentimiento.
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Tal vez lo que le pueda decir, no sea nada nuevo que no haya dicho en el libro que escribí, y por cierto debo decir que le agradezco mucho a mis hermanos en la Fe Erica y Esteban Correa de la página de avanzapormas.com pues gracias a Dios y luego a ellos, que sin conocerme, se dejaron guiar por lo que el Espíritu Santo y El Señor le pusieron en su corazón de publicar, corregir, y mantener los libros en su página en la cuales tantas personas han recibido tanta bendición. |
Yo he perdido a varios seres queridos por ejemplo: A mis abuelos de parte de Padre que me criaron desde los dos meses de haber nacido, para mi ellos eran mis verdaderos padres, y eran como la luz de mis ojos. Ese dolor fue horrible. También perdí a mi padrastro, esposo de mi Mamá, su muerte fue muy dolorosa para mi, perdí el día que cayeron las torres gemelas a uno de mis mejores amigos, el era bombero. Hace poco murió en un accidente una prima mía que era para mí como una sobrina. La muerte de la que era mi pastora, pero más que mi pastora era como una madre para mi, también me dolió mucho, y he perdido grandes amistades, pero quiero decirle que el dolor que sentí al perder todos esos seres queridos no se compara jamás con la muerte de un hijo.
Es el dolor más terrible que un ser humano puede vivir.
(Quiero aclarar que ese dolor es profundo, siempre y cuando esa criatura fuese deseada y amada por sus padres) porque hay padres que ellos mismos matan a sus hijos, y verlo vivo o muerto les da igual.
Tú que estás atravesando por ese proceso de la partida de tu hijo(a) debes estar hecha trizas. Te sientes como si tu vida se hubiese partido en miles de pedacitos y sin esperanza de encontrar a alguien que te pueda restaurar otra vez. Sientes que a partir de ahora tu vida nunca será igual, es como si todo tu mundo de repente se te ha venido encima, y aunque hay muchas personas que se compadecen de ti, a la misma vez te sientes sola(o) y sientes que nadie puede entender tu dolor. Y tiene toda la razón! Pues solo una persona que haya pasado por ese calvario es que puede entender cómo te siente.
Llora y llora todas las veces que lo desees. Grita y desahógate. Deja salir tus lágrimas. Deja salir tu dolor, deja que tu corazón se desahogue. Aunque con llorar no harás que tu hijo vuelva a la vida, pero por lo menos te sentirás mucho mejor al dejar salir tus lágrimas.
Muchos entenderán tu dolor. Pero otros en vez de consolarte, te desconsolaran diciéndote: No llores. Con llorar no harás volver a tu hijo. Esa fue la voluntad de Dios. Tú tiene que aceptar lo que Dios hace, y para que esté sufriendo aquí pues es mejor que se lo haya llevado.
Tú puedes tener otros hijos. Si tienes hijos, entonces te dirán: Piensa en tus hijos que te quedan y muchas cosas más. Y aparecerá quien te diga: Pero dónde está tu fe? a Dios no se le cuestiona ni se le pregunta el Por qué ? Y puede ser que precisamente quienes te lo digan sean personas con muy buena intención, pero que a la misma vez no han pasado por tu situación).
Pero si te sientes como yo me sentía debo decirte que no tengas pena de desahogarte delante de la presencia de Dios. Cuando mi hijo murió, yo quede destrozada, quede como muerta en vida. El dolor era tan agudo que no había medicina eficaz, las palabras estaban demás!
Yo no estaba enojada con Dios, pues mucha gente me decía: Tú debes aceptar la voluntad de Dios, pero la gente no entendía que yo no estaba enojada con Dios y que su voluntad siempre la acepte. Pero estaba herida, estaba débil físicamente. Muchos cuestionaban mi confianza y mi creencia en Dios, pero esas personas que me cuestionaban no habían pasado por ese dolor.
Por ahora tú sentirás que ese dolor nunca pasara. Eso sentía yo. Pero recuerdo que mi pastora Julia me decía: Sandy ahora es normal que te sientas así, pero al pasar el tiempo tú verás como recordarás a tu hijo sin dolor, solo iras recordando los momentos bonitos que pasaste con él.
En ese momento yo no podía creer que eso pasaría, pero ¿cuánta razón tenía mi pastora! Ahora cuando pienso en Samuel solo me vienen los momentos lindos. Ya no lo recuerdo con dolor. Pero si lo extraño mucho.
Si la muerte de su hijo es reciente, es normal que te encuentres muy triste. En verdad ese proceso de dolor dura como mínimo dos años, pero también puede durar mucho más tiempo. Eso depende de cada persona y de cada situación. Un hijo nunca sustituye el lugar de otro hijo, pero si reconfortan mucho, y llenan un poco el vacio que el otro hijo dejo.
Muchas de las personas que me escriben me expresan como al pasar por la muerte de sus hijos, pues su relación con Dios ha cambiado. Muchos se sienten enojados con Dios. Otros no quieren saber nada de Dios. Otros se quejan y se preguntan por qué le sucedió eso. Pero alejarse de Dios no es la mejor decisión, al contrario es lo peor que uno puede hacer. Solo Dios es que tiene el poder de sanar y calmar tu dolor. Solo Dios es quien tiene el poder de volverte a bendecir con ese hijo que tú deseas.
Sin Dios nada somos. La decisión más sabia es tener a Dios como tu mejor amigo, como tu aliado, tu confidente y expresarle a El todas las veces que sea necesario tus sentimientos.
Dile que te dolió la decisión que El tomo. Dile que te dolió perder a tu hijo. Diles las ilusiones que tu sentías de ser madre o padre. Háblale! Quizás en el momento que hables con Dios tú no recibas ninguna repuesta, pero si estoy segura que te sentirás mucho mejor.
Dios puede bendecirte por tu fidelidad y cuando menos lo esperes puedes recibir la noticia de que serás mamá o Papá! Dale tiempo a Dios, dale tiempo al tiempo y sobre todo pon mucho de tu parte. Puedes llorar, pero no te quedes sumergida en la tristeza y en el dolor.
La vida debe seguir. Tal vez tienes más hijos que te necesitan. Tal vez tienes un esposo o una esposa que también te necesita. Yo sé que no es fácil! pero si Dios me ayudo y si lo pude lograr, pues tu también lo lograrás!. Yo se que será muy difícil para ti ver a otra mujer embarazada, o ver a otro Bebé, yo también tuve que pasar por ese proceso, y de verdad que fue muy doloroso, pero solo el tiempo y yo poniendo de mi parte pude ir superando ese proceso. Ahora tu lo ves todo difícil, doloroso, y amargo, pero un día tu testimonio será el canal que Dios usara para a través de ti darles otros padres un poco de aliento.
Si la pérdida de tu hijo se valió algún problema físico, y tú deseas volverte a embarazar, entonces toma las medidas necesarias. Habla con tu doctor para que te informe mucho mejor de las cosas que debes hacer. Por ejemplo cuando murió Samuel, Dios me dio la promesa de darme más hijos. Yo hable con el doctor y le dije que cuanto tiempo después de un embarazo se debe esperar para volverse a embarazar, y él me dijo que el mínimo es un ano. El cuerpo debe recuperarse. Debes cuidar tu salud.
Cuando Dios me bendijo con el próximo embarazo, yo pensé que todo iba a salir a pedir de boca. Porque días antes de morir Samuel, un ángel me visito por medio a una visión para decirme que Dios se llevaba a Samuel al cielo, y que todo lo que yo había pasado había sido una prueba para probar mi corazón, mi Fe, y mi confianza en Dios. Y que el Señor no me iba a dejar sin hijos, sino que me volvería a bendecir con un hijo y que ese sería muy saludable.
Pero mira algo, y es que cuando salí embarazada de Jonás, yo pensé que no tenía que pasar por el mismo proceso del embarazo de Samuel. Pero también tuve que ser sometida a una operación para cerrarme el canal de la matriz y también hacerme un cerclaje para que Jonás no se salga. Yo me someta a la operación, yo no me puse a discutir con Dios. Muchas personas me decían que no me operara porque Dios podía hacer un milagro, pero lo propósito de Dios eran que si me hiciese esa operación.
El Señor me dijo que mi hijo nacería a las 35 semanas y así mismo sucedió. Si ha leído el libro de perder un hijo podrás ver el testimonio completo, pero lo que trato de decirte es que la próxima vez te cuides mucho, y que haga al pie de la letra lo que te indique el doctor, pues de lo demás se ha de encargar el Señor.
Por favor toma en cuenta también los sentimientos de tu pareja. Los hombres también sufren cuando pierden un hijo. Ellos no son muy expresivos con sus sentimientos, pero aunque parezcan indiferentes ante la situación, estoy segura que por dentro su corazón también está llorando y sangrando. Recuerdo que mi esposo me decía que no llorara. El sufría al verme llorar, mas sin embargo mi esposo lloraba cuando yo no lo veía.
Yo estoy segura que si tu hijo pudiese hablar contigo, te diría lo mismo que un día me dijo Samuel a través de un sueño. Antes de yo soñar con Samuel, recuerdo una mañana que me sentía morir. El dolor me iba a consumir, y me tire en el suelo con la desesperación más terrible, y le clamaba a Dios y le expresaba mi sentimiento. Ese día Satanás me hizo una visita para burlarse de mí. Yo estaba sobre el piso de mi habitación. Yo no sé si tenía Fe o no, pero lo que si se es que sabía que Dios era bueno, y que no estaba en pecado, no le había fallado a Dios. Y tenía la esperanza de que aunque me sentía sin vida, Dios me iba a dar vida otra vez.
Como odio tanto a Satanás, recuerdo que levante mi cabeza y le dije al diablo: Escúchame bien Satanás, ven a esta habitación, porque en esta habitación dormirá un hijo mío, y por esta casa gateará y caminará mi hijo, y hoy tu que te burlas de mi, entonces aquel día seré yo que me reiré en tu cara cuando tenga la promesa en mis manos. Y es verdad que hoy me siento derribada y destruida, pero yo sé que mi redentor vive.
Creo que ese día obtuve una gran victoria porque después de eso fue que el Señor me permitió ver a Samuel a través de un sueño. Tal vez tú deseas verlo en sueño como mencione antes, pero puede ser que cuando menos lo esperes Dios te conceda esa petición, y si Dios no lo hace pues de todos modos sigue amando al Señor. Yo sé que nada de lo que permita en tu vida es con el propósito de hacerte sufrir, sino porque algún plan maravilloso tiene detrás de esa situación tan dolorosa.
Mientras yo estaba pasando por la prueba con mi hijo Samuel, yo no podía ver que algo bueno pudiese suceder. Pero hoy solo puedo decirte que a través del testimonio de Samuel muchas vidas están siendo bendecidas y fortalecidas. Creo que con tu vida y tú testimonio sucederá lo mismo. Pero dale tiempo al tiempo, y sobre todo dale tiempo a Dios.
Demuéstrale a Satanás que tú amas a Dios no por sus beneficios para contigo, sino que tú le amas de corazón. Dios ha de premiar tu fidelidad y tu amor para Él. Y por favor mientras estés sin hijos aprovecha ese momento para hacer para el Señor todas las cosas que te sean posibles, porque después que vienen los hijos desearás volver a tener esos momentos libres que tenías antes de tenerlos. Oro que Dios te provea una amiga o un amigo, como una amiga mía llamada Milagro que cada vez que ella me llamaba me decía: Hermana, llore, no se preocupe y llore todo lo que usted quiera. Yo tengo tiempo para escucharla. ¡Que haríamos sin los amigos como Mily o como mi amada hermana Isaile!
Por eso deseo que Dios le regale a usted que está sufriendo una amiga y una hermana como me la regalo a mí.
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Quisiera poder estar cerca de usted que está pasando por el dolor de perder un hijo para ofrecerles un abrazo y por lo menos dejarle saber que te entiendo y que cuenta con mi amistad.
Pero más que mi amistad, usted cuenta con un Dios Todo Poderoso que te ama y que desea lo mejor para usted. Y que en ningún momento le dejará.
¡Desde la distancia te envío un fuerte abrazo!, y ¡que Dios te bendiga!. |
Sandy Brergmann:
- Contacto: sandy29bergmann@hotmail.com
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Leer parte 10: "Fotos de Sandy".
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