El dolor de perder a un hijo y su recompensa, introducción
Desde que yo era muy joven mi deseo era formar una familia. Deseaba tener mi propio hogar, mi esposo y sobretodo tener mis hijos y darles a ellos todo el amor que desde pequeña me hizo falta a mi.
Me case y deseaba con todo mi corazón tener un hijo. Pero a pesar de tantos intentos por quedar embarazada y de consultar a muchos médicos, recibí la noticia de que no podía tener hijos.
Mis ovarios no producían ninguna ovulación, y para colmo, casi no me daba el periodo. Esa noticia me cayó como una bomba.
Sentía una sensación de desesperación dentro de mí. La necesidad de tener un hijo era cada día mayor. Era como si mi misma Naturaleza me lo estaba pidiendo.
Yo se que hay muchas personas que no creen en Dios, y tendrán sus razones para no creer. Pero personalmente yo creo en Dios con todo mi corazón. Creo que el es real y que no hay nada imposible para Dios. Tengo miles y miles de razones para creer en el, y creer en su poder. Pero Dios muchas veces obra en nuestra vida por sendero misterioso que humanamente no podemos entender, pero que lo que no entendemos en ese momento, pues lo entenderemos después según vaya pasando el tiempo.
Yo oraba, ayunaba, gemía, y lloraba pidiéndole ese hijo al Señor, pero nada de eso parecía funcionar. Aun así sabia que para Dios nada era imposible. Muchas personas oraban por mí para que Dios me bendijera con un hijo. Otras personas me decían que talvez yo no quedaba embarazada porque no tenía Fe. Pero claro que tenia Fe! porque a pesar de recibir de la ciencia medica la noticia de no poder tener hijos, yo le tenia su habitación a mi hijo, y por Fe le compraba algunas ropitas, porque sabia que Dios me había prometido un hijo y que Dios no miente. Muchas otras personas me decían que talvez Dios no me daba hijos por causa del ministerio, porque había muchos lugares donde tenía que seguir llevando el mensaje del Evangelio y muchas almas necesitaban conocer del Señor Jesucristo. Otras personas me decían que esperara un tiempo mas para quedar embarazada porque aun yo era muy Joven (Pero la joven ya tenía casi 31 anos).
Había un tiempo en que no pensaba en el embarazo, pero en otros momentos surgía en mi la ansiedad de quedar embarazada y sentía una agonía que me entristecía mucho. Muchas personas me llamaban y me profetizaban que para el año próximo tendría un hijo. Pero venia ese año y pasaba el otro año y mi vientre continuaba vacío. Otras personas me llamaban para decirme que se había sonado conmigo y que me veían embarazada.
Casi todos los días recibía una llamada de alguien para informarme de que algún pariente, o amiga o conocido estaba embarazada o que había dado a luz. O peor aun, siempre aparecían quienes me llamaban para darme las gracias por haber orado por ellas, y testificarme que no podían tener hijos y que después de yo haber orado por su vientre, Dios le había contestado la oración dándole ese hijo que estaban esperando
Pero le confieso que lo que mas me desesperaba era ver que Dios bendecía a otros y a mi no me bendecía con ese hijo que tanto deseaba y que El me había prometido. Algunas veces me regalaban pieza de Bebe y me decían las personas que me la regalaban que El Señor le había puesto el sentir de hacerme ese regalo. Sufrí mucho con esa situación, por poco me daba por vencida. Mi esperanza estaba desapareciendo. Muchas veces me sentía embarazada. Sentía hasta los síntomas, pero cuando me hacia la prueba, me llevaba una tremenda decepción.
A pesar de Dios no haberme concedido en ese momento quedar embarazada, El Señor usaba a personas para advertirme que tenía que cuidarme y que cuando me diera a ese hijo debía cuidarme más. Pero yo no me cuidaba mucho. No me gustaba beber agua. Estaba sufriendo de Diabetes tipo II. Comía lo que no debía comer, etc. Pero decidí poner de mi parte y empecé con la ayuda de un doctor a controlar la diabetes.
Una amiga mía llamada Marla me dio buenos consejos y ellas me decían las cosas que eran saludables comer y me recomendaba que tomara vitaminas. Empecé a tomar mas agua, a tomar vitaminas, especialmente calcio, fólico, magnesio, y algunas otras vitaminas.
Me acuerdo que cuando mi doctor me dijo que yo no podía tener hijos, le conteste: "Doctor yo se que un día vendré a su oficina y usted me dirá que estoy embarazada". El doctor me miro con pena, pero más pena y vergüenza sentía yo cada vez que tenia que ir al doctor y ver que el vientre continuaba vacío. Pero dentro de mente me decía a mi misma: "Yo se que un día el milagro va a contecer!.
Un día por la Mañana me sentí muy triste. Era una tristeza tan profunda que no tengo palabra para describirla. Hice lo que hizo Ana la Mama del profeta Samuel. La historia se encuentra en la Biblia en el libro de Samuel. Yo Llore con amargura del alma. Derrame mi corazón ante de Dios. Le hable con el corazón, le dije lo frustrada que me sentía. Saque todo lo que había dentro de mi, y lo puse delante de El.
Ese día fue especial. Me levante del suelo donde estaba orando y llorando, pero me levante con una paz indescriptible, pero a la misma vez con la idea de no volver a pedir un hijo. Ya después cuando oraba le pedía al Señor que por mas que le pidiera un hijo no me lo diera por mi desesperación, ni fuera de su voluntad, pero que solo me permitiera desahogarme delante de su presencia. Después de ese día pasaron como tres semanas y tuve una revelación donde vi que el Señor Jesucristo me había visitado y me terminaba de operar, y cuando yo me despertaba de la Anestesia ( eso era en la misma revelación) El Señor me dijo: Tiene que cuidarte porque he puesto el embrión en tu vientre".
El Señor estaba vestido de blanco con unas vestiduras resplandecientes, y vi que junto al El, había otro personaje y ese tenia una bandeja de plata como las que usan los doctores en la sala de operación, y en la bandeja habían instrumentos parecido a los que usan los doctores para operar.
El Señor me advirtió que mi embarazo seria de muy alto riesgo, y que mi hijo no nacería a los 9 meses, sino entrando a los 7 meses. Yo le conté la revelación a mi esposo, pero no le puse mucho asunto a esa revelación porque pensé que había sido producto de mi desesperación por querer tener un hijo.
Leer parte 2: "El embarazo" | Volver al índice
+ Testimonios cristianos en video
| Reflexiones en video | Peliculas cristianas