ERES UN EMBAJADOR DEL CIELO

Como la gente lo escuchaba, pasó a contarles una parábola, porque estaba cerca de Jerusalén y la gente pensaba que el reino de Dios iba a manifestarse en cualquier momento. —Lucas 19:11 El deseo del cielo es que el Reino de Dios sea restaurado sobre la tierra, pero los cielos necesitan representantes y embajadores en la tierra que les den derecho legítimo a intervenir y establecer jurisdicción. Es solo a través de nuestras apelaciones—nuestras oraciones—que el cielo adquiere el derecho a habitar la tierra. En otras palabras, la oración legaliza las intervenciones del cielo. Decreto y declaro que el reino del mundo pasará a ser el Reino de nuestro Señor y de su Mesías, y que Él reinará por los siglos de los siglos. Padre, revélame tu voluntad en oración y úsame para hacerla realidad en la tierra. Pon tu palabra en mi boca para que mi discurso se alinee con tus planes y propósitos. Empodérame hoy para representarte bien en mis tratos y vivir fiel a tus principios. Que mi vida refleje tu gloria y divinidad. En el nombre de Jesús, amén.

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