//Volver al Índice// - Por Sandy Bergmann Fuentes
El comienzo de la preparación
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Por motivo ajeno a mi voluntad, Dios permitió que volviera a casa de mi Mamá. Al mudarme no fue posible seguir Asistiendo a la iglesia Monte Calvario. Pero se que allí había dejado una familia que siempre me ha amado y me seguirá amando. Meses después el Señor permitió que me congregara en una iglesia cristiana llamada {RÍOS DE AGUA VIVA} que pastoreaba Digna Martínez (Hoy esta sierva de Dios se encuentra en la presencia del Señor). |
Esta mujer era una tremenda sierva de Dios que admire mucho. Ella no solo se convirtió en mi pastora, sino también en mi amiga, mi madre, y en una tremenda ayuda Espiritual para mi vida.
En la iglesia Ríos de agua viva también encontré una familia maravillosa de la cual estaré agradecida toda mi vida. La iglesia se convirtió en mi hogar. Allí aprendí a dar mis primeros pasos. Aprendí a crecer, y a desarrollarme como persona. Los hermanos de la iglesia me amaban mucho y la pastora solía llamarme su india Anacaona.
Yo nunca tuve una niñez feliz, y ahora Dios estaba permitiendo que ellos me hicieran sentir como un bebé. Pasamos momentos altos, bajos, buenos, malos, tristes y alegres, pero siempre estábamos todos unidos.
El Señor empezó a tratar con mi vida. Me levantaba a orar en la madrugada, me ponía el sentir de ayunar, de escudriñar la palabra, y muchas veces me inquietaba a estar en cilicio. Sentía un hambre terrible por saber más acerca de las cosas del Señor. Mientra más buscaba del Señor, más sentía su presencia, y mucho más trataba con mi vida. Al principio me sentía un poco confundida, porque cuando el Señor me hablaba, yo pensaba que eran mis emociones. Pero un día El me dijo a través de una profeta que esa voz suave y sublime que hablaba a mi mente y a mi corazón era su voz. Y que según siguiera buscando su rostro, su voz y su presencia serian cada vez más real en mi vida. El Señor empezó a darme mensaje, pero yo no sabia para quiénes eran esos mensajes, ni adonde lo iba a predicar, pues nunca había predicado. Muchas veces bañándome o comiendo escuchaba la voz del Señor que me decía: “coge lápiz y papel y escribe el mensaje”.
Hay muchas personas con las cuales el Señor esta tratando con su vida, pero al igual que yo, muchas veces se sienten confundido, porque no saben distinguir cuando es Dios que le habla a través de el Espíritu Santo, o cuando le habla al corazón o a la mente; y muchas veces los nuevos creyentes se sienten confundido porque creen que todo es imaginación de ellos mismo.
El Señor quiere tratar personalmente con sus hijos y desea tener una relación intima con nosotros. Cuando usted sienta que el Señor le esta hablando no tenga miedo. Si es posible escriba las cosas que El le pone en su corazón, y cuando este leyendo su palabra escriba cualquier revelación que Él le de, porque algún día esa palabras que usted tenga ahí escrita, el Señor la usara a través de usted para hablarle a alguien que necesite escuchar esas palabras.
De la misma manera que el Señor me estaba preparando, también los ataques que recibía de los demonios eran severos. Claro que ahora ellos no podían tocarme como lo hacían antes. Pero usaban a otras personas para hacerme la vida imposible. En muchos momentos de desesperación le decía al Señor: “Señor mejor llévame, porque yo no se si pueda llegar al final, y no quiero perderme, ni desobedecerte”. La respuesta que el Señor me daba era: “Esfuérzate, porque largo camino te espera”
Otras veces le decía al Señor: “Señor, ya me siento cansada. No quiero nada. No quiero ministerio. Yo no podré soportar la prueba. Si tú quieres, no me des ninguna corona. ¡Pero por favor llévame! Todo esto se lo decía al Señor en momento de desesperación. Yo pensaba que El me iba a decir: ¡Oh pobrecita, tan sufrida, te voy a complacer! No, ¿saben que hacia el Señor? a veces ¡no me decía nada! Hacia silencio, y no había nada que me desesperará más que el silencio de Dios. Ahora he aprendido que Cuando Dios hace silencio, es porque algo grande quiere hacer en tu vida. Cuando el Señor decidía hablar, me decía: “No me digas que no puedes. ¡Porque adonde te mande iras, y lo que te diga que digas, eso dirás!
El Señor me decía que me estaba preparando para enviarme a las naciones, pero que también me estaba preparando para que recibiera la visita que Satanás, el Señor lo reprenda, me iba hacer y tenia que salir victoriosa.
Cuando el Señor me hablaba de ir a las naciones, me decía que le iba a ministrar a mucha gente, especialmente a mujeres que habían sido violadas. Me hablo que iba a escribir muchos libros, y que el ministerio seria grande. Me dijo que me codearía con gente como: Presidentes y Gobernadores para que le hable de su palabra y que predicaría en grandes estadios, radios y televisión. Para darme esta profecía, el Señor uso a un pastor que también es profeta llamado: Alberto Navarro, Pero lo que el pastor me profetizo, yo no lo creí, porque era algo demasiado grande para mi mente percibirlo.
El Señor me dijo a través de su siervo, que al cumplirse siete años comenzaría a ver lo que el me estaba diciendo. Cuando el pastor Navarro me dio la profecía de parte del Señor, faltaban cuatros años para cumplirse. La duda comenzó a trabajar en mi cabeza. Yo decía en mi mente, ¿como voy a ir a las naciones, si ni siquiera tengo ciudadanía? Y si voy- ¿quién me va a pagar el pasaje? ¿Quién me va a invitar, si yo no conozco casi a nadie de otros países?
¿De que forma voy a conocer a ningún presidente o gobernador, a menos que no sea por la televisión? ¿Como voy a predicar en las naciones, si ni siquiera predico en la iglesia? ¡Y mucho menos voy a predicar en una radio o en una televisión! Yo decía: bueno quiero escribir un libro, ¿pero quién lo va a comprar? ¿Quién lo va a publicar? Todas las cosas que el Señor me dijo a través de su siervo, la puse imposible. ¿Pero acaso hay algo imposible para nuestro Dios?
¡No te he dicho que si cree veras la gloria de Dios! San Juan 11:40.
El cumplimiento de las profecías
Pasaron los siete años, y Dios empezó a cumplir sus promesas. Un día orando el Señor me dijo que me llevaría a predicar a la iglesia del pastor Rev. Andy torres. Al pastor lo conocía por referencia. Solo sabía que era muy conocido. Yo lo veía a él como una persona muy grande. Y pensé que una persona tan importante como el, no iba a invitar a su iglesia a alguien que el no conocía.
Yo había crecido con un complejo de inferioridad muy grande. Todavía había en mis ciertos temores, miedos e inseguridades, y todas esas cosas no me permitían ver las cualidades que El Señor había puesto en mí. El Señor tenía que trabajar en esas áreas de mi vida. Pero en un Capítulo más adelante estaré hablando de ese tema, porque hay muchas personas dentro y fuera de las Iglesias que se sienten acomplejado, poco atractivos, y están estancados con temor de realizar proyectos grandes, porque le han creído su mentiras a Satanás como se la creía yo.
Un día la hija de mi pastora me invito a comer a su casa. Ellos tenían a otros invitados. Y esos invitados era nada más y nada menos que el pastor Andy Torres y su amada esposa. Yo no podía creer lo que estaba mirando el pastor Andy torre y yo sentado en la misma mesa como invitados de honor de la hija de mi pastora. Amados, lo que es imposible para el hombre, es posible para Dios.
Ada Rodríguez hija también de la pastora Digna le dijo al pastor Andy Torres que yo tenia un tremendo testimonio, y el me dijo que le gustaría escucharlo, y que me invitaba a predicar a su iglesia. Me acorde de la promesa del Señor. Fui a la iglesia a predicar, y di mi testimonio en el cual Dios se glorifico en gran manera. Luego de eso, el pastor me invito para que estuviera en un programa radial que el tiene los Sábado en Radio Visión Cristiana. Yo pensaba que el corazón se me iba a salir por la boca, Dios continuaba cumpliendo sus promesas.
Cuando la gente escucho algunas palabras que dije del testimonio, las llamadas comenzaron a entrar de persona que se encontraban en la misma condición que yo. Muchos hermanos llamaron para invitarme a predicar a su iglesia. Y aquellos mensaje que el Señor me había dado, y que no sabia adonde lo iba a predicar fueron los mensaje que el Señor me dijo que predicara.
Recuerdo que una hermana de una iglesia me invito a predicar a su congregación. Yo pensaba que era una iglesia pequeña, y cuando llegue que vi el templo y las cantidades de personas, mis rodillas temblaban como gelatina. Pues era la tercera vez que predicaba en toda mi vida. Y para el colmo, el pastor dijo que el no me conocía y que el no subía a todo mundo en el altar, pero que diera lo que el Señor me había dado.
Yo pensé que el corazón me iba a matar, latía tan rápido que parecía que se iba a salir de mi pecho. ¡No sabia como iba a llegar al altar, pues las piernas no me paraban de temblar! Le dije al Señor: ¡Señor, si voy a sentir esto cada vez que tenga que predicar, mejor no predico, porque los nervios me van a matar! Pero Señor, ahora me encomiendo en tu manos, toma mi boca y habla tu.
Cuando comencé a predicar, los temblores eran tan grande que el micrófono cada rato chocaba con mis dientes, y pensaba dentro de mí: ¡Si salgo viva de esta, no vuelvo a subir a otro altar a predicar! Pero de repente sentí como que algo descendió de lo alto, y me cubrió de la cabeza a los pies. Sentía que un fuego me estaba quemando. Cuando esa unción toco mi vida, se fue el miedo, se fueron los temblores, y hasta los demonios que había en algunas personas salieron corriendo. El Señor salvo las almas que estaban descarriada, restauro vidas que se sentían destruida, sano a los enfermos, y los endemoniados quedaron libres A ¡DIOS SEA LA GLORIA!
Después de eso, yo le dije al Señor: ¡Señor, cambie de opinión, quiero seguir predicando! El Señor me dijo: ¡TU NACISTES PARA PREDICAR! ¡PREDICA Y NO TE DETENGAS!
El Señor abrió las puertas para ir a predicar en Long Island, en la iglesia Monte Sinaí, que pastorea al mando Bonilla. Dios uso como canal a dos hermanas de esa iglesia para que me invitaran a predicar. Desde la primera vez que fui a la iglesia hasta el día de hoy, no he dejado de visitarle. El pastor y su esposa me han adoptado como una hija, y en cada hermano de la iglesia puedo decir que tengo una familia.
EL Señor siguió cumpliendo sus promesas. Cuando me profetizaron que el Señor me codearía con Presidente y Gobernadores etc., yo reprendí al diablo, porque como le dije ante, para mi eso era algo imposible. Pero una tarde me llamo la pastora Digna Martínez y me dijo que fuera con su hijo a representar la iglesia en una reunión con el comisionado de la policía. La pastora no podía ir, y deseaba que su hijo y yo, la representáramos a ella y a la congregación. El hijo de la pastora y yo nos fuimos escoltados por la policía del precinto 33 en el alto Manhattan hasta el cuartel general de Police Plaza.
El Señor me hizo sentir como una Princesa, ¡bueno no solo me hizo sentir Princesa, es que somos Príncipes y Princesas para el Señor! Allí había muchas personas importantes, y cuando el comisionado llego se detuvo a saludarme. Yo lo salude como a una persona común y corriente, porque no sabia que el era el comisionado, ni siquiera por foto lo había visto. Pero de repente, vi a los camarógrafo que nos rodearon tarándonos fotos a la misma vez que el me saludaba. Y fue entonces, cuando supe que el era el comisionado.
Lo gracioso de todo esto, es que a mi me mandaron a representar la iglesia a ese lugar, y yo no hablaba mucho ingles, ni tampoco lo entendía. Pero le dije al Señor en mi mente: “Señor, ya que me permitiste venir a este lugar, no te haré pasar vergüenza. Me comportare como se comportan los demás. Cuando veía que la gente aplaudía, yo también aplaudía. Cuando se reían, también me reía. Pero en mi mente decía: “Señor ¿que abran dicho que le causo risa? pero entendiera o no, el Señor me estaba mostrando la fidelidad de su promesas.
Años después, me invitaron al aniversario de la organización de pastores y ministro de la ciudad de New York. Allí habían muchas personalidades importantes de la política como: El Gobernador, el Alcalde, Senadores y altos oficiales de la policía etc.
A mi me tocaba sentarme en la mesa # 69 bastante lejos de todo. Pero el Señor una vez más me mostró que El cumple su promesa. El Señor permitió que encontrara a una sierva muy amada y usada por Dios. Ella me invito a sentarme con ella en la mesa #2. Ese día tuve el privilegio de conocer al Sr. Gobernador y el Sr. Alcalde de la ciudad de N.Y.
Compartí con personalidades como el Senador por el Estado de New York. Y Dios me hizo realidad unos de mis deseos que era conocer personalmente a Kittyn Silva, el cual era presidente de Radio Visión Cristiana en esos Años. Me senté con el, y nos tiramos algunas fotografías juntos... Ese día el Señor me dio una lección muy grande para que nunca más volviera a dudar de su palabra.
Estos testimonios no son para vanagloriarme, sino para que vean que Dios cumple su promesa. Yo no se lo que Dios le a prometido a usted. Pero sea lo que sea, por más imposible que usted lo vea, Dios cumplirá su promesa, y su propósito en ti. Si usted pidió algo en el nombre de Jesús, y lo que usted ha pedido es conforme a la voluntad de Dios, pues siga orando y ayunando por eso, y espere con paciencia porque eso viene de camino. Al tiempo de Dios, usted lo recibirá. Recuerde que Dios tiene su tiempo para cada cosa que se quiere. Se que muchas personas oran y ayunan por un propósito y muchas veces Dios le contesta en seguida, pero hay otros que por más que oran y ayunan por un propósito no ven ningún resultado.
Déjeme decirle que el ayuno y la oración no son para hacer que Dios cambie de opinión, más bien Dios usara su oración y sus ayunos para cambiarlo a usted, y por medio de ese periodo de tiempo fortalecer en usted algunos músculos espirituales como la paciencia. Y tenga por seguro que cuando usted este listo recibirá su bendición.
Quizás usted piensa que es ahora que le conviene recibir eso que usted le esta pidiendo a Dios, pero Dios como es sabio y ve lo que nosotros no vemos, le dará su tiempo lo que a usted le conviene. Y si lo que usted pide no le conviene, crea que Dios es poderoso para proveerle a usted algo mucho mejor de lo que usted esperaba recibir. Yo creo que su repuesta viene en camino, y aunque para usted parezca lejano, le digo por el espíritu que la contestación del cielo esta a la vuelta de la esquina, y puede ser que la reciba cuando menos lo espere, y por quién menos lo espere.
No es fácil creerle a Dios, cuando vemos que todas las cosas van contraria a lo que Él nos ha prometido. Muchas veces nosotros como humanos queremos ver para creer, pero cuando estamos en Cristo todo cambia, aquí hay que creer para poder ver. Cuando Dios llamo Abraham le dijo: <Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostrare>. Génesis.12:1
Dios le dio sietes promesas a Abraham, pero Abraham tenia que caminar de acuerdo a la voluntad de Dios para obtener esas promesas. Lo primero que Abraham hizo fue obedecer a Dios y salir de su tierra y de la casa de su padre.
Abraham no le puso excusa a Dios. El no le dijo al Señor: ¡yo no quiero irme de este lugar, porque aquí es que esta mi familia! Si tu quiere bendecirme, tu lo puede hacer aquí, tu bendice adondequiera”. ¡Abraham simplemente obedeció!
Para obtener todo lo que Dios me había prometido tenia que caminar de acuerdo a la voluntad de El. Y eso no significaba que no tendría problema, todo lo contrario, el querer hacer la voluntad de Dios puede implicar mucho sufrimiento, dolor, rechazo, burla, desprecio, soledad, etc. Pero pase lo que pase no podemos dejar de predicar, ni de hacer la voluntad del Señor. Yo personalmente pienso que el que es llamado puede hacer lo que quiera, pero el que es escogido esta para hacer la voluntad del Señor, y no puede hacer lo que se le antoje.
Amados, como le dije ante, puede ser que muchas de las cosas que estoy compartiendo con ustedes, no la crean o simplemente no puedan aceptarla.
Pero hay experiencia que es necesaria vivirla. Muchas de las cosas que pueden pasar en nuestra vida son permitidas por Dios, otras son consecuencia de nuestra propia concupiscencia y desobediencia. Pero pase lo que pase si estamos en las manos de Dios, El tomará cualquier circunstancia negativa que nos suceda para glorificar su nombre, y por medio de ellas bendecirnos. Solo Dios puede convertir un fracaso en una bendición para nuestra vida. Y recuerde que pase lo que pase, nada ni nadie podrá separarnos del amor de Dios.
Su palabra dice: ¿Quién nos separara del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada? Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amo. Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni Ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro. Romanos 8: 35, 37-39)
Yo creo que todo obra para bien no importando cual sea la circunstancia. Le daré un ejemplo conmigo misma de como a los que aman a Dios, todas las cosas le ayudan a bien, y también de como el Señor usa cada circunstancia que nos pase para el glorificar su nombre; claro esta, la biblia dice que esto es para aquellos que conforme a su propósito son llamado. Romano 8:28).
Cuando a mi me violaron a los 11 años de edad, yo no busque que me violaran, simplemente sucedió como le ha sucedido a miles de mujeres, hombres, y niños(a). Me pregunte miles de veces, ¿Por que a mi? ¿Por que Dios lo permitió? ¿Por que no me defendió? Ustedes han leído todo lo que sufrí, y tampoco el Señor me evito todos esos sufrimientos. Pero si evito que el enemigo me matara, porque Dios tenia propósito conmigo, y todo esos sufrimientos Dios lo iba a convertir en bendiciones para la vida de miles de personas.
Por muchos años mis preguntas no tuvieron respuestas. Pero hoy puedo decirle que el Señor me ha contestado. No lo hizo en el momento que yo quise, sino en el tiempo de El. Recuerde que Dios tiene su tiempo para hacer las cosas. Dios sabe cuando llegar, cuando detenerse, cuando correr, cuando hablar, cuando hacer silencio, y cuando moverse a nuestro favor.
Cuando veo que el Señor restaura una vida a través del testimonio, y cuando veo que esa persona tiene la fe de creer que así como Dios restauro mi vida,
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así como me salvo también hará lo mismo con ella o con el, yo digo Señor gracias por las experiencia que me permitiste vivir, y por hacerla obrar a mi favor.
Créanme que no hay nada que me llene más de gozo, como ver a un alma venir a los pies del Señor, y de ver como Dios restaura su vida. No hay nada que me llene de alegría como ver a una vida ser libre de los poderes de la tiniebla. Y por eso puedo decir: ¡TODO LO QUE SUFRÍ VALIÓ LA PENA, PORQUE HA SIDO PARA EL SEÑOR GLORIFICAR SU NOMBRE! ¡A EL SEA TODA LA GLORIA Y TODO EL HONOR! |
Ver Capítulo 12: "Sanidad Interior"
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