La palabra de Dios nos manda, no nos pide o nos sugiere, literalmente NOS MANDA a abandonar toda falta de perdón, o rencilla. El Señor espera de nosotros, que comprendamos lo que nos enseña, cuando nos dice que si nuestro enemigo tiene hambre le demos de comer, y si tiene sed, le demos de beber.
Por cautividades, muchos no logran alcanzar el mismo nivel de liberación, si nosotros hemos alcanzado mayor nivel de liberación no debemos ufanarnos de ello, sino orar para que los de corazón apocado sean libres cada día más; esto dice mucho de nuestra madurez.
Disfruta este video donde te lo enseñamos con 1 Juan 2:9:11
