Cuan beneficioso es, ingresar a un lugar; y hallar un rostro amable que te atienda, te de los buenos días, y esté siempre dispuesto a servir. En la inmensa mayoría de los trabajos, ya es imprescindible un mínimo contacto con el público, es por ello que tanto empleador, como empleado y público, maduren, y obtengan dominio propio. De este modo, todos podremos entendernos mejor, y estaremos agradando a Dios, viviendo en armonía.
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