Hay tanto por lo cual agradecer diariamente a Dios, que de solo pensarlo, ya debería estar dibujándose una agradable sonrisa en tu rostro. Piensa en todo lo que has avanzado hasta hoy, piensa en como estabas hace tres años y como estás ahora, pese a cualquier dificultad, internaliza en todo lo que Dios te ha dado, y de cuantos peligros te ha salvado.
Hoy, puedes estar aquí leyendo, escuchando y viendo lo que otros ya no pueden. Si algo debemos haber aprendido de toda la situación mundial, es a valorar, lo que seguimos teniendo: LA VIDA.