No te maquilles, ni tapes las áreas de tu vida con toallitas tibias, permite esta mañana que el alfarero te moldee, que establezca en ti, su GRACIA, su gozo, su refrigerio.
Dios, no es un técnico, ni un prestador de servicios, que continúa el trabajo cuando consigue los implementos, Dios, es LA FUENTE, es la perfección y eres tú, quien debe reconocerlo en tu vida, para que puedas ser transformado.