Amado Jesús que bueno es llegar al fin del día en comunión contigo, sabiendo que tú sigues atento a mi clamor y que puedo acercarme a ti con total libertad porque estás aquí escuchándome.
Padre Santo te agradezco por tu fidelidad incomparable, porque me has acompañado y guiado en todo momento, me has cuidado de todo mal, gracias porque aunque atravieso tribulaciones me tomas de la mano para que no caiga.
Vengo a ti con mis preocupaciones que tanto me agobian, las pongo ante ti y me despojo del peso que estoy cargando, sabiendo que tú ya tienes la solución, guíame en lo que tenga que hacer y obra milagrosamente donde solo tú puedes actuar, declaro tus promesas de bien para mi vida, mi cuerpo y mente encuentran descanso en ellas. En paz me acuesto y duermo porque solo tú me haces vivir confiado.
Aunque camine por valles oscuros y tiempos de adversidad, aunque mis fuerzas falten y mi ánimo decaiga, que tu amor incondicional me abrace para seguir avanzando, con tu vara de pastor reconfortas mi alma, saber que estás a mi lado quita el temor en mi interior, llenas mi espíritu de Fe para creer en el propósito que tienes para mí.
En esta noche pido tu protección, que tus ángeles cubran mi hogar, que protejas a mi familia de toda maldad del hombre, de todo ataque del enemigo, reprendo ahora todo espíritu que quiera venir atormentar y dañar nuestro sueño, que tu paz llene nuestro ser, estamos bajo tu sombra, tú eres nuestro refugio, cúbrenos con tus alas de amor.
Dedico este tiempo para meditar en mí caminar, reflexionar sobre mis actos, en las decisiones que tome hoy, y sé que me he equivocado muchas veces, por eso me arrepiento de todo aquello que a ti no te agrada y entristece tu corazón, perdona Jesús mis faltas y errores, limpia mi vida y purifica mi mente, quiero menguar para tu crezcas en mí, deseo agradarte Señor, ser cada día más como tú.
Que en el silencio de la noche encuentre paz y tranquilidad, Espíritu Santo toma el control de mis pensamientos, que se enfoquen en tus bondades, que se alineen a tus promesas, a los sueños depositados en mí, dispersa mis temores, ayúdame a vencerlos y que con tu poder todo mi ser sea renovado y fortalecido.
Encomiendo este tiempo de reposo en tus manos, termino mi día exaltando y glorificando tu nombre, agradecido por tu misericordia que da perdón a mis pecados, porque tu sangre derramada en la cruz le da sanidad a mi cuerpo de toda enfermedad y dolencia, porque tengo libertad para vivir plenamente y disfrutar de tus bendiciones y por el regalo de tu Gracia inmerecida que me llena de esperanza al tener una eternidad junto a ti.
Salmo 37: 3-7 dice: Confía en el Señor y haz el bien; entonces vivirás seguro en la tierra y prosperarás. Deléitate en el Señor, y él te concederá los deseos de tu corazón. Entrega al Señor todo lo que haces confía en él, y él te ayudará.
Él hará resplandecer tu inocencia como el amanecer, y la justicia de tu causa brillará como el sol de mediodía. Quédate quieto en la presencia del Señor, y espera con paciencia a que él actúe.
Padre Celestial al proclamar tu Palabra mi espíritu se alegra, encuentro seguridad al creerla, me regocijo en ser tu Hijo, mi vida está anclada al único puerto seguro que Eres tú, oro y declaro cada una de estas palabras sabiendo que en tu nombre hay poder, descanso en tu perfecto amor. Amén
