Dios te ama como a su pueblo de Israel, una vez que decidiste aceptar a Jesús en tu corazón, te has hecho visible en luz ante el Padre. Allí debes mantenerte, como una antorcha encendida de fuego santo, para que goces de todos los beneficios que te ofrece la cobertura de la sangre de Jesús.
Resplandece hoy, con la revelación que te comparto en mis comentarios del Salmo 25; comparte el video con tus seres amados.
Esteban Correa.-