Vino Jesús a redimir a la mujer, a rescatarla de la muerte física, y de la muerte espiritual, a enseñarle a mantenerse firme ante las tempestades, y a darle el valor que merece, la viuda, la soltera, la joven virtuosa. Cuando creaste a la mujer de la costilla de Adán, amado Padre, lo hiciste con la intención de que el hombre no estuviese solo, que, la mujer le complementase; pero el enemigo se empeñó en destruir tu plan, y comenzó a diseminar por toda la tierra diseños diabólicos para que cuando la mujer la habitase, sirviese en muchos casos de tropiezo no solo al hombre, sino a ella misma.
Amado Dios, amo de todo el Universo, de todo aquello que respira, me presento delante de Ti, clamando con los versos 8 al 10, del salmo 25, por las mujeres que en este momento se están tambaleando ante situaciones que las han encontrado vulnerables.
Bueno y recto es Jehová;
Por tanto, él enseñará a los pecadores el camino.
Encaminará a los humildes por el juicio,
Y enseñará a los mansos su carrera.
Todas las sendas de Jehová son misericordia y verdad,
Para los que guardan su pacto y sus testimonios.
Míralas, allí donde están Señor, tú que sabes todo y nadie puede engañarte; allí donde están dudando de sus capacidades como el espíritu Jezabélico hace que duden de donde vienen y a donde van, si son hijas tuyas. Allí donde están, observando la moda en redes sociales, que está desviando a tantos, pero que, en un alto número de mujeres, se ha convertido en un medio de ganancia, lucrándose con sus cuerpos.
Amado Jesús, tú que rescataste a la adúltera de los lazos de muerte, y le dijiste: “Vete, y no peques más”. Así, hoy te clamo, para que las ciegas y las descarriadas despierten de su letargo, de toda esa tiniebla que cubre sus mentes, y las obnubila.
Amado Rey, haz invisible a las mujeres virtuosas, de toda confusión que el enemigo traiga sobre ellas, porque este flagelo de libertinaje trata de extenderse al irrespeto hacia la mayoría. El hombre rendido ante la perversidad de Jezabel, ya no da valor a las jóvenes que se mantienen como las vírgenes con su lámpara encendida.
No permitas Padre, que más jóvenes mujeres, caigan en la pornografía, la prostitución, y todo el sub mundo que viene acompañado de esas abominaciones.
Pon en sus corazones estos versos, para que aún en sueños puedan escuchar tu voz, y puedan salvarse de las redes del maligno.
Por amor de tu nombre, oh Jehová,
Perdonarás también mi pecado, que es grande.
¿Quién es el hombre que teme a Jehová?
Él le enseñará el camino que ha de escoger.
Gozará él de bienestar,
Y su descendencia heredará la tierra.
La comunión íntima de Jehová es con los que le temen,
Y a ellos hará conocer su pacto.
Mis ojos están siempre hacia Jehová,
Porque él sacará mis pies de la red.
Con estos liberadores versos del 11 al 15 Señor, declaro en el Nombre de Jesús, que se levantan millones de hijas tuyas, profetas, evangelistas, ministras de tu Palabra, que edifiquen su casa, y que no la destruyan con sus pies.
Creo en que Tú restauras, todo lo que pasó, y que enviarás ángeles a tocarlas y tener un trato con ellas. Lo creo y lo declaro hecho en el Nombre de Jesús, Amén.
