REFLEXIÓN DEL DÍA:
La bondad del Señor está guardada con tu nombre. Cuando Abraham recibió la promesa, luego cometió un grave error, tener un hijo con su criada. Sin embargo, siguió creyendo y honrando al Señor, por lo que la promesa siguió en pie y al final llegó su esperado hijo Isaac.
Nadie puede robarte estas bendiciones reservadas, ya que tienen el nombre de los que le temen, honran y buscan su protección.