En el libro de los proverbios capitulo 29 verso 18 dice: “Donde no hay visión, el pueblo se desenfrena, pero bienaventurado es el que guarda la ley”.
Cuando Dios pone un gran deseo especial en tu corazón, lo que sucede generalmente es que muchas personas no lo comprenderán, incluso intentarán desanimarte diciendo que estás loco o que tienes pensamiento fantasiosos. Muchas de las ideas que revolucionaron al mundo parecían una locura al principio, hasta que se hicieron realidad. No escuches lo que las personas sin fe te dicen, o lo que te digan aquellos que tienen un visión limitada de Dios. Enfócate en lo que Dios te llamó a hacer. Mantén constantemente la meta delante de tus ojos y pensamientos. Expande tu visión, no seas escaso, así Dios abrirá grandes puertas. Recuerdala en tu oración diaria. Escríbela. Utilica objetos que te la traigan a memoria con versículos bíblicos, con fotografías o con lo que necesite para tener presente lo que recibirá asi nada te aparta de la fe que activará el milagro.
Oremos así: “Señor gracias porque mis ojos verán todo lo que te he pedido, mis manos tocaran tu respuesta. Mi corazón se gozará porque harás grandes cosas. La sanidad es mi herencia, la abundancia es mi destino y accionaré todo de mi parte para verlo concluido, lo creo y declaro en el nombre de Jesús. Amén”.