Aunque un ejercito acampe contra ti, que no tema tu corazón, porque un ejército mayor está para defenderte. Los que están con nosotros, son más grandes, más fuertes, y más numerosos que cualquier ejército enemigo. Amén
En 2 Reyes 6:17 dice: “Entonces Eliseo oró diciendo: —Te ruego, oh SEÑOR, que abras sus ojos para que vea. El SEÑOR abrió los ojos del criado, y este miró; y he aquí que el monte estaba lleno de gente de a caballo y carros de fuego, alrededor de Eliseo”. El rey de Siria quería atacar a Israel, pero el profeta Eliseo recibió por revelación lo que ellos harían, por lo que anticipa a su rey la estrategia, y nunca eran vencidos.
Pero al enterarse de esto, envió un gran destacamento para cercar la ciudad de Eliseo. Giezi, su servidor, al ver por la ventana al gran ejército que venía a destruirlos, se atemorizó y advirtió al profeta con mucho temor. Pero Eliseo oró para que se le abrieran los ojos espirituales y Giezi pudo ver un gran ejército celestial con caballos y carros de fuego que los rodeaba y protegía. Al avanzar el enemigo para atacar, quedaron ciegos y fueron desviados del camino, y ningún daño sufrieron. Nuestro Dios es Señor de los ejércitos celestiales y están a nuestra disposición para actuar cuando oramos por protección. Toma la autoridad por la fe y proclama que la victoria es tuya. Ningún enemigo, ni ataque que puedas sufrir, te hará daño alguno, ya que el poderoso ejército del Señor te rodea para defenderte del enemigo.
Hagamos juntos esta oración:
“Padre te pido que apartes al enemigo de mi y a todo su ejército de maldad. Muestrame las trampas que me quieran tender, para no caer en sus maquinaciones. Corto y detengo al ejército que avance contra mí, cierra sus ojos para que no vean, y desvía su camino de mi vida, lo creo y declaro en el nombre de Jesús. Amén”