Ministerio en Contacto. Charles Stanley
Si usted confía en Dios, no le puede ir mal.
El Señor nunca ha querido que vayamos por la vida dando tumbos. Por eso nos ha diseñado un sendero, y anhela revelárnoslo. Dios nos ha dado la clave para hacer uso de nuestro “mapa” en Proverbios 3.5: “Fíate de Jehová de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia”.
Tenemos dos opciones. Al elegir el plan de Dios, dependemos de su conocimiento perfecto, de su poder ilimitado y de su sabiduría para tomar cualquier decisión. La alternativa es confiar en nuestro propio conocimiento, poder y prudencia. Pero estos no solo son limitados, sino además obstaculizados por nuestra vulnerabilidad al engaño, al pecado y al error.
La opción debería ser obvia. ¿Por qué, entonces, nos desviamos tan a menudo de la dirección de Dios? ¿Será porque no confiamos en Él con todo nuestro corazón? En realidad, podemos estar de acuerdo con el Señor acerca de muchas enseñanzas de la Biblia sin confiar en Él. Estar de acuerdo significa que creemos que algo es correcto, pero la fe genuina responde a esa convicción con acción; en otras palabras, haciendo lo que Dios dice. La confianza incondicional implica que le entreguemos cada aspecto de nuestra vida sin tratar de mantener el control.
¿Por qué nos desviamos tan a menudo de la dirección de Dios? ¿Será porque no confiamos en Él?
Gracias a que Dios es misericordioso, justo y amoroso, su camino siempre es el mejor, aun cuando nos parezca que no es así desde nuestra perspectiva. Si usted confía en Él, no le puede ir mal.