Esteban Correa

La FERVIENTE Insistencia al Orar, Abre los Cielos

Serás perseverante, insistente y ferviente al orar; cada vez que lo hagas, tu fe será más sólida, y tu confianza en el amor de Dios, más genuina. Tu oración ferviente, con la ayuda del Espíritu Santo, es eficaz y puede abrir los cielos.

En 1 Reyes 18:41 dice: “Luego Elías dijo a Acab: «Vete a comer y a beber algo, porque oigo el rugido de una tormenta de lluvia que se acerca»”.

Elías sabía que una grande y necesitada lluvia vendría sobre la tierra. La anunció proféticamente a Acab para que se preparara. Luego, Elías subió a la cumbre del monte Carmelo, se inclinó hasta el suelo y oró con la cara entre las rodillas. Aunque sabía que la respuesta vendría, eso no quitaba que Elías debía orar fervientemente.

La promesa, la bendición y todo lo que el Señor quiere hacer, debe ser desatado en oración ferviente, con gran insistencia. Elías llamó a su sirviente y le pidió que fuera al mar a ver si venía la gran tormenta, pero nada sucedió. Cuando oramos, puede pasar que alguna veces no sentimos nada, ni tengamos ninguna señal de que algo vaya a suceder. Por eso Elías oró otra vez y envió a su sirviente otras siete veces.

Y por seis veces, el panorama era desalentador, recién en la séptima vez se vio una pequeña señal, que desató la gran tormenta. Para que venga un derramamiento, un rompimiento que trae una respuesta de poder, necesitamos golpear los cielos en oración, hasta que la lluvia de la bendición se desate.

Oremos así:

“Padre Celestial, dame una devoción ferviente para orar en el Espíritu Santo, para insistir en la fe, creyendo, clamando, proclamando y esperando que los cielos se abran, gracias por la lluvia que viene sobre mi, lo creo y declaro en el nombre de Jesús. Amén”

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