Alcanza la sabiduría, que da la madurez.

No temas por lo que debe salir de tu vida, y todo lo que el espíritu te de testimonio que debes cambiar en tus hábitos, en tu forma de dirigirte, hasta en tu físico. Al recibir a Jesús, y comprometerte a amarlo con toda tu mente, tu alma, tu cuerpo y tu espíritu, Él irrumpe en ti, como lo hizo en Génesis 1:2-4, y lejos de lo que piensas, viene a invadir todas tus circunstancias, para enseñarte el camino correcto y llenarte de todo lo bueno y agradable.

Corona de favor y gracia, trae sobre ti. ¡Recíbela!