Señor, eres el Rey del universo, tu poder es inmenso y no tiene comparación. Que todos los pueblos te alaben, Señor, pues con tu poder y santidad nos salvas de los peligros y nos enseñas como vivir en tu amor cada día. Tú, Señor, amas la justicia y la igualdad, no hay distinción hacia nosotros que seguimos tu camino, tus preceptos son nuestra guía ante la vida, nuestra actitud depende de tus leyes llenas de amor infinito. Por eso, Señor mío, creo en que Tú, reinas sobre todos los pueblos de la tierra, como dice en tu Palabra, como en el salmo 99, versos del 1 al 4, versión Reina Valera, que dice:
Jehová reina; temblarán los pueblos.
Él está sentado sobre los querubines,
Se conmoverá la tierra.
Jehová en Sion es grande,
Y exaltado sobre todos los pueblos.
Alaben tu nombre grande y temible;
Él es santo.
Y la gloria del rey ama el juicio;
Tú confirmas la rectitud;
Tú has hecho en Jacob juicio y justicia.
Eres infinitamente poderoso, tu amor grandioso y justo nos inspira a seguirte y a alabarte eternamente. Eres nuestro Rey del cielo y de la tierra, pues eres Dios, único, verdadero que siempre está con nosotros, acompañándolos en el transitar de la vida para que seamos salvos y no nos perdamos en el pecado. Seguiremos tus mandamientos mi Dios, así como los pueblos antepasados te siguieron y alabaron, mientras Tú les abrías el camino hacia la verdad.
Señor, el tiempo de nosotros es tu tiempo sin fecha ni hora definida, ven, acompáñanos a seguir por tu senda sin desviarnos, sin perdernos, somos de ti, escúchanos. Te alabamos día y noche y caminamos a tu paso esperando la salvación de nuestras almas pecadoras. Fallamos, nos equivocamos, olvidamos tus normas, quizá las despreciamos en algún momento. Si merecemos el castigo lo esperaremos porque sabemos tu grandeza y poderío y hemos fallado. Perdona a tu pueblo y reconfórtanos en tu amor que es infinito y grande. Eres nuestro Rey en el cielo y en la Tierra.
Si hemos obrado mal ten piedad de nuestras equivocaciones e instrúyenos con amor así como una vez les hablaste a los profetas y a los que guiaron a tu pueblo en el desierto, háblale a nuestras almas que te estamos necesitando ahora y siempre. Creemos en tu promesa de amor hacia los hombres de todas las naciones y todos los pueblos por muy pequeños que sean. Escúchanos, óyenos Señor, te suplicamos que nos orientes en la dirección adecuada para alcanzar tus bendiciones en nuestra vida terrenal y en la vida eterna. Nos arrodillamos ante tu santo nombre y te alabamos confiando en ti.
Tú nos creaste Dios eterno y somos tuyos, nos hiciste a tu imagen, nos diste alimento del mar, del aire y de la tierra para que estemos satisfechos. Nos das todo tu inmenso amor, justo y poderoso, eres nuestro guía para que seamos salvos y te alabemos por siempre. No existe otro rey más grande que mi Señor en la Tierra y en el cielo.
Con tu guía y comprensión llevaremos una vida recta y seremos leales a tu palabra de amor, justa y poderosa. Estaremos a tu servicio para gozar de tu presencia en la eternidad. Tú eres un Rey poderoso, ninguno puede superarte. Te alabamos Señor Dios único y verdadero. Bendeciré tu Santo nombre con toda mi alma.
Hoy, te pido que guardes a tus justos en estos tiempos tormentosos, que hagas con tus hijos como dicen los versos 6 al 9, de la misma versión Reina Valera.
Moisés y Aarón entre sus sacerdotes,
Y Samuel entre los que invocaron su nombre;
Invocaban a Jehová, y él les respondía.
En columna de nube hablaba con ellos;
Guardaban sus testimonios, y el estatuto que les había dado.
Jehová Dios nuestro, tú les respondías;
Les fuiste un Dios perdonador,
Y retribuidor de sus obras.
Exaltad a Jehová nuestro Dios,
Y postraos ante su santo monte,
Porque Jehová nuestro Dios es santo.
Señor, sé siempre la luz en ese camino, para que por nuestras acciones no perezcamos en esa travesía que es la vida, para que alcancemos la vida eterna que nos ofreces desde el inicio de los tiempos. Confiamos en tu palabra que es justa y creemos en ti, Dios de bondad. Alabado seas Dios único y amoroso. En el Nombre de Jesús, amén