La sabiduría que Dios nos da a través de Cristo es más profunda e importante que cualquier conocimiento humano que podamos adquirir. La justicia que recibimos de Dios no se basa en nuestras propias acciones, sino en la obra de Cristo en la cruz. La santificación es un proceso continuo en el que Dios nos transforma y nos hace más como Él. Y la redención es la liberación del pecado y la muerte, que solamente se puede obtener a través de Cristo.

Todo esto es un regalo de Dios para nosotros, y no hay nada que podamos hacer para merecerlo. Es una muestra más del amor y la gracia inmerecida de Dios hacia nosotros. Debemos estar agradecidos por todo lo que Dios ha hecho por nosotros a través de Cristo y buscar vivir nuestras vidas de una manera que honre y glorifique su nombre.

Oremos así: